Equal © [THE UNEQUAL II]

28: mirándome... raro.

—¡Cociname algo! —Zack me lanza un cojín.

—Querido Zack —cierro mis ojos intentando contenerme—, si tienes hambre mueve tu plano trasero del sofá y cocinate algo tú mismo.

—Tu eres la chica, por eso debes cocinar tu.

—Y tu por ser un chico no tienes que ser una persona inútil, aunque lo seas —busco algo el el refrigerador y solo encuentro una olla con algo que apesta a kilómetros. Hago una arcada y cubro mi nariz.

—Supongo que no debo preguntar quién fue el idiota que dejó esto aquí porque solo vivo con un idiota.

—Tiralo en la basura y no reclames tanto —ruedo mis ojos y Lucy me mira, esperando comer algo.

Papá se fue de luna de miel hace algunas semanas y dejó algo de dinero para que no mueramos de hambre, algo que está sucediendo. Toda la comida que nos queda es la de Lucy, ya que casi tenemos dinero para comprar nada, porque el genio de mi hermanastro lo gastó en alcohol el fin de semana. Podríamos ir a comprar algo al supermercado pero a esta hora todos los locales cercanos están cerrados.

—Ni modo, comeremos la comida de tu estúpida perra.

—Estás bromeando, ¿no? —se encoge de hombros y camina hacia la bolsa con comida para perro.

Come un poco y se queda masticando en silencio.

—¿Quieres? —pregunta con la boca llena, extendiendo su mano con comida.

—Ni loca como eso.

* * *

—No puedo creer que haya comido comida para perro —vomita en un recipiente.

—Digo lo mismo —lo señalo con mi dedo, dejándome caer en el suelo.

Mi teléfono vibra sobre la mesita de centro y gateo hasta allí. Es una videollamada de Max.

—Holis —saluda Matt con su hermosa vocesita.

—¿Le robaste el teléfono a tu papi de nuevo? —asiente.

—¿Mattew? ¿Dónde estás? —Max aparece en la pantalla.

—Hola Max.

—Wow, tu casa si que es un desastre —giro el teléfono para que vea el resto de la sala.

—¿Sabes? Se nos acabó el dinero y tuvimos que comer comida de Lucy —suelta una carcajada—. No te burles de mi sufrimiento.

—Saldremos a cenar, si quieres.

—¿En serio harías eso por mí?

—Chicos, creo que su cita romántica será cancelada, debido a que yo estoy a cargo.

—Tu solo estás envidioso porque podré comer comida humana y tú no.

—Como sea, comen aquí o nada.

Seguimos hablando algunos minutos más y luego cuelgo. Max dijo que traerá algunas pizzas congeladas, por lo que debo encender el horno en lo que el llega.

Cierro la puerta del horno y me levanto del suelo. Antes de voltearme siento una respiración en mi cuello.

—¿Qué haces, idiota?

—Tranquila hermanita, que solo vine por azúcar —toma un bote de azúcar y se marcha.

Juro que por un segundo creí que sus intenciones eran distintas. Tocan el timbre y me apresuro a abrir la puerta.

—¡Max! —lo abrazo.

—También te extrañé —rie—. ¿Qué tal sabe la comida canina?

—Horrible. Eran como pequeñas galletas con sabor asqueroso.

Esperamos la pizza con ansiedad mientras vemos una película de zombies. Cuando la pizza está lista, la repartimos en porciones y nos sentamos a comerla.

—¿Y Matt? —levanto mi cabeza para verlo a los ojos.

—Lo dejé con una vecina —lo miro confundida.

—¿Una vecina?

—Tranquila, jamás me metería con una anciana —sonríe.

Zack sube a la habitación que desgraciadamente tengo que compartir con el y Max y yo quedamos solos.

—Tengo que contarte algo... —pienso en si se lo digo o no. Sé como es Max y no creo que esto termine muy bien—. Zack se ha estado comportándose extraño conmigo.

—Yo lo vi tan idiota como siempre.

—No es eso, lleva días mirándome... Raro.

—Entiendo —se levanta del sofá y jalo de su camisa para hacer que se siente de nuevo.

—Por favor no hagas nada —suplico.

—Bien.

Doy pequeños golpesitos en el sofá para que Lucy se siente a mi lado.

—Tranquila, tu papá regresa en un par de días. Mientras tanto, si ves que el intenta hacer algo extraño, no dudes en llamarme. Sea la hora que sea, yo vendré.

—Gracias —besa mi frente.

—Ese pijama te queda perfecto —rio. Es una blusa blanca y un pantalón con nubes.

Comienza a jugar con mi cabello, sin dejar de verme a los ojos.

—Oye, ya es algo tarde, deberías... —me interrumpe.

—Shhh, no lo arruines —susurra. 
Besa mis comisuras y luego mis labios. Comienza lento y pausado, esperando mi reacción.

Me siento sobre el e introduce sus manos debajo de mi blusa.

—Todo a su debido tiempo —beso su mejilla y me levanto de su regazo, tomando su mano para hacerlo caminar.

—Comienzo a creer que solo me utilizaste para comer pizza.

—En parte si y en parte no —rio. Acaricia mi mejilla.

—Ya lo sabes, así sea la más mínima cosa que suceda, me llamas y aquí estaré —asiento.

—Adiós.
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Hola 💕

Perdonen que no haya actualizado el domingo pasado, les escribiría una super excusa pero sinceramente me olvidé de actualizar.

De nuevo los invito a que lean "Perdóname, Sarah" que pueden encontrarla en mi perfil.

Ya terminé de escribirla así que no tienen que esperar a que actualice.

Nos leemos pronto ❤