4 | ¿Braeden?

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Había tomado su mochila y su celular, estaba perfectamente aseado y perfumado para ir a la casa de su mejor amigo. Deseaba tanto verlo, ver esos ojos castaños y los lunares que cubrían su piel blanca, simplemente era perfecto, ¿cómo había sido tan ciego para no notarlo?

- ¿Ya vas de salida? – le pregunto su madre.

- Si, Stiles está esperándome en su casa, tal vez llegue tarde.

- Por mí no hay problema con que llegues hasta mañana, después de todo es Stiles - le sonrió pícaramente y el moreno enrojeció.

- ¡Solo estudiaremos! - trato de excusarse.

- Vamos Scott, ya no tiene que caso que le ocultes cosas a Mama, ella es muy astuta.

Scott tenía en claro dos cosas, la primera, su enamoramiento por su amigo cada día aumentaba, segundo, jamás le confiaría secretos a su madre.

[...]

El joven oficial permanecía dando vueltas en su escritorio, solo pensaba en una manera de poder salir temprano de sus labores he ir y darle una sorpresa al castaño, le llevaría un ramo de flores enorme y tal vez unos chocolates, a él le encantaba esos pequeños detalles y estaba casi seguro que, al castaño igual, una razón más para amarlo.

El único problema era que el sheriff permanecía como perro guardia en la entrada de la comisaria viendo un expediente que tenía en mano por más de 4 horas, estaba seguro que ni siquiera había pasado la página pues cada 5 minutos volteaba a su dirección.

Entonces decidió mentir, ¿qué más podía hacer?

- Sheriff, tengo que salir ya que tengo cita con el médico, es de rutina, por la vez que enferme - mencionó con nerviosismo, jamás había mentido y menos a su jefe.

Este le prestó atención y respondió.

- ¿Seguro Parrish?, ¿no iras a cazar a pequeños adolecentes que seguramente deben de estar en sus deberes? - levantando una ceja.

- ¡N-no claro que no!

- De acuerdo, confiare en ti, pero si me mientes créeme que nada bueno saldrá de eso - amenazó y estaba a punto de soltar toda la verdad cuando en su mente llego la dulce mirada del castaño.

¡Vamos Parrish nos divertiremos!

De acuerdo eso no lo había dicho Stiles pero en su mente así había sido.

- No se preocupe Sheriff - respondió de inmediato y se dispuso a marcharse, no se daría por vencido.

[...]

Por su lado el sheriff había permanecido mirarlo a que no escapara para invitar de nuevo a su hijo, ¿pero que le pasaba?, ¿Ahora los espiaría?

Se sentía mal por ello, ¿qué tal si Jordan en verdad tenía buenas intenciones con su hijo y a Stiles le agradaba? No se perdonaría si el castaño lo odiara por separarlos.

¡Te odio papa, arruinaste lo mío con Jordan, yo lo amo, ¿porque eres tan cruel?!

Sacudió su cabeza un par de veces antes de dejar salir al oficial, confiaba en que eso no pasaría de lo contrario el mismo investigaría las intenciones de Parrish si fuera necesario.

[...]

Sus ojos se habían cerrado al tiempo que besaba unos cálidos labios, eran tan suaves, tan perfectos, su mano comenzó a palpar el terreno donde se había inmiscuido descubriendo una corta cabellera casi al ras de la cabeza que se había abalanzado hacia el lobo.

Sus manos comenzaron a colarse entre la prenda que poseía el chico y un leve gemido salió de entre sus labios cortando suavemente el beso.

- Stiles - susurró acariciando más y más piel expuesta.

Este se acomodó entre sus piernas dejando sentir su erección como la del lobo debajo del él.

Continúo besándolo, levantando su camisa lentamente que provocaba la desesperación de su lobo por marcarlo en ese momento y no permitir que nadie más lo tocara.

- Solo se mío Stiles, de nadie más - balbuceaba totalmente ido ante esos labios que mordían los suyos con delicadeza y ternura, en un gesto intimo que jamás había tenido.

Estaba al borde de la locura, sus pantalones apretaban con solo un beso, ¿qué pasaría si continuaba de esa manera?

El chico pareció detener aquel beso para levantarse sin delicadeza de aquel sofá donde estaba encima del lobo.

Este se quejó ante la falta de calidez de aquel cuerpo sobre el suyo para acto seguido abrir sus ojos.

- ¿Se puede saber quién demonios es Stiles? - escuchó la voz de una mujer.

Entonces la vio, parada frente a él cruzada de brazos con su pelo largo y ligeramente alborotado, su pantalón pegado militar y blusa de tirantes oscura.

- ¿Braeden? - solo respondió con pregunta, ¿cómo había llegado a eso?

- ¡Si soy Braeden!, no Stiles, ¿quién rayos se llama así?!

Estaba histérica, como la había confundido con otra persona, además de que al parecer era chico por tal nombre.

Estaba casi segura que solo era un fetiche al momento de sentir sus labios, pero al mencionarlo dos veces se molestó.

- ¡¿Me lo vas a explicar o no Derek?! - cuestionó.

- No tengo porque darte explicaciones, además, ¿qué haces aquí?

- Vine de visita y me llevo esta sorpresa, ¿acaso estas engañándome?

- Tú y yo ya no tenemos nada, todo se terminó cuando te marchaste.

- Pero ... tu y yo.

- No me interesas Braeden - su tono salió amargo y lo conjunto poniéndose de pie y dejándola enfurecida en la estancia mientras se marchaba a su cuarto para terminar ese delicioso sueño que le había provocado un obsequio entre sus piernas.

- ¡Averiguare quien es ese tal Stiles!, veras que lo haré y no tendrá final feliz - grito a todo pulmón sin que este se inmutará.

Estaba seguro que no haría nada, la conocía, era solo una cazadora molesta, nadie interferiría entre su castaño y el a no ser que quiera morir.

[...]

Cuando entro a la habitación del chico noto que estaba más ordenada que de costumbre.

- ¿Esperabas a alguien Stiles? - preguntó Scott tomando asiento en la cama.

- No, solo a mi padre, me obligo a hacer quehaceres todo el día - grito desde el baño.

Sus manos sudaban. ¿Porque lo hacían?

Contemplo la fotografía sobre su escritorio, ese día era el primero en el Instituto, ambos acababan de conocerse y él para nada sentía lo que ahora sentía.

Porque todo había cambiado, nada era como hace años lo fue, ahora la persona más importante de su vida se encontraba en el cuarto de baño lavándose los dientes.

La puerta se abrió despejando sus pensamientos mientras el chico se acercaba a él.

- Bien y que me enseñaras sherlok - mencionó divertido.

- Algo que no sepas Stiles, es obvio.

- Vamos Scotty, podemos fingir que estudiamos mientras jugamos videojuegos, al menos hasta que llegue papá.

-Sabes que me matara si se entera

- Pero no se enterará a no ser que me delates.

- Jamás lo haría - el chico brinco de alegría.

- ¡Bien, entonces esta hecho! - tomo su consola y la conecto.

Era una noche tranquila, ninguna criatura merodeando en las calles, solo un oficial tocando la puerta, un beso robado, un sonrojo, una confesión inesperada, más celos, sin duda sería una noche algo diferente a las demás y un nuevo amanecer.

Confusing LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora