Confusing Love

11 | Sterek Parte II y Confrontación

Solo se había subido a su patrulla y se había dirigido a cualquier lugar que lo mantuviera lejos del pueblo, en ese momento era lo mejor, necesitaba distraerse, sentirse libre de hacer y decir lo que deseaba, amaba a su hijo, era lo único importante que le quedaba en su vida y lo que amaba sin dudar, pero no negaría que se sintió decepcionado en cuanto escucho las palabras de su hijo.

Su corazón se marchitaba lentamente con cada letrero que le anunciaba su partida del pueblo, estaba seguro que no llegaría muy lejos, pero aun así estaba dispuesto a llegar lo más lejos posible, el sol cada vez se ocultaba más y aquellos finos rayos de sol se dejaban ver entre los arboles de la carretera, una vista hermosa si solo la contemplara un momento, pero su humor no era el suficiente.

Paro a solo un par de kilómetros más adelante justo donde un letrero luminoso y deteriorado se divisaba la palabra Bar, por lo que suspiro pesadamente y aparco bajo la mirada de varios motociclistas frente al establecimiento.

- ¿Buscaba algo oficial? - preguntó un hombre de barba larga.

- Solo un trago - respondió y para su alivio el hombre solo asintió sin preguntar más.

Abrió la puerta y el olor a alcohol y cigarro llego a su nariz, un lugar para aquellos que querían pasar un buen tiempo si tu profesión era otra, más si en cuanto llegas te miran de arriba abajo.

- Dígame oficial - mencionó el bartender.

- Un trago, el más fuerte que tengas - mencionó acercándose a la barra.

El hombre le sonrió y saco una botella de la parte de atrás y le sirvió aquel trago.

- ¿Olvidando las penas? - escuchó detrás suyo antes de probar aquel apetitoso trago que tenía en mano.

Se giró y observó al mayor de los Hale.

- ¿Peter Hale? – genial, su noche no podía empeorar.

- El mismo que viste y calza - respondió tomando asiento a un costado.

- ¿Qué hace un lobo solitario como tú en este lugar? - preguntó tomando de su trago.

- Supongo que lo mismo que usted oficial, desahogar penas - levanto la mano y el bartender le sirvió un trago.

Comprendió aquellas palabras, él también estaba interesado en su hijo.

- ¿Mi hijo? - mencionó sin dejar desapercibido el tono recriminatorio del oficial.

Este se atraganto con la bebida que había llevado ya a sus labios.

- ¿Cómo ...

- Stiles - terminó.

- Bueno suegro, entonces no hay problema que me lleve a su hijo fuera del pueblo, hay que evitar que las pequeñas hormiguitas no lleguen a mi pastel - mencionó en burla.

- No eres ni serás mi yerno, prefiero a Derek como yerno antes que seas tú - pidiendo un trago más.

- Pero que poca fe me tiene, puedo llegar a ser muy comprensivo y adorable cuando me lo propongo.

El oficial levanto una ceja mientras seguía con su rostro serio.

- Ciertamente no te creo.

- Pero si es igual que Stiles en todo sentido, jamás le dan crédito al lobo que les salva la vida cada que hay problemas.

- Scott es el que lo hace, tu solo obedeces.

De acuerdo un oficial de mal carácter podía ser difícil de sobrellevar.

- Bien, ¿Entonces que lo trae por aquí? - este parecía no tener intenciones de responder - Vamos, una noche en un bar, un oficial de la ley, solo, es lógico que algo o "alguien" haya provocado ese instinto de tomar alcohol.

Seguía sin responder.

- ¿Una deuda? - comenzó a adivinar - ¿Un problema? – igual - ¿Un mal amor? - escuchó aquel disparo en su corazón, débil pero que le demostraba que había acertado - Atine ¿Cierto?, porque no habla de ello oficial, al fin de cuentas soy la única persona en este lugar que sabe de usted y con la que puede confiar.

Recibió una mirada por parte del oficial.

- De acuerdo, no confiar al 100, pero eso ya depende de usted - pidió un trago más - Así que comencemos con hablar de tú, ¿Te parece?, el formalismo esta demás aquí.

Tal vez no era la mejor de las opciones, pero si la única que tenía en ese momento, así que solo paso lo que tenía que pasar y el alcohol era su único testigo.

[...]

Su respiración comenzaba a fallarle aún más cuando sintió el calor que llenaba el vacío de la habitación.

- Derek - susurró a la oreja del lobo que frotaba su cuerpo al del humano.

Este besaba delicadamente cada pedazo de su piel nívea conforme bajaba de su cuello a su abdomen.

- Tu sabor es aún mejor que tu aroma - estaba perdido en aquel contacto placentero.

Tomo al humano entre sus brazos, llevando ambas piernas alrededor de su cadera provocando un gemido del chico.

- Ah Derek ... dios - siguió gimiendo de esa manera hasta que lo coloco en el sofá de la sala donde anteriormente permanecía sentado el lobo.

- Hueles ... tienes un olor mezclado - mencionó sin dejar de besar aquel abdomen plano, mientras tentaba con la llama de sus dedos la bragueta del pantalón de mezclilla.

- Yo ... - cerró sus ojos fuertemente, olvidando por completo que momentos antes Jackson había estado en una situación similar a la que se encontraba con Derek.

Pero sus pensamientos murieron cuando el lobo se desalojó de su camisa dejando ver el porqué de aquel sobrenombre de Derek perfecto Hale que cada chica que lo viera le mencionaba, ese hombre simplemente era perfecto.

Entonces el lobo paro de golpe aquellos mimos que comenzaban a intensificarse.

- ¿Derek? - preguntó el humano.

- Jackson, hueles a Jackson - su nerviosismo aumento.

- Yo ... - no podía explicar eso, no era que fuera su novio o algo por el estilo, pero se sentía como una chica fácil entregándose a cada lobo que le tocara la puerta.

Antes de que diera cualquier explicación la puerta se abrió fuertemente dejando que su mejor amigo entrara a través de esta notablemente molesto.

- ¡Derek! - vocifero acercándose al lobo tomándolo del cuello y tirándolo al suelo.

Dejo ir el primer golpe en la mejilla del ojiverde que al sentir tal reacción no dudo en responder de la misma manera, esta vez el calor no era precisamente de excitación, sino de una molestia que terminaría arruinando varios muebles para la mala fortuna del humano que continuaba gritando ambos nombres con la esperanza de lograr algo, pero nada sucedía.