Confusing Love

5 | Besos

El amor a veces se presenta de distintas maneras, con una sonrisa al dar los buenos días, con un adiós después de una velada excepcional, con unas simples palabras como lo son un te quiero es lo que marca tu vida para siempre.

Para Parrish era el momento decisivo donde ya no tenía nada que perder, salvo su trabajo y probablemente su residencia pues en ese momento estaba decidido a no perder ante los fuertes brazos de Derek o las largas pláticas de Peter, incluso la inocencia de Scott.

Así que sin más titubeos se acercó a la puerta y golpeo un par de veces hasta que esta se abrió.

- ¿Parrish? - mencionó el castaño al sostener la puerta en sus manos.

- Hola - mencionó con nerviosismo.

- ¿Sucede algo?

- Teníamos una cita hoy ...

- Ah, lo siento es que papá ...

- No tranquilo, no pretendo que la tengamos justo ahora – aclaró - Es solo que ... - no recordaba la última vez en que había estado nervioso, pero el ver aquel par de ojos sobre su persona hacían que su discurso hasta ese momento ensayado se borrara por completo.

- Parrish, ¿seguro que estas bien?, te noto algo distraído y ... - había cayado, sus palabras murieron en los labios del chico que confundido no sabía cómo reaccionar.

Se habían movido con lentitud y disfrutando de cada pedazo de ellos como si fuera el postre más perfecto jamás probado.

- ¡Jordan! - esa voz los estremeció por completo al grado de que el menor había lanzado lejos de si al oficial - ¿Que sucede aquí? - estaba más que molesto.

- ¡Papá!, yo ah ... es que yo ... Parrish vino a ... - ¿porque tartamudeaba?, él no tenía la culpa de que el oficial lo besara, pero vaya que besaba, no es que le hubiera gustado, ¡pero vamos!, besaba tan delicado y dulce que sus ganas de disfrutarlo no dudaron en pasar por su mente.

- Sheriff yo ... - no sabía que responde exactamente.

- Creí haberte dicho que no te acercaras a mi hijo Jordan - menciono con molestia.

- Bueno, es que yo ...

- ¡Es que nada, Stiles es mi hijo y no quiero se sufra, mucho menos con alguien que desobedece lo que su padre dice!

- Papá, no creo que sea para tanto - trato de calmarlo el castaño.

- ¡Tu guarda silencio Stiles, ya hablaremos de esto!

Tomo al oficial del brazo y lo arrastro a la patrulla en la que había llegado a su casa, una vez dentro solo se percibió las luces traseras al marcharse del lugar.

- Pero ¿qué paso aquí? - se cuestionó en castaño cerrando la puerta.

En cuanto se dio la vuelta para regresar a su habitación Scott ya se encontraba en la estancia observándolo.

- ¿Parrish te beso? - le cuestionó con tono neutral.

- Am, sí, pero ciertamente no estoy preparado para hablar de eso ...

El moreno dio un par de pasos a su amigo, pero se detuvo en su andar, algo dentro de él le pedía, más bien le exigía una respuesta al respecto, pero la otra parte solo le pedía marcharse y guardar la poca cordura que le quedaba.

- Te gusto.

- ¡No!, claro que no - exclamó.

- No te lo estoy preguntando, escucho el sonido de tu corazón - luchaba porque en ese momento su lobo permaneciera donde debería de estar.

- Scott yo no ... - trataba de comprender lo que en ese momento sucedía.

- No hay problema Stiles, si te gusto no tienes por qué sentir pena, somos amigos después de todo - le sonrió de una manera que lejos de animar solo provocaba la decepción y tristeza.

- Yo ... no sé, jamás había besado a un chico y ... bueno, llego de repente y solo me beso de sorpresa.

- Bien, si te gusto debes buscarlo, ¿no crees?

- Yo ... bueno solo fue un beso - susurro mirando la entrada donde había sucedido lo anterior.

[...]

Aparco el auto a orilla de la carretera, tomo las llaves y azoto la puerta del auto con fuerza retumbando en los oídos del joven oficial que con timidez lo imito.

- ¡Te dije Parrish, te dije que no buscaras a mi hijo!

- Lo siento señor, pero de verdad me gusta Stiles y no quiero dejarlo sin siquiera intentarlo.

Cerro sus ojos meditando sus palabras y respiro hondo antes de acercarse al joven oficial que permanecía a un lado de la puerta.

Lo tomo del cuello y estampo sus labios al del más joven y lo beso con tanta necesidad, una necesidad que llevaba meses en su interior y buscaba salir a toda costa. No lograba comprender porque tenía que ser el, porque de todas las personas en el mundo se tenía que haber enamorado de aquel joven.

No tenía planeado dejarlo, pero el recuerdo de su hijo lo detuvo, entonces lo aparto rápidamente.

- Lo siento, yo ... no sé qué me paso - trato de excusarse el Sheriff.

El otro solo permanecía callado.

- De verdad lo siento Parrish, yo no soy así - avergonzado le entrego las llaves de la patrulla en las manos - Ve a tu casa, yo ... caminare, necesito pensar.

No quiso objetarlo por lo que solo tomo las llaves y se subió al auto. Puso el motor en reversa y se marchó, dejando a su jefe en la oscuridad de la noche, dejando que sus pensamientos volaran con el viento que soplaba en su rostro y que se colaba entre la pequeña rendija abierta de la ventana.