- Capítulo Veinticuatro -

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[Joanna’s POV]

Tocamos el timbre y esperamos en la puerta hasta que Danny nos abrió, nos miró a todos con su gran sonrisa y nos abrazó uno por uno.

—    Pasen, pasen — caminó hasta su sala, donde se encontraban Harry, Izzy, Georgia y Dougie.

Todos sonreían y hablaban, por no decir que gritaban, entre ellos, se notaba que lo estaban pasando de maravilla, como también se notaba que ya se habían bebido varios tragos.

Entramos a la sala y los saludamos. Danny me ofreció una cerveza la cual rechacé, tendría que renunciar a todo lo que tenga alcohol durante nueve meses.

—    ¿En serio no quieres? — preguntó nuevamente Danny ofreciéndome la cerveza.

—    Danny, no quiere — le dijo Tom que se encontraba sentado junto a Giovanna en el sofá de al frente.

—    Está bien, más para mi — rió encogiéndose de hombros y abrió la lata de cerveza para así beber de esta.

Miré a Dougie que se encontraba al otro lado de la mesa mirándome y le sonreí, él me devolvió la sonrisa y apagó el cigarro que tenía en su mano, aplastándolo contra el cenicero, haciendo que éste se apagara y el humo dejara de salir. Dougie me hizo una seña con su cabeza, apuntándome en dirección al ventanal, pude notar que quería decir que saliéramos, asentí como respuesta y me levanté al mismo tiempo que él para salir por el ventanal al hermoso jardín de Danny.

—    Vaya, que lindo... — comenté mirando mi alrededor.

Dougie asintió cerrando el ventanal detrás de él. Dos perros se le acercaron y Dougie se arrodilló para acariciarlos.

—    Este es Bruce — señaló al perro que estaba acariciando — Y ese que te esta molestando es Ralphie.

—    Hola pequeñín — reí hablándole al perro que estaba tratando de llamar mi atención.

Los perros se alejaron y corrieron a otra parte del jardín, que simple vida la que llevaban los canes, no tenían que preocuparse de nada, todo era diversión.

Me senté sobre una silla de madera y Dougie se sentó a mi lado, dejando la lata de cerveza que bebía sobre la mesa que se encontraba ahí.

—    Tom vio el beso que nos dimos el otro día —dije de repente, llevando mi mirada a él al mismo tiempo que una tímida sonrisa se apoderaba de mi rostro.

—    ¿Sí?, ¿qué te dijo?

—    Estuvo molestándome por mucho rato — reí levemente entrelazando mis manos sobre la mesa.

Dougie sonrió mirándome. Su mirada era tan profunda que podía sentir que con solo mirarlo entendía todo lo que pasaba por su cabeza.

[ Dougie’s POV ]

Sentir su mirada clavada en mí me ponía los pelos de punta, ella tenía algo que me hacía sentir como nunca antes me había sentido y eso me gustaba, mucho.

Noté que bajo sus hermosos ojos azules se encontraban unas ojeras que había intentado esconder con el maquillaje pero que aún así se podían divisar. 

—    ¿No has dormido bien últimamente? — pregunté bebiendo una vez más de mi cerveza.

Joanna rió y pude notar como un tenue color rojo se hizo presente en sus mejillas, ella se había avergonzado.

—    Así es, no he dormido en dos noches.

—    ¿Por qué? — la miré serio.

—    Ayer le conté a mi madre sobre mi embarazo — me miraba también con una expresión seria.

Me contó todo sobre la discusión con su madre, de porqué había estado tan mal y me di cuenta de como unas rebeldes lágrimas intentaban salir de sus ojos, lágrimas que rápidamente ella quitó con su mano antes de que salieran por completo.

Podía notar cuanto le había afectado la discusión con su madre y no la culpaba.

Nos quedamos mirando la estrellada noche, alcé mi cabeza para mirar aún mejor las estrellas y pude notar como se asomaba una estrella fugaz. ¡Era una estrella fugaz! Fijé mi mirada en Joanna, quien tenía su cabeza alzada con los ojos cerrados y murmuraba algo que no pude oír. Imité su acto y cerré los ojos, para pedir un deseo.

—    ¿Qué has pedido? — pregunté después de abrir mis ojos.

—    No te diré — respondió ella sacándome su lengua — ¿Y tú, que has pedido?

La miré dedicándole una sonrisa, no iba a responderle su pregunta tampoco. En vez de eso la tomé de la mano atrayéndola más hacía mí, ella me miró sorprendida y la besé, la besé bajo el manto de las estrellas que esa noche se hacía presente como nunca antes.

Little JoannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora