- Capítulo Veinte -

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[ Joanna’s POV ]

Luego de la rica cena de comida china que habían comprado Tom y Giovanna nos quedamos hablando horas y horas.

—    ¿En serio lo dirás Joanna? — me miró Tom.

—    Sí, yo creo que Giovanna quiere saber de que estamos hablando

Giovanna nos miró y asintió al instante. Ya lo había decidido, le iba a contar sobre mi embarazo. Era algo que ya debía aceptar, además Giovanna era la única en la habitación que no sabía.

—    ¿Entonces, me dirás? — preguntó Giovanna.

—    Lo que Tom no podía decirte es que… — sentí las miradas de Dougie, Tom y Giovanna clavadas en mi — Estoy embarazada, Giovanna.

Estaba clara la reacción de Giovanna, la misma que tuvo Dougie hace unas horas atrás, tendría que acostumbrarme a tal reacción.

—    ¿Debo decir felicidades? — rió un poco Giovanna.

—    Como tu quieras  — me encogí de hombros mirándola, la verdad, tendría que acostumbrarme también al típico “felicidades”.

—    ¿Puedo preguntar algo? — Tom habló mirándome.

—    Ya lo haces, dime — le sonreí, pero él no, se encontraba mirándome seriamente.

—    ¿Cuándo piensas decírselo a tus padres o a… Tyler? 

Tyler…

No había pensado en Tyler.

¿Qué haría él cuando le contara sobre el bebé? No había pensado en aquello. ¿Cómo era posible que se me hubiese escapado ese detalle?

Noté como mi rostro rápidamente cambió, la sonrisa que estaba dueña de mi rostro se había borrado, ahora mis labios estaban hechos una fina línea recta, sin expresión alguna.

—    No me digas que no habías pensado en él.

—    No lo había hecho, Tom — murmuré tan bajo que dudaba si mi primo o Dougie (que estaba más cercano a mí) me hayan escuchando.

Apoyé mi cabeza en la mesa negando lentamente, di unos pequeños golpes contra la mesa. No tenía idea qué era lo que iba a hacer.

—    Tienes tiempo aún — dijo Giovanna, dedicándome una sonrisa.

Alcé mi mirada y la miré, no sabría que le dediqué pero era lo más lejano a una sonrisa, una fea mueca que intentaba fingir ser una sonrisa.

En cierta parte, Giovanna tenía razón, tiempo había de sobra.

Decidí salir al jardín a tomar algo de aire, necesitaba estar sola y pensar, pensar en todo lo que me estaba ocurriendo. Me senté bajo la luz de la luna dejando que mis pies se mojaran con la piscina que a esta hora estaba bastante cálida, tal como me gustaba.

Una brisa helada hizo que sacara mis pies de la piscina.  Me abracé de mis rodillas, comenzaba a sentir frío, pero no tenía ganas de entrar nuevamente, me sentía relajada bajo la luna y rodeada de la naturaleza.

Cuando mis ojos estaban por cerrarse sentí el roce de una manta sobre mis desnudos hombros, subí mi mirada y me encontré con Dougie sonriéndome.

—    Creí que te habías dormido —dijo en cuanto nuestras miradas se encontraron.

—    No, solo estaba pensando.

Aunque la verdad, no hubo pensamientos que me llevaran a una solución.

—    Pensé que tendrías frío.

—    Acertaste — le sonreí haciéndole una seña de que se sentara a mi lado. Dougie obedeció y se sentó junto a mi.

Estuvimos varios minutos en silencio, dejando que los ruidos de la naturaleza se hicieran presente, el grillo no podía faltar, adoraba el sonido que hacían, cuando era pequeña decía que era la forma de cantar de los grillos.

Acomodé mi mano derecha sobre el césped y Dougie posó la de él sobre la mía, dándome suaves caricias. Me dio la impresión de que Dougie creía que yo la alejaría pero, en realidad, era lo que menos quería hacer, en vez de eso, entrelacé mis dedos con los de él. Sentí como él me dedicó una sorprendida mirada y yo, solo le dediqué una de mis sonrisas. Dougie sonrió también y acercó su rostro al mío, tomó mi rostro con su mano libre y me besó.

Ese beso…

Nuevamente nuestros labios estaban haciendo contacto y me gustaba, me gustaba todo lo que sentía al tenerlo junto a mí, sentir sus suaves labios sobre los míos me hacía volar.

Dougie lentamente se alejó de mí, con una sonrisa casi tatuada en su rostro, la cual yo respondí también. Su mano seguía sobre la mía, acariciándola de una manera tan especial y única. Por dios, sus manos eran demasiado suaves.

—    Gracias — murmuré mirando las estrellas.

—    ¿De qué? — cambió su vista para mirarme de costado.

Dejé las estrellas de lado para así concentrarme en él, en su rostro, en sus ojos...

—    Siempre haces que me olvide de mis problemas. —me mordí el labio inferior al decir aquello. — Tienes algo, algo que hace poder olvidarme de todo por lo que estoy pasando.

Dougie me miró y sonrió, esta vez era una sonrisa que no se le veía siempre, esta dejaba mostrar sus dientes y hacía que sus ojos se achicaran, luciendo adorable.

Dougie volvió a acercarse a mí y besó mi frente por unos segundos, cerré mis ojos y sonreí sintiendo el contacto de sus labios con mi piel.

Little JoannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora