- Capítulo Cuarenta y Dos -

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[ Dougie’s POV ]

La enfermera nos había indicado que podíamos pasar a verla, así que eso fue lo que hicimos, en cuanto abrimos la puerta nos encontramos con la imagen de Joanna cargando a Zachary entre sus brazos, una sonrisa se apoderó de mi rostro en el minuto en que ella nos miró.

—    Vengan a verlo, es hermoso —. Dijo haciéndonos una seña de que pasaramos.

Los padres de Tom, Carrie y yo entramos a la pequeña habitación blanca y nos acercamos a la camilla, dos a un lado y tres al otro.

Debbie y Bob fueron los primeros en cargar a Zachary en sus brazos, diciéndole lo hermoso y parecido que era a Joanna, la cual no dejaba de asentir y sonreír. Tom cargó en sus brazos a Zachary y Carrie no dejaba de fotografiarlo, pues la hermana menor de Tom amaba la fotografía y ahora, era una tía orgullosa, por lo tanto no dejaba que se le pasara ni una foto. Por último llegó mi turno, me sentía extraño cargándolo pues siempre fui demasiado torpe que sentía que se me caería. Pero en cuanto lo tuve en mis brazos el miedo se me fue y lo único que pude hacer fue ver lo pequeño que era, esas manitos tan pequeñas y suaves me daban ternura. Esos ojitos cerrados eran casi del porte de mi uña.

—    Mira para acá Dougie —. Dijo Carrie y le hice caso. En seguida sentí el flash de la cámara. — Te ves increíble con él en tus brazos. — Sonrió y luego volvió a tomar una —. Una con Joanna.

Me senté en la camilla junto a Joanna y sonreí mirando a la cámara, junto al pequeño entre mis brazos. Carrie nos tomó un sin fin de fotos.

—    Es precioso, en serio lo es —. Dijo Debbie por onceava vez.

—    Sí, es hermoso —. Respondió Joanna dejando a Zachary, que dormía, dentro de la cuna que se encontraba a su lado.

—    Se parece mucho a ti —. La miré y ella respondió con una gran sonrisa rodeándome con sus brazos por mi abdomen. Besé su frente durante varios segundos.

Después de media hora, los padres de Tom y Carrie decidieron irse. Tom quiso quedarse un rato más para poder estar con su sobrinito.

—    ¿Sabias que tiene los ojos azules? —. Dijo Tom mientras observaba a Zachary en la cuna.

—    ¿Sí? ¿Cómo lo sabes? —. Preguntó Joanna acariciando mi cabello con sus manos posando su mirada en Tom.

—    Abrió los ojos por solo unos segundos y pude verlos, son como los tuyos.

—    Así que de ojos azules —. Sonrió Joanna y me miró — Lo amo, lo amo, no puedo creer que tanto haya tanto amor dentro de mí.

—    Lo sé, es tu hijo Joanna —. Le sonreí acariciando con mi mano libre su mejilla y me acerqué hasta besarla.

Correspondió el beso con una gran sonrisa abrazándome y acarició con sus manos mi espalda. Pasé mi mano por su cabello, enredando mis dedos en este.

Tom se aclaró la garganta haciendo que nos separáramos enseguida.

—    En serio no quería molestar pero están en un hospital —. Rió Tom levantándose.

Joanna y yo nos unimos a la risa de Tom.

—    Lo siento —. Dijimos con Joanna al mismo tiempo, lo que hizo que ambos riéramos de nuevo.

—    No importa, de hecho ya me voy —. Avisó Tom y se acercó hasta donde nos encontrábamos Joanna y yo, en la camilla.

Se despidió de mi y luego abrazó a su prima felicitándola nuevamente, miró a Zachary por unos segundos y besó la cabeza de él suavemente intentando de que éste no se despertara.

—    Vendré mañana junto a Giovanna —. Avisó antes de cerrar la puerta y dejarnos a nosotros tres ahí.

Joanna se acomodó a mi lado y me miró mientras pasaba su mano por sobre mi pecho arrugando la camisa que llevaba de vez en cuando. Le di cortos besos en su frente repetidas veces mientras veíamos la televisión que se encontraba prendida al volumen 2 para no despertar a Zachary.

—    No puedo creer que después de nueve meses ya este aquí —. Murmuró sin quitar su mirada de mis ojos.

—    Tampoco yo. ¿Cómo te sientes sin ese peso dentro tuyo? — . Reí ante mi propio comentario.

—    Mucho mejor, mucho más liviana —. Sonrió ampliamente — Extrañaba sentirme así.

—    Lo sé, no dejabas de decirme lo horrible que te sentías con esa figura, que por cierto, para mi te veías hermosa.

—    Mentiroso —. Rió dandome un pequeño golpe en el pecho — Sabes que me prefieres así.

Reí al escucharla y la besé durante un largo rato.

—    En parte sí, porque es más cómodo al acercarte a mí.

Joanna asintió acercándose a mí hasta más no poder y me dio cortos besos por todo mi rostro bajando por mi cuello, haciéndome sentir cosquillas.

Little JoannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora