- Capítulo Diecinueve -

242 14 0
                                    

[ Dougie’s POV ]

—    Yo… estoy embarazada, Dougie — murmuró Joanna bastante rápido.

¿Qué?, ¿Había escuchado bien? Alcé mis cejas abriendo más mis ojos hasta que quedaron como dos grandes platos, literalmente. Joanna me miró por unos segundo y tomó una almohada para taparse el rostro con ella.

—    Esto es demasiado difícil para mi — dijo con su rostro aún sobre la almohada, lo que hacía que se hiciera difícil entenderle.

Tomé la almohada y la bajé para poder ver su rostro, ella dejó la almohada a un lado y se lanzó a mis brazos, aferrándose a mí. 

Joanna Johnson era una chica de abrazos, eso podía notarlo.

—    No sabes lo que es, Doug — susurró en mi oído.

—    Puedo imaginarlo...

—    No, nada de lo que te imaginas se acerca a lo que realmente es.

Su voz se quebró y sentí mi hombro humedeciéndose por debajo de mi camisa. No soportaba ver a las mujeres llorar, y menos a Joanna, a quien ya había visto así en más de una ocasión.

—    Tranquila, todo saldrá bien — murmuré intentando consolarla. Sabía que mis palabras no la ayudarían en nada.

—    No, no puedo, no podré con esto — negaba y se alejó de mi hombro para mirarme. —De verdad no voy a poder con esto.

Limpié sus ojos con mi camiseta, la cual quedó sucia con el delineador corrido de Joanna. Llevé ambas manos a su rostro, acariciando sus mejillas, intentando calmarla de esa forma. Ella me miró y posó una de sus manos sobre la mía.

—    Vas a poder con esto — asentí dedicándole una sonrisa.

—    No Dougie, solo tengo veinte años, no se nada sobre esto, soy una niña aún — negaba hablándome entre lágrimas.

La abracé nuevamente dejando que llorara, necesitaba sacar todas sus emociones. Joanna no dejaba de sollozar, mi hombro nuevamente estaba húmedo por sus  lágrimas. No sé durante cuánto tiempo estuvo llorando pero sé que había sido bastante, hasta que solo se escucharon unos leves sollozos.

—    ¿Ya te sientes mejor? — pregunté alejándome lentamente para así poder observarla.

Joanna asintió levemente subiendo su mirada hasta mirarme, sus grandes ojos azules estaban rojos de tanto llorar. Pasé mis pulgares por debajo de sus ojos, quitándole las últimas lágrimas que le quedaban.

—    ¿No quieres salir a dar una vuelta? — le pregunté levantándome de la cama

—    Sería bueno — me dedicó una sonrisa mientras asentía.

Tomé su mano e hice que se levantara también, Joanna corrió al baño y se lavó su cara llena de maquillaje corrido, volvió a maquillarse y después de unos minutos salió.

— Lista, vamos.

Caminamos hasta el parque que se encontraba cerca de la casa de Tom, nos sentamos sobre una de las pocas bancas que se encontraban vacías, siempre era así con este parque, se encontraba lleno de personas las veinticuatro horas del día.

Una niña pequeña de no más de seis años se acercó hasta nuestra banca y me pidió si podría tomarme una foto junto a ella, su madre, quien estaba al lado, no paraba de decirme lo fanatica que era de McFLY y que hoy sería un día que su pequeña, Danielle, nunca olvidaría.

Lo que hizo que me sintiera increíble.

—    Eso fue muy tierno de tu parte — sonrió Joanna terminando de comerse un paquete de papas fritas que habíamos comprado de camino al parque.

—    ¿Qué cosa? — reí mirándola.

—    Tomarte una foto con esa pequeña.

—    Es algo de cada día — reí un poco encogiéndome de hombros. Volví a tomar asiento en la banca, acomodándome a su lado.

—    Aun así, fuiste muy dulce.

La miré y le dediqué una sonrisa, la cual ella respondió de la misma forma pasando sus manos por su abdomen, dándole cariños.

Luego de horas en el parque, comenzó a oscurecerse, así que decidimos volver a casa de Tom, donde Giovanna y Tom nos esperaban con una rica cena.

—    Compramos comida china — sonrió Giovanna cerrando la puerta de la entrada.

—    Exquisito — murmuró Joanna tocándose nuevamente su abdomen.

Sonreí al verla, esa imagen cada vez se me hacía más tierna. Ella me miró y yo rápidamente corrí mi mirada de ella, tan típico de mi, hacía eso desde que iba en primer grado. Joanna soltó una pequeña y dulce carcajada.

—    ¿Dónde andaban? — preguntó Tom acomodando las cosas sobre la mesa

—    Fuimos al parque — sonreí y ayudé llevando los vasos hasta la mesa.

Little JoannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora