Capítulo 9
Estaba desayunando cuando el timbre sonó, dejé el café con leche que estaba tomando a un lado, me levanté, hacía apenas unos minutos que me había levantado e iba bastante dormida. Había sido una noche larga, Alex me había llamado varias veces pero no tenía ganas de hablar con él. Le conocía demasiado y sabía que no iba a darse por vencido, y así fue. Abrí la puerta, y ahí estaba.
-Hola...
Lo susurró y apenas me miró a los ojos. No dije nada y le dejé pasar. Había llegado la hora de poner las cosas sobre la mesa. No quería confundirle, ni que se creyera que podía hacer conmigo lo que quisiera. He pensado mucho esta noche, y quizás mi hermana tenía razón. No sé decirle que no... ha llegado el momento de hacerlo.
-¿Puedo sentarme?
Respiré, pasé por delante de él y después de coger mi café me senté en el sofá. Asentí, y se colocó a mi lado.
-Yo... Vanesa yo...
-Ei... (Me hacer que un poco a él) No pasa nada... (Me miró, estaba a punto de llorar)
-Pensé que tú y yo... (Volvía ponerme en mi lugar, unos centímetros apartada de él) Pero veo que estaba equivocado.
-Alex... Eres un chic encantador, muy guapo, me has ayudado mucho pero... (Dejó de nuevo de mirarme, cogí aire) No me gustas...
-Ya... yo no soy... (Me miró) Manuel... (Me tensé, volví a separarme unos centímetros de él) No soy Manuel ni soy una chica increíble... Pero... eso puede cambiar...
-Alex...
-Puedo ser lo que tú quieras que sea...
-Alex, para. (Me levanté) No quiero que seas nada más que mi amigo... Y quiero que lo entiendas. (Asintió) Me has ayudado mucho y te lo agradezco, llevo semanas agradeciéndotelo y devolviéndote el favor... pero... ya está.
-¿Ya está? (Asentí) ¿Qué quieres decir?
-Creo... Creo que ha llegado el momento de decir la verdad... (Su cara cambio, sus ojos tristes desaparecieron, estaban llenos de rabia y me asusté) Tienes que hablar con tus padres... tienes que ser valiente, te gustan los chicos... y... las chicas... bueno... el amor es piel. Sé feliz.
Se levantó, quería dar un paso atrás pero me cogió de los brazos con fuerza haciendo que taza cayera al suelo.
-Mi felicidad no es que mis padres me entiendan, sino que tú... tú seas mía. (Noté como sus dedos se presionaban fuertes a mis brazos)
-Me... me estás haciendo daño...
-Así es como me siento desde la primera vez que te vi... desde el primer día en que te quise besar y te fuiste, desde la primera noche de copas, desde nuestra primera cena mientras esperaba que te fijaras en mí y solo tenías palabras de Manuel... Te he visto irte de una discoteca con una cualquiera mientras yo estaba ahí, esperándote...
Cada frase iba en aumento con su voz y su fuerza, sus ojos más encendidos que nunca me miraban con rabia y dolor, un dolor que nunca había visto antes, no apartaba su mirada de la mía, no iba a acobardarme.
-Querías estar ahí siempre... yo... solo quería vivir.
-Vivir... (Se rio) Es graciosos... tú has vivido una vida maravillosa gracias a mí y a mis favores estos últimos años y así me lo pagas... Haciéndome daño...
-Alex eso no...
-¿Qué? ¿Hay algo que quieras añadir para herirme más? (Me soltó) Qué bonito Vanesa... (Dio un paso atrás sin dejarme de mirar a los ojos) Qué bonita nuestra amistad... (Sus ojos cambiaron y volvieron a estar apagados, como cuando había entrado en mi casa) Eres una gran amiga... (Puso una mano en la puerta) Gracias...
Abrió para irse, con la cabeza agachada, me miró antes de que la puerta se cerrase, di un paso.
-Alex.
No cerró la puerta, no quería que se fuera así, no se lo merecía. Di un paso más y volví a abrir la puerta.
-Por favor... no quiero estar enfadada contigo. (Estiré mi mano para que la cogiera) Me has ayudado mucho, mucho... Y te lo agradezco, solo... solo quiero lo mejor para ti... (Sonrió un poco y yo hice lo mismo, cogió mi mano)
-Me alegra que te des cuenta... Solo me tienes a mí...
-Bueno... También está mi hermana. (Sonreí ampliamente) No te olvides de ella...
-Alba... (Asentí) La que no te escuchó, la que solo quería que estuvieras por ella y te olvidases de tu vida... si... una gran hermana...
Dejé de sonreír cuando dijo eso y cerraba la tras de sí. Me quedé quieta en medio de mi salón, y de nuevo me dejaba sin palabras. El móvil sonó e hizo que volviera a la realidad, me dirigí hacia la mesa donde estaba, lo abrí, un mensaje de Malú apareció en mi pantalla. 'Necesito hablar contigo'.
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Dejemos las excusas
FanfictionQué fácil ponerse en la piel de los demás mientras ves la vida pasar desde la barrera. Que difícil tener la felicidad a tu lado pero no poder hacer nada para cogerla fuerte. ¿No poder o no querer? Miedo, una de las causas más sonadas por el amo. Dej...
