Capitulo 19

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Capítulo 19

Noté como su piel se erizaba al pasar mis dedos por su cabeza, bajando por su hombro llegando a su mano la cual estaba apoyada en mi barriga. Entrelacé nuestras manos, y las apretó fuerte después de besarlas.
Atrincheradas en aquella habitación de hostal en medio de Génova después de sudar la luna.

-¿De dónde venias?

Movió un poco su cabeza recostada en mi pecho para poder mirarme a la cara, me sonrió.

-Cuando he llegado esta tarde, he visto una plaza con Alba que me ha encantado, le he pedido al taxi que me dejara cerca de ella.
-¿Cómo se llama?
-Piazza de Ferrari.

Sonreí, bajé un poco mi cabeza para poder llegar a sus labios, la besé. 'Vístete' le susurré mientras la apartaba un poco de mi cuerpo y me levantaba de la cama, fui al baño desnuda bajo su atenta mirada, me giré antes de entrar.

-Yo prefiero que te quedes así... (Me reí mientras volvía a la cama, le acaricié la cara)
-Hazme caso, vístete y luego... nos desvestimos.

Sonreí después de darle un suave beso en los labios, después de unos minutos salimos de aquella habitación, bajamos cogidas de la mano, nuestros pelos alborotados cogidos por unas coletas.

-¿Dónde vamos?

No le conteste, seguí andando hasta llegar al lugar donde quería ir. Me planté allí, la miré y me sonrió. Si de día era bonita aquella plaza, de noche, sin nadie a su alrededor aún era mejor. Me puse detrás de Malú y la abracé por la espalda, apoyando mi barbilla en su hombro, quedando mis labios a escasos centímetros de su oreja.

-La pisé horas después de llegar a la ciudad, me senté en un escalón y saqué uno de mis cuadernos... Dibujo naranjas en atardecer y pinto tu nombre a pesar de la nieve, (se giró y le sonreí) ven, corre y bésame.

Lo hizo sin más, apoyando sus manos en mi cuello mientras las mías se colocaban en su cintura.

-No eres la única que tiene que pedir perdón hoy... (Le dije cuando nos separamos)
-Vanesa, tu no...
-Sí, claro que sí... (Miré hacia el suelo, pero ella rápido volvió a levantarme la cabeza para mirarnos a los ojos) Tenía que haberte dicho que con tu hermano no... No tenía nada. Pero... él me pidió que lo hiciéramos para no defraudar a vuestros padres... Cuando llegué a Madrid fue el único que estuvo, que me ayudó, me abrió las puertas de su casa, y sentí que era justo que yo le tendiera mi mano, pero... Cuando os conocí, al volver de aquella cena, ya me había arrepentido. Tus padres no se merecen para nada que les mintiera, son maravillosos... (Sonrió) Y tu... (Sonreí) Tú me dejaste sin habla con te vi, y lo sigues haciendo. (Ahora fue ella quien quiso esconder su mirada)
-No me creí que mi hermana estuviera contigo... (Levanté su cabeza) O no quería creerlo. Siento mucho que te hayas topado con él por el camino, con sus locuras, con su mala cabeza... él... él no está bien Vanesa... y...
-¿Por qué dices eso?
-¿Nunca te lo contó? (Negué con la cabeza, cogió mi mano y empezamos a andar de vuelta al hostal) Cuando era pequeño siempre estaba compitiendo por ser el mejor, tener los mejores juguetes, la mejor ropa, en mi casa por suerte nunca nos ha faltado de nada... Se volvía loco cuando mi padre no se acordaba de llevarle un coche de juguete nuevo y lo acababa pagando con mis muñecas... No le dábamos mucha importancia, éramos niños (La miré, mientras relataba todo aquello apreté fuerte su mano) Hasta que un día llegué a casa con un chico... Era la primera vez que uno de los dos presentaba a alguien en casa. Estaba a punto de irme a la universidad y me parecía correcto hacerlo... Y maldigo el día que lo hice.

Llegamos a la puerta del hostal, su sonrisa se había esfumado mientras me contaba aquello, prefirió que llegáramos a la habitación para seguir hablando, se tumbó en la cama, de lado, la imité quedándome enfrente de ella.

-¿Qué pasó Malú? (Le pregunté quitándole un mechón de su cara y poniéndolo detrás de la oreja)
-Cuando dije que  aquel chico era mi novio mi hermano lo cogió por el cuello (Cerró los ojos), lo empotró a la puerta y empezó a gritar, (Volvió a mirarme) él tenía que llevar primero a su pareja, él era el que tenía que hacer todo antes que yo... Mi padre lo separó y aquel chico salió corriendo de mi casa. Mis padres lo llevaron a un psicólogo, y yo... yo no pude hablarle hasta que pasaron unos años... No, no podía... (Acaricié su mejilla) Después de un tiempo, cuando terminó su carrera y empezó a trabajar todo se calmó, parecía un chico normal... Pero, el otro día, cuando...
-Él me cogió del cuello (Terminé su frase cuando noté que se le quebraba la voz, asintió)
-Me bloqueé. Sabía que si no le hacía caso era capaz de dejarte sin aliento... Me bloqueé. Y... lo siento... yo... Me bloqueé...

Sequé con mis dedos aquellas lagrimas que empezaron a caer por su mejilla, con mi otra mano cogí su cintura y la abracé pegándola a mi cuerpo haciendo que su cara se escondiera en mi cuello.

-Tú no tienes la culpa (Le susurré), es él el que tiene que entender que tú eres mejor, que tu puedes con todo y más, (Se separó de mi cuello y me miró) Malú... quiero que te borres esa culpa de tu cabeza, de tu cuerpo... No tienes la culpa, ni tú ni yo tenemos la culpa de querernos.

Me sonrió, le brillaban tanto los ojos.

-Nos queremos...

Sonreí, asentí y volvió a esconder su cabeza en el hueco de mi cuello, me lo besó y me estremecí, mis brazos la rodearon, subió su boca a mi oreja y susurró.

-¿Génova o Madrid?






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¡Gracias por seguir leyendo y comentando!
Cada vez va quedando menos para terminar...

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