Capitulo 26

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Capítulo 26

Narra Lucas

Entré rápidamente de nuevo a la comisaria, apenas acababa de salir por la puerta, busqué al agente que me había hecho las preguntas y que me había dejado salir ya que, como ya había dicho antes, no tenía pruebas contra mí.

-¡José!

Grité y se dio la vuelta, no le dejé contestar, cogí mi móvil y puso el altavoz. 'El viaje no es muy largo Vanesa... tu relájate... y sé buena...'.

-¿Lo ha oído?

El agente asintió, se giró y llamó a otros compañeros.

-Atención, avisad a todas las unidades. Maca, (miró a una chica) coge tu portátil, tenemos que registrar la llamada lo antes posible.

Les di mi teléfono, con cuidado para que no colgaran, Vanesa había sido muy lista dejando su teléfono encendido, llegué tarde en coger su llamada pero no colgó y seguramente guardo el móvil en su bolsillo. Gracias a ello podríamos llegar hasta ella, y quizás, hasta Malú.
Pasaron los minutos más largos de mi vida, aparecieron por la puerta los padres de Malú, el agente apareció después de que los saludase.

-Buenas noches...
-Agente, por favor. Necesitamos saber qué pasa. (Dijo su madre)
-Vamos a sentarnos.
-Sí, ir yendo... (Dijo el padre de Malú) Voy a llamar a Alex, a ver si me contesta de una vez.
-Señor, (le dijo el agente) déjelo... Pasen por aquí.

Pase detrás de ellos, nos sentamos en una pequeña con alguna que otra silla, el agente se mantuvo de pie.

-Todo está siendo difícil, sabemos que están cansados y que lo que les voy a contar ahora no será fácil, pero... Vanesa también ha desaparecido.
-¡No! (Dijo Maria, me miró y asentí) No puede ser...
-Pero ha sido muy astuta, iba a llamar a Lucas para contarle algo que desconocemos, debió escuchar ruidos en la puerta y guardó su teléfono en el bolsillo sin colgar la llamada, Lucas había salido segundos después de la comisaria, volvió corriendo y por suerte aún no habían colgado. Hemos escuchado una voz que ustedes conocerán. (Sacó mi teléfono de una bolsa transparente, lo encendió y sonó su voz).
-¿Es...?
-Si señor... Esa voz es su hijo Alex...

El silencio provocado por el shock de la situación llegó a la pequeña habitación, Maria hundida, escondía su cara en sus manos rompiendo a llorar.

-¡Comandante José! (Entró deprisa un chico joven en la sala) ¡Los tenemos!

Narra Vanesa

Frio. Sin más. Levanté mi cabeza. La sentía tan pesada. Aun así, intenté ponerme recta. Estaba sentada en una silla, mis brazos detrás de mí, con las manos atadas. Los ojos al descubierto, pero no veía nada, todo estaba oscuro, el olor a humedad se había clavado en mi nariz. Intenté hablar pero el pañuelo de mi boca lo impedía. Suspiré fuerte, intenté moverme también, y noté que había alguien detrás de mí. Moví la cabeza todo lo que pude, y ahí estaba, con la cabeza agachada. Volví a moverme, fuerte, mientras mordía el pañuelo y gritaba como podía su nombre para que despertara. Vi que lo había conseguido, volví a moverme, giró su cabeza y nuestros ojos se encontraron, quería gritar pero tampoco era posible, paré y respiré. Busqué sus manos, también atadas detrás de la silla. Oí como rompía a llorar cuando nuestros dedos se apretaron fuertes. Tiré mi cabeza atrás apoyándome en ella, intentando que se tranquilizara, lo conseguí segundos después. Esa tranquilidad duró poco, un fuerte golpe de una puerta cerrarse nos asustó, apreté más la mano de Malú.

-Vaya, vaya... veo que no podéis estar quietas... tendré que ataros mejor...

Le miré con desprecio, incluso con tristeza. Vino hacia mí, me quitó el pañuelo, pero no dije nada.

-Así me gusta... calladita... (Se acercó un poco más a mí, aparté de cara a un lado) Uy, Vanesa... no hagas eso... será peor para ti. (Cogió mi cara)
-Alex... por favor... (Sonrió)
-Me encanta que me supliques.

Se olvidó de mi cara y pasó sus dedos a mi cuello, cerré los ojos.

-Déjala a ella... Alex...

Dejó mi cuello y volvió a mirarme.

-Es... es tu hermana... ten un poco de corazón... (Se rio)
-No tengo de eso... te lo llevaste contigo, cariño. (Sonrió) Pero... (Pasó sus dedos por mis brazos) Lo voy a recuperar...

Se sentó encima de mí, mientras sus manos fueron a mis manos, y su boca a mi cuello, volví a cerrar los ojos, sentí que mis manos se habían soltado, se levantó sonriente.

-Si... pequeña...

Me levantó, me hizo caminar hacia delante de Malú, intenté acercarme a ella pero empotró mi espalda chocando con algo, intenté llevar las manos para tocar que era, ¿una barra de bar? ¿Dónde estábamos? Miré de nuevo a Malú, lloraba, no podía verla así, de nuevo intenté dar un paso más, pero Alex me frenó sonriendo.

-Voy a recuperar mi corazón, mientras mi hermanita... (La miró de reojo) observa.






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La historia va llegando a su final... 😢

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