Capítulo 10
-Perdona... llego tarde.
-Tranquila, acabo de llegar.
Di un sorbo de la cerveza que acababa de traerme el camarero mientras ella se sentaba delante de mí.
-¿Mucho lío?
-Nada especial... Un día más en la tienda. ¿El colegio bien?
-¡Sí! Me dará pena dejarlo... (Sonrió) Pero, me hace mucha ilusión irme con mi hermanita a empezar de cero, juntas y solitas.
Me reí, me hizo gracia como lo dijo, y a mí también me hacía mucha ilusión irme con ella. Pero, antes tenía que cerrar algunas cosas en Madrid. Dejé de sonreír cuando recordé que haría aquella noche. Me quedé observando la jarra que tenía en frente, hasta que Alba me tocó la mano, la miré.
-Ey... ¿Todo bien? (Asentí)
-Tengo... tengo que contarte algo...
-Uy... ¿Te has pensando lo del viaje?
-No. (Apresuré a decir) Nos iremos, claro. (Sonreímos) Pero... tengo que hablar aun con Alex...
-Vanesa...
No la dejé continuar, le expliqué todo lo que había pasado la noche anterior y también lo de esta mañana, no se sorprendió, y me sentí más tonta que nunca. ¿Por qué ella se había dado cuenta y yo ni lo había pensado? ¿Por qué parece que soy la única que no tenía ni idea de lo que estaba pasando cuando estaba sucediendo en mi cara?
-Verás... Ayer quise contarte algo pero no me atreví. (La miré con cara de preocupación esperando que me hablara más) Cuando llegamos a Madrid después de dejar Málaga... Alex... Alex vino a casa... (Dejó de mirarme) Me dijo que no querías saber nada de mí, que no tenía hermana, que él se haría cargo de ti y que no dejaría a nadie que se acercara a ti... Le creí... Meses después entendí que eso no era cierto, viniste hablar, ¿recuerdas? (Asentí) Viniste e intentamos arreglarlo, y aquí estamos...
-Recuerdo cuando le dije que había ido a hablar contigo... se cabreó... Y no entendí porque...
-Él solo te quiere para él... Y eso, hermana... No es sano. (Negué con la cabeza dándole la razón)
-Tengo miedo...
Cogió mis manos fuertes encima de la mesa, me sonrió.
-No tienes porque, estoy aquí. Estamos juntas en esto. Para nada estas sola, estamos las dos. Más hermanas que nunca. (Sonreí)
-¿Te puedo pedir algo? (Asintió) Voy a hablar con él... pero, ¿Podrás hacerlo conmigo?
-¡Claro! Vamos a ponerle firme.
Me reí y me terminé la cerveza, la miré sonriendo.
-¿Tienes prisa? (Me preguntó)
-Bueno... (Me sonrojé) Esta mañana Malú me ha mandado un mensaje.
-¡Uhhh! ¡Chica! ¡Cuántas cosas en apenas horas! (Me reí) ¿Qué quería?
-Que... nos volviéramos a ver...
-¿Cómo? ¿Qué es eso de 'volveros' a ver?
Sonreí sin mirarle, estaba sonrojada y me moría de vergüenza. No le había contado a Alba lo que pasó aquella noche después de dejarla en casa y yo volver al piso de Malú.
-La noche... la noche que cenamos en su casa... (Levanté la cabeza para mirar a Alba, estaba sonriendo y asintiendo a la vez) Después de que Alex me llevase a casa... bueno, volví al piso de Malú.
-Pero ¡qué perri! (Exclamó)
-¡Alba! (Miré a todos lados) Puedes bajar la voz, por favor...
Se rio de mi mientras yo seguía pasando vergüenza, me levanté.
-No... no te enfades... (La miré y sonreí)
-Tranquila... Mañana te llamo y te cuento, ¿vale?
-¡Bien! Me guuuusta...
Me reí, se tomó la cerveza que había pedido de un trago y también se levantó. Cogió mi brazo y nos fuimos juntas de aquel bar. Fuimos andado cada una hasta su casa, o mejor dicho, ella me acompañó a la mía mientras me hacía explicarle con detalles lo que pasó aquella noche. Me reí con sus caras mientras se lo contaba, sonreía más que yo.
-¿Tienes ganas de verla?
-Si... pero no es fácil...
-¿Te gusta?
-Creo... Creo que sí... Pero...
-No. Vanesa, no hay peros. Disfrútalo.
-¿Tengo que recordarte todo lo que pasa alrededor de esta historia? (Le pregunté antes de llegar a la puerta de mi piso)
-No. Sé que esta Alex, que ella es su hermana y por lo tanto es tu cuñada... Pero, ¿tengo que recordarte que todo es una mentira?
Sonrió, y con aquella pregunta sin dejar contestarme se fue hasta su casa. Respiré hondo, no sabía qué hacer, pero, quizás, si Alex no tenía el suficiente valor, tenía que ser yo la valiente y contarle a Malú todo lo que estaba pasando.
Me duché, me sequé el pelo, no iba a plancharlo, lo dejé medio ondulado, me puse unos tejanos y una blusa, unos botines, y me maquillé para quitarme las horribles ojeras que tenía. Habíamos quedado en mi piso, pedí algo de cena, no sabía si iba aquedarse o simplemente venía a charlar y se iría. Estaba nerviosa, ella me ponía nerviosa. El timbre sonó, me levanté rápido del sofá, dejé de morderme las uñas, respiré, y fui a abrir. Y la vi, levantó la cabeza y sus ojos marrones inundaron mi cuerpo, me sonrió e hice lo mismo. Le saludé torpe con un seco 'Hola' mientras la dejaba pasar. Se paró en medio del salón, me puse detrás de ella. La miré de arriba abajo mientras estaba de espaldas a mí, podía estar toda una vida así. Se giró, y reaccioné.
-He... he pedido algo de cena...
Me fui hasta la nevera, no sabía cómo actuar, solo sonrió cuando le dije aquello así que me lo tome como una aprobación.
-¿Cerveza o vino?
-Vino, si es blanco... (Asentí) Perfecto.
Cogí un par de copas, el frio vino nos acompañaba mientras la cena se calentaba en el horno.
-Espero que te guste la pizza...
-¿Has pedido pizza? (Asentí) Pizza y vino... (Miró la copa) Está bien...
Me reí, dejé la copa en la mesa y le dije que podía sentarse. Cogí la bandeja del horno y la saqué, emplaté la cena y la llevé hasta la mesa.
-Pero...
-¿De verdad te lo has creído? (Me reí mientras me sentaba en mi sitio)
-La verdad es que el solomillo le viene mucho mejor al vino... (Sonreí y la miré)
-Antes de empezar... (Me miró seria) Quiero... quiero saber qué haces aquí Malú...

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Dejemos las excusas
Hayran KurguQué fácil ponerse en la piel de los demás mientras ves la vida pasar desde la barrera. Que difícil tener la felicidad a tu lado pero no poder hacer nada para cogerla fuerte. ¿No poder o no querer? Miedo, una de las causas más sonadas por el amo. Dej...