Grand Theft Auto: The Big One

23. Los chicos en la ciudad

Claude, Huang, Mike, Luis, Niko y Carl están en una van frente a una tienda de ropa, es mediodía, en el interior hay un par de clientes, un guardia y el cajero.

-¿Listos? - Luis está al volante, con un pasamontañas como el resto, voltea.

-Sí, es algo regalado. - Contesta Niko, cargando la pistola paralizante, los demás están acomodándose las máscaras o los trajes.

-Te apuesto que sólo disparará una vez. - Dice Huang, cruzado de brazos, haciéndose el interesante.

-¿Tan seguro?, ¿apuestas tu parte? - Carl lo provoca, sonriendo, Huang, receloso, extiende su mano para sellar el trato, CJ acepta.

-No me dejes mal parado, NB. - Niko se limita a desviar los ojos, pensando lo estúpido de esa apuesta.

-Vayan. - Los cinco abren la puerta con fuerza, cruzan la calle, corriendo, Niko es el primero que entra sin decir algo, dispara en la cabeza al guardia, Huang es quien grita.

-¡Todos al puto suelo, venga, no nos hagan disparar otra vez! - Irrumpen los demás, los civiles, asustados, se tiran al suelo, algunos hablando con angustia entre ellos, Carl y Claude apuntan a todos con sus armas. - ¡Apúrate!

-Ya, ya. - Mike corre al cajero, el chico retrocede. - ¡Abrela! - Así lo hace, temblando, el hombre agarra todo con una mano metiendolo a un saco, ya que ha terminado, se separa de la caja registradora no sin antes golpear al chico con el mango de su arma. - Ya está, ya está, vayámonos.

-¡Sí! - Grita Huang, sonriendole ahora a CJ, uno por uno van saliendo de la tienda cerciorándose de que no se levanten.

-¡Oye! - Grita Niko a Huang, que está fuera de la tienda, voltea a ver a través del vidrio de la puerta como dispara una vez más al guardia, CJ ve igual eso estallando en carcajadas ante la cara incrédula de Huang, todos montan de nuevo a la van y Luis acelera. En el interior, Huang echa pestes contra Niko, extendiéndole un fajo de billetes a Carl, burlándose todos de lo que pasó, recorren puntos de la ciudad donde se baja cada uno siendo Luis quien se deshace de la van. Camina por la acera a paso tranquilo observando a las patrullas y camiones de bomberos dirigiéndose al lugar donde la van arde, un policía en moto aparca en la calle enfrente de donde Luis pasa.

-Oye, "paisano". - Habla el poli, Luis lo mira, con el ceño fruncido. - Los campos de cosecha están para allá, pasando la montaña, ¿qué haces caminando tan tranquilo?

-Voy a la casa de tu jefa, pendejo.

-Te crees muy listillo, ¿eh? - Baja de su moto, Luis posa su vista en el arma enfundada pero el hombre saca su garrote, con fuerza, golpea a la cabeza del protagonista que detiene el golpe, tira el arma, coge la pistola paralizante y un dispara limpio en la frente saca de combate al abusivo.

-Soy más listillo, hijo de puta. - Monta en la moto policíaca. - "A la mierda." - Acelera, conduciendo por la calle principal, excediendo el límite de velocidad sin respetar los señalamientos no tarda demasiado en que patrullas vayan detrás de él, acelera mucho más y llega al aeropuerto donde parece que le pisan los talones cuando ve la gran rampa que hay en el lugar, desenfunda su arma mientras pone los frenos, gira completamente cambiando su dirección, conduciendo contra sus perseguidores dispara a cuantos puede pasando entre los vehículos, cambia de carril para no chocar, los polis chocan entre ellos o contra paredes en su intento de continuar la persecución, Luis voltea un momento a verlos. - Pendejos. - Al mirar al frente lo sorprende una patrulla que impide su paso, sale disparado fuera de la moto, dando volteretas cae unos metros lejos del coche patrulla, los que estaban dentro bajan a dispararle, Luis, siendo acribillado en el chaleco antibalas saca su escopeta para arremeter contra los tiradores que mueren en un descuidado momento que buscan darle a la cabeza, sangrando y cansado, monta de nuevo en la moto sólo que ahora conduce por la carretera sin detenerse a nada, consigue escapar hasta Sandy Shores, desmayándose enfrente del hospital al que buscaba ir.