6. Trevor v.s. Evan

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Trevor llega al restaurante, estacionándose en la calle de enfrente y marca a Michael y Franklin.

-Estoy en el restaurante, ¿dónde están ustedes?

-Ya estoy en la gasolinera. – responde Michael desde su auto viendo al lugar desde un callejón. – No está pasando nada, ¿Frank?

-No, tronco, todo calmado aquí. – desde el interior de la tienda, mientras come una bolsa de patatas, vigilando la entrada sin esconderse.

Los tres vigilan sin moverse, revisando la foto de Evan cada que un transeúnte pasa, Michael revisa su celular en busca de noticias sobre su nuevo filme, Franklin abre un refresco y comienza a beberlo a pesar de la mirada molesta del dueño, y Trevor juega con un adorno de su carro por un rato, en eso, un chico vestido de traje con el cabello acomodado para que parezca que no se le hizo nada y cabello café, comparándolo con la foto, informa su siguiente movimiento.

-Llegó al restaurante, voy a entrar. – Antes de recibir respuesta, avienta su teléfono al asiento del copiloto y azota la puerta. Entra al restaurante y lo ve sentado en la barra tomando un refresco, se sienta a su lado sin verlo, le habla al camarero.

-Oye, dame una cerveza.

-Está bien, señor. – Trevor no lo mira, Evan lo ve por curiosidad y lo identifica de inmediato, Phillips espera que actúe de una manera un tanto disimulada, todo lejos de la realidad.

-No puede ser... – sin despegarle la vista de encima, mientras Trevor se hace el interesante tomando su cerveza cada 5 segundos, le toca el hombro para que voltee. – Tú eres Trevor Phillips, ¿verdad? Sé todo sobre ti, te admiro.

-¿Quién pregunta? – Trevor por fin lo ve, con sadismo, aunque en su interior admite que el chico es bien parecido, sobre todo cuando Evan le sonríe.

-Mi nombre es Evan Clay, - le extiende la mano – por favor, déjame invitarte una hamburguesa o lo que quieras.

-Mmmm, está bien, vamos a una mesa para hablar. – Trevor toma su cerveza, camina encorvado hacia la última mesa y se sienta, apoyándose en el filo de la mesa.

-Tú eres una de las razones por las que me dedico a esto. – Lo ve a los ojos, brillantes, y con sonrisa bobalicona.

-Me-me halagas, - está desconcertado por como se comporta ese chico. – Pero no puede ser la razón principal por la que arriesgas tu pellejo, dime, ¿por qué haces esto?

-Porque quería intentarlo, porque crecí entre ladrones y otra clase de delincuentes, vivían de manera tan despreocupada y no seguían reglas que no querían, se cuidan entre ellos ante todo, eso es vivir a mi parecer.

-¿Creciste con tu padre? – Trevor quiere sacarle toda la información que pueda.

-No, no, no conozco a mi padre, está en Liberty City trabajando desde antes de que naciera. – Admite sin mostrar pesar ni odio ni nada, ni siquiera parece pensar en lo que dice.

-Y estás molesto con él por eso. – Afirma de inmediato, viéndolo más desconcertado aun.

-No, la verdad, no, ¿por qué estaría enojado con él? Simplemente pienso que él no tiene poder sobre mí, que no se ha ganado ese poder, que no es nada para mí como debe de ser, siempre he sido responsable de lo mío.

-Pero... Te abandonó, precisamente a tu suerte, ¿no sientes el deseo de sacarlo de su castillo de hielo y quemarle todo el cuerpo hasta que ya no pueda usar ni su pito ni nada? – A pesar de lo sádico que suena eso, ninguno de los dos reacciona a tales amenazas, Evan mueve su cabeza negativamente.

-No, como te he dicho, Trev., ¿puedo llamarte Trev.? –Trevor asiente, sin dudarlo. – No viviría plenamente si estuviera resentido con él, ¿por qué insistes en esto? ¿Tus padres te abandonaron?

Grand Theft Auto: The Big OneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora