En el momento en que Percival cruzo la puerta de la oficina de Ashton Whitelaw y vio la cantidad de carpetas y papeles repartidos sobre el escritorio, tuvo la seguridad de que esta reunión no era en absoluto para recordar los viejos tiempos como amigos.
Melanie paso junto a Percival y sin esperar consentimiento por parte de sus anfitriones, tomo asiento sobre uno de los tantos sofás que estaban alineados alrededor de una pequeña mesa de cristal que se ubicaba tres metros lejos del escritorio de Ashton Whitelaw.
-No sé si la amnesia es un efecto secundario del coma.-dijo ella, mirando hostilmente a Ashton.-pero te recuerdo que gano mi sueldo por como entreno a mis jugadores, y en este preciso momento, ellos están entrenando con su futuro rival, algo que hasta donde yo sabía es completamente irresponsable y sancionable.
-Solo será una hora o dos como máximo.-replico Percival, cruzándose de brazos y teniendo cuidado de no mirar a Melanie.-Dudo que puedas ganarte una sanción por eso.
Melanie desvió su atención de Ashton y la concentro en el entrenador japonés.
-Estoy segura de que a ti no te importa una sanción, Percival.-declaro ella.- Acabas de salir de una que duro casi diez años, y tal vez estés buscando otra para tener una excusa y dejar definitivamente los estadios.-ella se reclino contra el respaldar del sofá y cruzo sus piernas esbeltas.-De cualquier forma, no es noticia nueva de que adoras las excusas, Percival Travis.
Percival se debatió entre responder o no, pero decidió guardar silencio. Sabía que muy pronto tendría que explicar muy a fondo todas sus decisiones, pero no ahora. Así que se limitó a mirar a Melanie con aire aburrido, como si realmente no le importara que pudiera pensar ella de él, cuando en realidad ocurría todo lo contrario.
Ashton fingió no notar las miradas que intercambiaban los entrenadores. Aunque no se molestaba en demostrarlo, se preocupaba por ambos. Tal vez el sentimiento de capitán seguía arraigado a su corazón y continuaba cuidando a sus antiguos compañeros como cuando tenían diecisiete años. De cualquier forma, le gustaría que los entrenadores pudieran solucionar los problemas que no habían solucionado hace treinta años.
Tal vez podría convencer a Percy de eso. Lo podría invitar a un bar como cuando eran más jóvenes e intentar persuadirlo de hablar con Melanie, porque Dios sabía que nadie podría convencer a Melanie de ser la primera en hablar con Percival.
Finalmente Ashton aparto la mirada de los entrenadores y la concentro en su esposa, quien fue la última de los cuatro en entrar a la oficina. Sus alarmas se encendieron cuando la vio colocar el seguro a la puerta. Él sabía que podría ser una medida de precaución para impedir que alguien entrara mientras ellos conversaban. Tessa y Tony sin duda se habían colado en más de una ocasión a su oficina, y Ashton sospechaba que él jamás sabría cuantas veces ellos dos habían escuchado conversaciones que no debían.
Pero algo en los movimientos mecánicos de Catarina le indico a Ashton que había asegurado la puerta por un motivo muy diferente; ella quería evitar que alguien pudiera salir de la habitación.
Ashton frunció el ceño, e intento buscar la mirada de Cath para saber que tramaba ella. Cuando ella evito deliberadamente a Ashton, este no tuvo duda de que su esposa planeaba algo de lo que muy probablemente se arrepentiría.
Catarina avanzo hasta el centro de la oficina, sin importarle la mirada de advertencia de su esposo. Se detuvo frente a Percival y lo examino abiertamente. Cuando él había entrado en el comedor no había podido darle más que una ojeada, pero había notado de inmediato las diferencias.
En su adolescencia, Percival había sido tan delgado y alto que cualquiera podría haberlo descrito como desgarbado y torpe. Y para ser sincera, él lo había sido cada vez que se encontraba fuera de una cancha, pero cuando entraba a un entrenamiento o partido, era como si Percival al fin encontrara la frecuencia a la que pertenecía, porque de pronto, Percy se equilibraba y se movía sobre la hierba como si fuera la representación física del aire, listo para hacer temer a cualquier rival.
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El torneo (Inazuma Eleven-Axel Blaze)
FanfictionLa vida de Tessa Whitelaw está en crisis, luego de perder a sus padres en un accidente de tráfico, y de despertar de un coma de cinco meses, Tessa decide volver a jugar futbol y continuar siendo la capitana de los caballeros de la reina, pero el Tor...