Capítulo 8: Cambios.

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Me aparte de su agarre, y me levante de un salto del suelo para quedar frente a él. Si Axel se vio ofendido por mi reacción, no lo demostró.

-¿Qué quieres?-pregunte mordazmente.

Retrocedí varios pasos atrás, tratando de colocar la mayor distancia entre nosotros dos. No hice ni el menor esfuerzo por limpiarme las lágrimas del rostro, pero estaba plenamente consciente de la imagen que entregaba. Cabello revuelto, rostro rojo, y ojos irritados. No se acercaba a lo que siempre intentaba aparentar.

-Deja de llorar, debemos irnos.-ordeno Axel. Levanto la barbilla, y sus ojos marrones brillaron.-No tenemos tiempo para tus berrinches.

Lo mire atónita. ¿De verdad podría comportarse de forma tan cruel? Y lo peor, me lo decía a mí, como si fuera una niña de cinco años malcriada llorando por no haber tenido su juguete favorito. Ladee la cabeza para observarlo.

-¿Por qué?-pregunte con una calma que llego a sorprenderme a mí misma.- ¿Por qué te has esforzado tanto para odiarme? ¿Qué demonios te he hecho?

Y mi voz se quebró en las últimas palabras. Apreté los dientes con fuerza para evitar llorar, sin embargo, las lágrimas comenzaron a emerger nuevamente. Parpadee rápidamente para ahuyentarlas, pero no funciono demasiado.

La expresión de Axel se suavizo un momento, y casi pareció titubear, pero luego, eso desapareció y fue sustituido por su típica expresión impasible.

-No eres de mi equipo.-respondió cortante.-Tengo que soportarte, no ser amable contigo. Ahora, vamos.

Me cruce de brazos para ocultar el leve temblor de mis muñecas. ¿Que esperaba? Yo era de otro equipo, debían de verme como una espía que trataba de robar todos sus secretos. No me veía como una igual, si no, como la competencia.

-Bien.-dije lentamente. Bien, eso estaba bien. No falsas ideas, esto estaba bien.

Levante el rostro, y camine a la salida. El suelo parecía balancearse bajo mis pies, pero logre caminar derecha y recta, lo mejor que pude al menos.

-Espero que no vayas a dejar el equipo.-añadió Axel cuando estaba a punto de salir por la puerta.

-¿Y eso en que te afectaría?-pregunte tácitamente.-Seria un alivio para ti, ¿No?

No me di vuelta para mirarle la expresión a Axel. No necesitaba eso para saber que mantenía esa estúpida expresión impasible de siempre. No mostraba emociones, sus labios en una fina línea, ojos oscuros que no dejaban percibir nada más que una oscura muralla.

-Terminarías de arruinar todo.-mascullo el.- Nadie de Inazuma Japón ni Los caballeros de la reina podría jugar otro partido.

Me detuve. Eso era nuevo.

-Creí que...-comencé a decir pero Axel me corto con brusquedad.

-Eso jamás termina bien, ¿No? Esas son las reglas. Si tú o Mark renuncian, los dos equipos caen.

Me tense. Jamás había dejado que alguien me insultara de tal modo.

Levante la barbilla con arrogancia, y el temblor de las muñecas se detuvo. Me gire sobre los talones para enfrentarme a Axel. Esto se terminaría ahora.

-¿Quién crees que eres?-dije lentamente.

Axel frunció el ceño, pero no dijo nada.

-Solo eres un chico con suerte que pudo alcanzar competencias de futbol internacionales.-respondí a mi pregunta lanzándole una mirada de desprecio.-Tú crees que soy menos que tú, y por eso puedes insultarme cuando te venga la reverenda gana.

El torneo (Inazuma Eleven-Axel Blaze)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora