2.- "Lava tus manos"

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La mirada del pelinegro era demasiado profunda, no sabía que hacer, perderse en esos ojos mieles era imposible.

-...Podrías hacerte a un lado, este es mi lugar- dijo con tono serio, soltando mi barbilla para señalar con su dedo indice la banca en la que estaba sentado.

-Los lugares no tiene nombre zoquete- menciono Alan para después clavar una mirada retadora.

-Te equivocas querido jirafon, este es mi lugar- volvió a señalar la banca, esta vez en la parte trasera, Alan y yo revisamos y ahí estaba escrito claramente "Este asiento es exclusivo de José Miguel Canela Rivera" -¿Lo ves, o acaso los productos para el cabello ya te dejaron ciego?- dijo con tono burlón.

-No te preocupes- dije levantándome del asiento y me senté en la siguiente silla a la derecha -Listo, es todo tuyo- saque mi cuaderno y mis bolígrafos para comenzar a escribir el glosario que escribía la profesora en el pizarron.

después de ese incomodo momento, la clase siguió su ritmo hasta que sonó la campana de cambio de clase.

-¡chicos!, recuerden que el glosario debe ser entregado en hojas blancas e ilustrado, para mañana- dijo la profesora en cuanto todos nos levantamos de nuestros asientos - nos vemos mañana chicos- se despidió y salio del salón de clases.

Recién cruzaba la puerta cuando escuche que alguien gritaba mi nombre.

-¡Alonso, espera!- Era Alan -¿Sabes dónde es nuestra siguiente clase?- pregunto.

-En realidad no, llegue aquí gracias a un chico de Psicología- saque el horario de mi mochila y leí cuál sería la siguiente clase - Costo de Alimentos, Edificio "E" en el salón 5- dirigí mi mirada hacia Alan con la esperanza de que supiera como identificar los edificios.

-Ve por el pasillo principal, el primer edificio a tu derecha es el "E"- dijo una voz detrás de nosotros, volteamos a ver quién nos había ayudado y era Jos.

-Ah, va, gracias- comento Alan con tono desinteresado, tomo mi mano y me llevo camino al pasillo principal.

-Espera Alan- detuve el paso y voltee a ver al pelinegro -Muchas gracias Jos - sonreí agradecido -Pero ¿tú no vendrás a clase?- mire confundido al ojimiel.

-Es de las materias más aburridas, es mucho más fácil aprobarla en un examen extraordinario- dijo con un gran aire de grandeza.

-Estas repitiendo el año ¿verdad?- pregunto Alan con un tono burlón -Vaya si es tan fácil aprobar en extraordinarios, ¿por qué estás re-cursando cejitas?- mostró una sonrisa totalmente engreída.

Jos frunció el ceño, se acerco a Alan y comenzó a dar ligeros golpes con su dedo indice sobre el pecho del moreno -Deberías meterte en tus propios asuntos copetito- se notaba furioso.

-Chicos, tranquilos, por favor - me puse en medio de los dos, no quería terminar mi primer día en la dirección - Por que no vamos todos juntos a clase ¿les parece? - tome las manos de ambos chicos e intente darles una sonrisa tranquila y llena de confianza, aunque por dentro este rogando porque se calmen.

Al final decidieron seguirme y ambos se sentaron junto a mi, decidí sentarme entre ambos, pésima idea, se sentía una tensión espantosa, no dejaban de mirarse con odio, decidí relajar las cosas e iniciar una charla amigable, íbamos a vernos durante todo el semestre, somos compañeros en la clase de panadería así que necesitábamos una relación por lo menos decente entre los tres; nuestro profesor sólo anoto unos cuantas sumas en el pizarron y se dispuso a revisar su teléfono durante toda la clase, dudo que se moleste si charlamos un poco.

-Oye Alan, ¿por qué no nos cuentas el como decidiste inscribirte a la carrera?- pregunte al moreno, tratando de mostrar mucha curiosidad.

-Pues... cuando tenía 5 años mi madre siempre me llevaba a comprar ingredientes al salir de la escuela, le encantaban las paletas de chocolate, pero sobre todo le encantaba vernos comer con gran placer sus pasteles- comenzaron a cristalizarse sus ojos -Ella murió antes de que cumpliera 6, le prometí que haría que las personas disfrutarán todos los postres que hagan mis manos, así como yo amaba comer sus creaciones- sus ojos seguían cristalinos, lanzo una sonrisa intentando no soltar ninguna lagrima.

-Alan, lo siento yo...- iba a disculparme por mi pregunta, pero fui interrumpido por la voz de Jos.

-Dónde quiera que este tu mamá, seguramente esta muy orgullosa de ti- sonrió el ojimiel, una sonrisa cálida y llena de sinceridad.

Me quede atónito, no creí que Jos pudiera ser tan amable.

-Espero que lo este- sonrió Alan mientras limpiaba las lagrimas que contenía en sus ojos, con la manga de su blazer - y tú Jos, ¿por qué repostería?- pregunto curioso el moreno.

-Es algo gracioso- río levemente el pelinegro -yo quería dedicarme a la música, pero fui rechazado, el único cupo disponible fue en ésta carrera y mis adres no querían que perdiera el año- intento sonreír pero solo mostró una mueca de tristeza -Por eso reprobé todas mis materias el año asado, no me agrado la idea de tener que renunciar a mi sueño- volteo su mirada del pupitre a mi cara, pude ver en sus ojos un ligero toque de tristeza. 

Príncipe de Chocolate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora