IX

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Escucho los grito de mamá y un rato después dos toques en mi puerta. Dejo mi pintura de lado y abro la puerta, mamá esta impecablemente vestida, como siempre. Ni siquiera en su casa se saca los tacones, es decir, se supone que en tu casa debes descansar, sentirte cómoda y relajada, pero parece que mi madre no conoce esas palabras: descanso, comodidad y relajación.

--¿Qué pasa? –me apoyo en la puerta y ella señala la cocina-

-- Vamos a almorzar... Jeffrey, tú y yo –suspira y se da la vuelta. Me cambio de ropa y decido ir al comedor, mamá nunca almorzaba aquí, era bastante raro esto.- Hola –lo saludo y el asiente en modo de respuesta.-

Cómo siempre, mamá era la única que parloteaba, sobre sus clientes, la empresa, los nuevos colegas. Ya estaba aburriendo. Mire a Jeffrey y el me sonrió, le devolví la sonrisa y mire de reojo a mi madre. Estaba concentrada intentando abrir un vino, me muerdo el labio y lo vuelvo a mirar. Dios, esto se esta poniendo caliente. El niega sonriendo y rompe el contacto visual conmigo, Alex 1 – Jeffrey 0.

Estiro mi mano para tomar el aceite en la mesa cuando mi madre me da un manotazo.

--No seas maleducada! –Siento un ardor en el brazo y me doy cuenta que me pego tan fuerte, que termine rompiendo la copa con mi brazo, mierda esta sangrando.- Mira lo que hiciste Alex!

-- Mamá –chillo y los ojos se me llenan de lágrimas, me arde mucho.-

-- Ve al baño, puedes ayudarla con esos vidrios? –Jeffrey asiente y me acompaña al baño.- Voy a limpiar este desastre, pareceque nunca fuiste a clases de etiqueta... -dejo de escuchar su voz cuando entramos en el baño, veo las gotas de sangre en el piso-

-- Pon tu mano ahí –me señala debajo de la canilla- Voy a intentar sacarte los vidrios, si? –bajo mi mirada a mi brazo y veo que hay varios pedacitos de vidrios entrerrados en mi piel.- No mires que te va a doler mas, siéntate ahí –palmea la mesada pero yo no puedo subir con una mano-

-- No puedo subir con una mano –el suspira  y en menos de 2 segudos estoy sentada en la mesada, se coloca entre mis piernas y rebusca en el armario de arriba hasta que saca un botiquín.- No creo que los enfermeros en el hospital se coloquen en esta posición

-- Que suerte que no soy un enfermero –me responde divertido y abre la canilla, mierda, arde, arde, arde, siento mis ojos llenarse de lágrimas de nuevo.- No me digas que vas a llorar? –rie y yo con mi mano libre le pego en el pecho.-

Saco mi mirada de mi brazo y lo miro a él, estamos bastante cerca. Aunque estoy sentada en la mesada, el sigue siendo mucho más alto que yo. Su perfume inunda mis fosas nasales y yo me muero por dejar unos besos en su cuello.

No quiero ser una ofrecida tampoco, ayer nos besamos pero no sé que va a pasar, pienso y lo vuelvo a mirar, se ve bastante concentrado en lo que hace, tiene la lengua entre los dientes, un gesto bastante tierno. Apoyo mi cabeza en su hombro y el ni se inmuta, como si ya esperara que fuera hacer eso. Para distraerme observo su cuello, su nuez, intento concentrarme en su aroma.

--Me estás distrayendo –rie y se acomoda los lentes. Paso mi brazo por su cintura, por debajo de su chaqueta, su calor corporal me hace sentir cálida.- Me sigues distrayendo.

-- Lo siento –susurro en su cuello y el suspira pesadamente, pero no me muevo, observo su barbilla y acaricio su ancha espalda.-

-- Esto te va a arder si? –no me deja ni pensar cuando siento un ardor en mi brazo.- Ya está, ya está. –me susurra y veo que pasa una venda alrededor de mi brazo-

-- Vas a besarme? –susurro levantando mi cabeza y siento que nuestras respiraciones se mezclan, nuestras narices rozan, su mano toma la mia (lastimada) y con la otra acaricia mis piernas.-

-- ¿Quieres que lo haga? –Asiento mirando su boca, esta entreabierta y sus ojos están cerrados-

Unos segundos después sus labios chocan con los mios, es un beso suave, todo lo contrario de lo que fue ayer. Me besa como si fuera de porcelana, como si no quisiera romperme. Suelto su mano y acaricio su cabello, él sonríe y apoyo mi otra mano en su abdomen. El me rodea con los dos brazos y se separa.

--No deberías estar besando el novio de tu madre –susurra en mi boca.-

-- No debería hacer muchas cosas... y las hago igual.

El novio de mi mamá. 《Jeffrey D. Morgan》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora