Extra 8

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Jeffrey:

Despierto y lo primero que hago, como todas las mañanas es buscar con la mirada a Alex, pero ella no está en la cama. Que raro, es temprano. Miro a la cuna y Bella tampoco está. Me levanto y el pánico aumenta al ver que ni siquiera Nico está.

¿Y si la cague y ella se fue con nuestros hijos?. No hice nada malo, o eso creo. Comienzo a pensar en lo que paso estos días y recuerdo la conversación/discusión que tuvimos porque apareció una mujer diciendo que tenía un hijo mío.

Siento mi corazón parar y lo primero que miro es el closet, pero cuando veo  que toda su ropa estaba allí, siento un alivio tremendo. Tomo mi celular y la llamo pero nada, ¿Dónde se metió esta mujer?

Voy a la cocina a prepararme un café y veo una bandeja con un jugo, una taza de café (vacía) y unas tostadas. Además de una nota.

Antes que te desesperes, no te deje. Fui a hacer un mandado.

Lamento por el intento de desayuno, sabes que soy un desastre en la cocina.

Te amo,

tu esposa

Sonrío y puedo imaginármela haciendo esto con Bella y Nico. Le compadezco. Cuando prendo la cafetera escucho un ruido en la puerta y ni me molesto en girarme, sé perfectamente quien. Es la única que llega haciendo un escándalo. Un minuto después unos delgados brazos me rodean y sus manos se posan en mi abdomen,deja un beso en mi espalda.

--Buen día, cariño –dice y yo sonrío, diablos, nunca dejo de sonreír cuando la tengo por cerca.-

-- Hola, ¿Dónde estabas? –pergunto y me giro, ella queda frente a mi pero sin soltarme del abrazo.- Casi me da un infarto cuando no te vi, ni vi a los niños. Pense que te habías ido, realmente, con la discusión del otro día…

-- Hey, esta bien, fui a dejar los niños con Ian…. Y… -sonríe perversamente.- … hacer algo.

-- ¿Hacer qué? –pregunto curioso y ella ensancha más su sonrisa. Es tan hermosa. Se ve demasiado bien, tiene casi 28 y parece una niña de 18, está usando un top y una pollera rosa pálido, su pelo corto hace que la parte de sus hombros y clavículas resalten, dejándola más delicada aún.-

-- Hoy es un día especial… -su dedo hace un recorrido por mi pecho hasta llegar a mi bragueta, cuando pienso que va a continuar, vuelve a abrazarme.- Feliz cumpleaños mi amor, mi vida, mi mundo entero… -susurra y yo envuelvo mis brazos alrededor de su pequeña cintura, ¿cómo hace para ser tan delgada comiendo tanto?.- Lamento lo de iniciar tu día solo, fui a ver tu regalo…

-- ¿Mi regalo? –ella asiente y veo como sus dedos se dirigen hacia el cierre delantero de su top, me relamo los labios sabíendo lo que se viene, dos perfec…- ¿pero qué…? –digo un poco indignado cuando ella se tapa los pechos, ríe y se da la vuelta.-

-- No seas desubicado –miro un tatuaje allí y sin poder evitar paso mis dedos por encima del plástico que lo cubre.-

-- Es hermoso… -leo la palabra “libertad” y un pájaro al lado, con dos más chicos siguiéndolo.-

-- Es nuestra familia –susurra.- El más grande eres tu, él más importante. Él que me dio libertad y felicidad

-- Diablos, me vas a hacer llorar –digo riendo, aunque si sigue hablando lo voy a hacer. Camino hasta quedar frente a ella y estampo mis labios con los de ella, escucho su gemido así que mi lengua encuentra la suya, sonrío y la empujo contra la mesada. Cuando sus brazos rodean mi cuello, tomo su cintura y la levanto, sentándola encima de la mesada. Sabiendo que sus pechos están descubiertos, mis manos pican por tocarlos, y así lo hago, torturo sus pezones por un rato y escucho sus quejas/gemidos, nunca aprendió a ser silenciosa.- Vamos a otro lado, por favor.

Ella asiente y camino hasta nuestra habitación, la dejo suavemente en el colchón y saco su falda, creo que él paraíso es tener a Alex así, solo con bragas, agitada, con los labios hinchados, despeinada y con esa mirada llena de deseo. Beso sus piernas, vientre, hasta llegar a sus pechos, donde me entretengo un buen rato hasta que la hago venirse.

--Eres demasiado intento –susurra y yo me levanto, tomo de la mesita las toallitas húmedas de la bebe y vuelvo a verla, ella al ver mi intención cierra las piernas.- No, ni lo pienses.

-- Alex…

-- NO! –chilla y yo alzo las cejas incrédulo.- Es demasiado…

-- ¿Intimo? –pregunto riendo, ella asiente y yo pongo mis ojos en blanco.- Acabo de mamarte los pechos mi amor.

-- Jeffrey! –su cara de vuelve roja y yo toco sus piernas, carcajeo cuando se tapa la cara y abre sus piernas. No es la primera vez que lo hago, al menos con ella consciente. Cada vez que tenemos sexo, cae rendida y yo tomo el trabajo de pasar una toallita por su zona baja. A veces limpiando el desastre que yo mismo hago, acabando fuera de su interior. Siendo más explícito, limpiando el semen que dejo en sus pliegues.- Ay dios… -la escucho decir cuando bajo sus bragas, paso la taollita por la zona y me levanto, busco unas bragas nuevas y se la coloco. Dejo un beso en su monte venus y le sonrío.-

-- Ya está.

-- Es demasiado vergonzoso! –rio al ver que sus mejillas siguen rojas.-

-- Desde que me dijiste que no te gustaba la sensación de quedar sucia después del sexo, siempre lo hago –me encojo de hombros.- Tu te duermes en menos de 5 minutos…

-- ¿Siempre lo haces?

-- Siempre.

-- ¿Siempre me cuidarás? –Pregunta como una niña pequeña-

-- Siempre, amor.

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Esto estaba para subirse el 22/04 pero adivinen quien tiene un parcial ese dia? 🙋.
Y durante la semana, tendre que estudiar si o si. 🙄

El novio de mi mamá. 《Jeffrey D. Morgan》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora