XVII

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Seis meses después...

Hoy Sol hacía un año, nuevamente estábamos en esta trágica ciudad.

Espero que Jeffrey me abra la puerta del auto e inmediatamente tomo su mano, necesito estar en contacto con él para estar tranquila.

La fiesta en realidad era mañana, pero su cumpleaños era hoy. Empuje el portón de su casa y vi que mi familia estaba toda allí. Mis padres, Lucca, Jessica, Sol y los padres de Jessica.

Mi padre sonríe cuando me ve, mi hermano también pero mi madre no, ella me queda mirando fijo.

--Hola –digo cuando llego, están todo quietos-

-- Hija, que bueno verte –papá me abraza, después mi hermano me abraza, observo a mi madre pero ella deja la copa de vino y pasa por mi lado chocándome el hombro- Deja, ella no sabe que hacer.

-- Pedirme perdón sería un buen paso –me encojo de hombro y todos vuelven a hacer sus cosas. La tensión en el aire  se fue.-

-- Ella cree que tu debes pedirle perdón –me dice mi hermano con su hija en la falda- Son igual de tercas.

-- Bueno, ella que se pierde. –Vuelvo a tomar la mano de Jeffrey y él me da un suave apretón-

Estuvimos un rato conversando, donde la que mas hable fui yo, conte sobre países que habíamos visitado y esas cosas. Cuando llegó la hora de irnos llamé a mi papá.

--Puedes entregarle esto a mamá? –le alcanzo un sobre-

-- ¿Qué es?

-- Pruebas de mi felicidad, para que ella termine con esa tortura.

Al llegar al apartamento que Jeffrey se quedaba hace año y medio atrás lo primero que hice fue sacarme las botas, uf, que alivio.

Entre a la pieza donde había dejado mis pinturas y el olor que había allí me hizo sentir nauseas. Dios mio, que asco. Arruge la nariz y cerre la puerta, vi que Jeffrey estaba metido en su despacho, nos íbamos a quedar algunas semanas ya que descubrieron que él había vuelto y le pidieron que investigara un tipo ahí, era algo rápido, asi que acepte quedarme algunas semanas aca.

En realidad casa no teníamos. Cada vez que viajábamos pasábamos como máximo una semana el en país o la ciudad, asi que siempre nos quedábamos en hoteles. Mi apartamento en Nueva York era donde teníamos nuestras cosas y era como nuestra base, viajábamos un tiempo, pasábamos un mes en Nueva York y volvíamos a viajar. Era lo mejor del mundo, no tener que preocuparse por nadie ni por nada, solo subirte en un avión y llegar a un lugar totalmente desconocido, idiomas, culturas, todo diferente. Y lo mejor de todo, era involucrarse, querer aprender, hacer parte de aquella cultura, de aquel país.

Observe nuestra cama, en realidad era un colchón tirado en el piso, nuestras maletas con la ropa toda esparcida por encima de sofás, me gustaba, me gustaba vivir asi, sin preocupaciones.

Y se preguntarán de donde sacábamos tanto dinero para viajar, en realidad yo había ahorrado durante el año que deje la escuela de ballet, todo el dinero que mis padres me daban para la escuela, yo depositaba en otra cuenta. Además que cada lugar que vamos, vendo un montón de mis cuadros más los ahorros de Jeffrey, vivimos bastante bien.

Busque en el fondo de mi maleta y lo encontré, fui al baño y me hice el bendito test.

Espere... espere y pum, positivo. Estaba embarazada, de nuevo, solo que ahora sí sabía de la existencia de un ser dentro de mi, sonreí y mire mi vientre. Estaba algo desconfiada, no quise decirle nada a Jeffrey porque se iba a traumar, ya que venir a esta ciudad es sinónimo de estrés.

El novio de mi mamá. 《Jeffrey D. Morgan》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora