Epílogo.

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Miro a Nicholas y vuelvo la vista a mi libro. Cuando te encuentre de Nicholas Sparks. Suspiro cuando siento que mi hijo se apoya en mi abdomen, está pesado... 2 años ya. Dejo mi libro de lado y lo observo, es Jeffrey en miniatura, tiene sus ojos, su mirada, su carácter divertido pero tranquilo.

Acaricio su cabello y siento que el apoya su cabecita en mi pecho.

--Pa-pá

-- Papá ya viene, mi amor –susurro observando la puerta, Jeffrey está preparando su mamadera supongo. Son las diez de la noche y estoy muy cansada, necesito hacer dormir a Nicholas para poder descansar. Veo como él agarra uno de mis pechos

-- Deja mis pechos Nicholas –saco su mano suavemente y él se queja.- ya eres bastante grande para seguir tomando leche de tu mamá.

--Ma-ma –grita riendo y yo sonrío. Estoy completamente enamorada de este hombrecito.-

-- Si, soy yo –beso su mano y él vuelve a colocar la mano en mis pechos.-

-- Deja los pechos de tu madre –dice Jeffrey desde la puerta, suspiro aliviada.- Ahora son míos

-- Hey! –rio tomando la mamadera de leche.- Vamos mi amor, toma esta leche y duerme porque tu mamá esta exhausta.

-- Voy a ducharme –me dice Jeffrey yo asiento hipnotizada por mi hijo, es precioso.-

Cuando Jeffrey sale de la ducha, esta solo con una toalla envuelta en su cintura. Un calor sube a mis mejillas, mierda, es mi marido, hace como 5 años que estoy con él, no debería darme la mínima vergüenza. Sostengo un poco mejor a Nicholas que duerme plácidamente en mi pecho, vuelvo a mirar a Jeffrey y maldita sea, en ese exacto momento en se desata la toalla y queda plenamente desnudo, ni se percata que lo estoy viendo, solo se coloca el bóxer y vuelve a tomar la toalla para dejarla en el cesto de ropa sucia.

Se gira y alza las cejas.

--Bonito espectáculo –sonrió y dejo mis lentes en la mesita.- Lo llevas?

-- Gracias, preciosa –hace una reverencia y toma a Nicholas en sus brazos, segundos después desaparece de mi vista. Me vuelvo a acostar en la cama y tapo mis ojos con mi brazo, sonrío cuando siento la cama hundirse y algo hacerme cosquillas en mi barbilla, su barba.- Estas preciosa hoy –me susurra-

-- Estás todo un galán hoy –me giro y lo observo, el ríe y toma uno de sus libros. Como siempre, apoyo mi cabeza en su hombro y mi mano en su pecho, acaricio la zona suavemente.- ¿Qué hiciste?

-- ¿Qué hice qué? –me pregunta sin despegar la vista de su libro-

-- El seguridad del portón. No estaba hoy, lo despediste? –observo su rostro y una sonrisa maligna asoma- Jeffrey! –pego un suave tapa en su pecho-

-- Estaba acosándote –me mira y vuelve a leer- Pasaba mirándote, no me gusto. Hable con él y me falto el respeto, lo corrí.

-- ¿Qué te dijo? –el niega- Amor...

-- Que era un viejo ciego, no veía que seguramente te acostabas con otro porque no conseguía satisfacerte en la cama –se encoje de hombros-

-- Sabes que eso no es verdad. –susurro un poco indignada, nunca en la vida me paso en la mente recurrir a otro hombre de mi edad, por la edad de Jeffrey. Todo al contrario, Jeffrey es mejor que muchos chicos jóvenes por ahí, es una persona con experiencia, conoce perfectamente mi cuerpo y que hacer con él, estoy más que satisfecha con el hombre que tengo al lado, es más, creo que saqué en la lotería.-

-- Lo sé –me mira sonriendo- Solo no me gusto lo que él dijo, además no me gustaba la manera en que te miraba. ¿Acaso no entendió que tienes un anillo en el dedo y un hijo mío?

-- Estabas celoso? –beso su hombro y río, nunca me imagine a Jeffrey celoso, siempre fuimos nosotros los dos.-

-- Estaba furioso –me dice divertido- No tengo motivos para estar celoso de ti, eres mía.

-- Lamento decirte que hay otro hombre en mi vida.

-- Bueno, esto es un poco raro pero también... hay otro hombre en mi vida. –río, ese pequeño hombrecito nos robo la vida y el corazón.- Solo... no pienses en eso

-- ¿En qué?

-- En lo de que te acostabas con otro –deja el libro de lado y me mira- No pienses en la diferencia de edad, siempre estuvimos bien asi

-- No estaba pensando en eso –miento, en realidad si lo estaba.-

-- No mientas, te conozco. –besa mis labios- Si algún día no te sientes satisfecha en la cama, yo mismo te conseguiré alguien –me dice sonriendo-

-- Sabes que es mentira –beso su boca, un beso húmedo, mierda siento mi vientre arder pero no puedo.- Me dejas agotada siempre, conoces cada parte de mi cuerpo... más que yo. Nunca me fallarías

-- ¿Hmm? –siento su lengua adentrarse en mi boca. Sus manos descienden hasta mis pechos pero yo me separo.- No estarás embarazada, no? Tus pechos están hinchados

-- No, estoy en mis días –beso su cuello.- ¿Quieres tener otro hijo?

-- No lo sé, supongo. No quiero planearlo, me gusta que sea una sorpresa

-- Yo deje de tomar la pastilla –lo miro y el alza las cejas- Hace tiempo que no usas condón pero no sé, me siento bien. Si quedo embarazada, no creo tener ningún problema.

-- ¿Cómo sabes que vas a quedar embarazada?

-- Hacemos el amor todo los días –rio- Es obvio que si ninguno de los dos se cuida tendremos otra frutita aquí –señalo mi vientre-

-- Quiero una niña. –me señala y yo asiento, yo también la espero. Sonrió y lo vuelvo a mirar, quien diría que estaría hablando de tener un segundo hijo con el tipo que un día fue el novio de mi mamá.

El novio de mi mamá. 《Jeffrey D. Morgan》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora