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Una semana para la boda de mi hermano, una semana. Arreglo mi vestido y bajo del auto, del cual baja mamá y Jeffrey. Hoy sería otra de esas cenas en familia, pero sin amigos de la familia. Mi hermano iba a anunciar algo importante, y habían dos opciones: Jessica estaba embarazada o no se iban a casar. Prefería lo segundo, no estoy preparada para tener un sobrino, tengo una cierta repulsión hacia niños chicos, siempre me hacen la vida imposible. Me estresa que griten, pataleen, lloren. Dios mio, espero no tener hijos.

En la mesa estaba como siempre: papá, Rebecca, Sofie y su ¿novio? ;mi hermano y Jessica, nosotros llegamos y me senté al lado del novio de Sofie, enfrente a Jeffrey.

La cena se pasó bastante tranquila, había una cierta tensión en la mesa pero no sabía por qué. Observe mi mamá y ella no sacaba los ojos de mi papá, él le lanzaba unas miradas y ella sonreía. ¿Acaso están coqueteando?, suspiro y miro al frente, error, Jeffrey no sacaba los ojos de mí. Alce las cejas y él me guiñó un ojo, mierda, espero  que nadie se haya dado cuenta.

El tema ahora era el novio de Sofie, yo me concentraba en comer esta deliciosa torta de chocolate, y lanzarle algunas miradas de advertencia a Jeffrey, estaba siendo muy obvio.

--¿Cuándo piensas volver a la escuela de ballet? –me preguntó Rebecca y yo cerré los ojos maldiciendo internamente-

--No lo sé.

-- Al final nunca dijiste que lesión sufriste –me dice mi hermano, ¿estaban conspirando contra mi?-

-- En realidad, cada vez que iba a entrenar me dolía. Nunca fui a una fisioterapeuta –me encojo de hombros, Jeffrey me miraba serio, era el único en esta mesa que sabía toda la verdad-

-- ¿Cómo que no fuiste? Te dejaste estar, puede ser algo grave. –me dice mi madre y yo estoy a punto de explotar.- Tienes que volver a Nueva York e ir al médico, tienes que volver cuanto antes a la escuela.

-- ¿Para qué?

-- ¿Cómo para qué? Para seguir tu carrera Alex –me mira consternada, como si dijera algo muy malo- Estabas enloquecida para ir a la escuela y ahora te dejas tirada.

-- Estaba enloquecida para irme de esta ciudad. Nunca me preguntaste si yo quería hacer ballet –la enfrente- llegaste y me dijiste que me iba a NY a una escuela de ballet.

-- Alex... -susurra mi padre y todos me miran asombrados, menos Jeffrey, el asiente dándome ánimos cuando paso mi mirada por él-

-- No, déjame terminar papá. Nunca les importo mi opinión, solo piensan en ustedes y en el dinero... en la fama del apellido Holly, y saben que? en Nueva York estaba en la gloria, porque nadie los conoce. A nadie le importa si llevo el apellido Holly o el que sea. –mi padre me observa furioso, miro a mi mamá y me levanto- Y sabes que mamá? –ella me mira, no se si esta roja de ira o de vergüenza- Hace un año que abandone la escuela de ballet, porque odio el ballet –grito y siento mis lágrimas caer- Hace un año estoy en una universidad pública, si... pública, esa palabra que te asusta tanto,no? Estoy haciendo lo que más me gusta y disfruto, pintar y dibujar.

-- Alex, estas llamando la atención –me susurra mamá-

-- Y a ti no te gusta tener toda la atención sobre ti? –vuelvo a gritar- Lamento no ser la hija que querían, les juro que toda mi vida intente estar a su altura, ir a danza, aprender a tocar el piano, ir a clases de etiqueta. Pero no puedo! No puedo ser otra persona, no puedo fingir mas. Lamento decepcionarlos, pero me gusta ser libre sin ataduras, viajar, conocer gente nueva, disfrutar de pequeñas cosas... porque les juro, no quiero terminar como ustedes.

-- Callate! –siento como mi cara arde y acabo de darme cuenta que mi madre me abofeteó. Tiro la silla y me saco los tacones y salgo corriendo como puedo, no siento ninguna silla moverse, se que nadie va a venir atrás de mi.-

Cuando salgo al exterior del restaurante siento las gotas de lluvias en mi cara, mezclándose y lavando mis lágrimas.

Camino hacia la esquina para ver un taxi pero siento que tiran de mí, unos brazos me rodean y yo se perfectamente quien es, lo abrazo y lloro, como nunca lo hice. Por fin deje salir todo lo que guarde durante 21 años, por fin soy libre. Siento las gotas de lluvia caer sobre mi espalda, seguramente mañana amanezca con tremendo resfriado, pero no importa.

--Vamos a mi auto, te llevo a casa –yo solamente asiento y aprieto mi agarre en su cintura.-

El camino a casa es bastante silencioso, Jeffrey con una mano acaricia mi pierna y con la otra maneja. Me gusta que me hagan ese tipo de caricias, para mi actúan como calmantes. Cuando llegamos al edificio el pone su chaqueta en mis hombros, agradezco con la mirada, soy incapaz de decir cualquier palabra.

Me doy una ducha de agua caliente y Jeffrey se cambia de ropa, al parecer tenía alguna ropa en la habitación de mi mamá. Salí de la ducha y veo como él esta recostado en mi cama, palmea su lado y me acurruco allí. Siento sus manos acariciarme el cabello y mi rostro, mis párpados se van haciendo más y más pesados hasta caer en los brazos de Morfeo.

Me despierto con algo haciéndome cosquilla en la pierna, la muevo pero aquello sigue. Abro mis ojos y veo a Ian sentado en los pies de mi cama, haciéndome cosquillas con un pincel. Lo odio.

--Vamos bella durmiente, tienes que comer algo –me señala la bandeja de comida, y hasta este momento, no sentía hambre pero ahora se me hizo agua en la boca-

-- ¿Qué hora es?

-- Las 21 horas –lo miro confundida- Del lunes, si mi amor, dormiste como 24 horas!

-- Dios mio –mis ojos duelen y creo que es de tanto llorar y dormir-  Debo verme fatal...

-- Lo haces –asiente y sonríe- Tu amor me contó lo que paso ayer, siento mucho... pero ya era hora de que te liberaras

-- Jeffrey no es mi amor!

-- Ni dije su nombre –el ríe y yo también lo hago- Te quemaste sola

-- Cállate, me duele la cabeza. Mamá debe odiarme... y papá también, oh dios, toda mi familia debe odiarme.

-- Tu hermano es una gran persona, y tu padre es mucho más flexible que tu mamá –asiento  poco convencida- recuerdas cuando él te dejaba bajar a la piscina? Tu mamá nunca lo hacía, y tu hermano te cubría. La única bruja aquí es tu mamá Alex.

-- Ian... -río-

-- Oh vamos guapa, es verdad!

El novio de mi mamá. 《Jeffrey D. Morgan》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora