Mi Chica Favorita (MSF 2da Temporada)

¿No está funcionando?

-Fue un pájaro- inventé mientras perseguía a mi papá por las escaleras. Golpee mi cabeza con la palma de mi mano al darme cuenta de lo tonta que era mi mentira.

Él no respondió y siguió su camino. No sabía que hacer, tampoco que inventar. Como ven, soy pésima para eso.

Tenía miedo, si mi papá veía a Diego en mi habitación iba a matarme. Y si es que Diego salía por la ventana, igual no dejaría pasar el hecho de que alguien gritó desde mi habitación.

Al llegar a la puerta de mi habitación, se escuchaba el sonido del televisor al máximo volumen. Mi padre entró sin importarle el sonido y se quedó parado en la puerta.

Intenté ver por los costados y como había imaginado, Diego o se había escondido o había escapado. Respire algo aliviada. Igual si pensara que alguien estuvo en mi habitación, no podía ni siquiera imaginar que era Diego.

Mi padre me miró acusadoramente y regresó la mirada al televisor. Momentos después llegaron, Michelle y Andrea. Chismosas.

"¿Quién necesita a los hombres?"- en el televisor se escuchaba gritar a una cantante en pleno concierto.
"NADIE"- se escuchaba a la multitud gritar.
"¿Acaso los necesitamos?- continuó.
"NO"- le respondieron.

-¿Qué clase de programas ves?- disgustado me preguntó mi padre.

-Es un especial- inventé- estaba viendo tv cuando me llamaste.

-¿Se supone que de ahí vino el grito?- se metió Andrea levantando la ceja, aún incrédula.

-Supongo. Es un concierto en vivo y como ves, gritan mucho.

-No más puertas cerradas- sentenció mi padre saliendo de mi habitación seguido de de Andrea.

Michelle inspeccionó la habitación con la mirada. Al terminar se detuvo en mi, lanzándome una mirada asesina. Se acercó a mi y yo crucé los brazos, no iba a dejar que ella me intimidara.

-No creas que soy tonta. Algo extraño pasa y ya tengo mis sospechas, más te vale que no sean ciertas- al terminar su amenaza se alejó y con paso firme salió de mi habitación.

En cuanto comprobé que nadie se encontraba cerca. Cerré mi puerta con llave delicadamente para que nadie escuchara y me puse a buscar a Diego.

Me acerqué a la puerta del baño pero ni siquiera tuve tiempo de abrirla pues el sonido de la puerta de mi armario abriéndose termino mi búsqueda.

Diego salió de ahí respirando aliviado. Definitivamente había sido un susto para nosotros.

-¿Por qué gritaste?- le recrimine en un susurro.

-¿Cómo no gritar? El niño ese se quedará aquí. En tu casa. Contigo muy cerca. La sola idea me enferma- susurró molesto.

Yo sonreí. ¿Por qué? Pues porque se veía muy tierno cuando se ponía celoso. Realmente no me gusta que me celen mucho pues eso significa que no tienen confianza en mi pero...de vez en cuando un poco de celos no hace mal.

-Estás celoso- lo moleste.

-No- negó él mirando hacia otro lado.

-Claro que si- reí- celoso.

-No. No estoy celoso, Lola. Ya no molestes- dijo dirigiéndose a la ventana. Yo aún sonreía.

-No tienes porque estar celoso- confesé- yo solo quiero estar contigo- lo detuve tomando su mano antes de que saliera por la ventana.