Siento y no siento. La cabeza me aturde. No pienso, escribo. La vida a veces es insoportable. Me gustan los puntos. Me gustaría poner un punto y coma a mi vida. Pretendo ser algo que no soy en determinados momentos. No entiendo porque. Tengo sueño. Es muy tarde. Me gustan los días lluviosos, me recuerdan a los momentos cálidos, ahora me gustan más las comas, hacen que algo se pare pero solo por un momento. Un punto genera una pausa más grande. Intercalarlos me resulta interesante, estoy a gusto. Quiero olvidar, pero me duele. Todo lo veo negro, o gris, o blanco. Nada está claro, no me gustan las personas. Dormir es aburrido, pero lo necesito.
Ahora me creo que los puntos y a parte hacen separan mucho las cosas.
Es como si quisiera cambiar de tema.
Pero no lo hago.
Como si quisiera ocultar algo.
Los dos puntos son para enumerar cosas, como lo que me gusta de ti: tus ojos, tu sonrisa, tu forma de pensar, tu mente, tus ganas, tu alegría, tu inteligencia.
¡Las exclamaciones hacen que parezca que estoy gritando! ¡Pero en mi cabeza el tono sigue igual!
SI PONGO TODO EN MAYÚSCULAS PARECE QUE ESTOY GRITANDO A UN MÁS Y QUE ESTOY EUFÓRICA A PESAR DE QUE MI CARA SIGUE PERMANECIENDO CANSADA.
¿Los signos de interrogación cumplen una buena función?
La vida es muy bonita (en realidad no) - o si - y bella. Gracias a los paréntesis puedo decir lo que verdaderamente pienso (o no) y los guiones me gustan - son líneas rectas -
No entiendo porque la Ñ se usa en tan pocas palabras, es bonita, me recuerda a una niña pequeña con sombrero. Esas dos palabras tienen Ñ, me gustan.
Te quiero. Bueno no, en realidad si.
No me comprendo, me resulta difícil pensar y tengo frío; el frío me hace tener frío.
Siento que nada de esto tiene sentido - o si - me da igual.
adiós
