No quiero ni planificar lo que voy a escribir. Dejaré que mis pensamientos fluyan y mis manos recorran el teclado sin saber cuando parar; como si estuviese en mitad de una carrera, todo se difumina en mi mente y no pienso, simplemente actúo sin saber muy bien por qué.
Creo entender como funciona esto pero no es así.
He hecho cosas que no debo (de las cuales me arrepiento).
¿Por qué siempre me lío con colgados que no me dan bola?
Sería incapaz de escribirte los versos más bonitos si estuviésemos felices, sin embargo, ahora que sé que entre tu y yo nada ocurrirá, se me ocurren mil cosas que decirte.
Es muy feo eso de hacer ilusiones. Imagínate; llego yo, hablo contigo, te acaricio el pelo, pasamos toda la noche hablando, abrazados, manteniendo contacto continuamente, entrelazando nuestros dedos y cuando sientes un mínimo rayo de esperanza me voy, sin avisar. Abro la puerta y marcho, ¿cómo te sentiría? ¿quieres saber cómo me sintió a mí?
Sentí un golpe en mi sien, sentí como el corazón que tengo de despedazaba , como si cada cacho deslizase por un tobogán sin fin que gira y gira sin rumbo y sin la intención de parar, para que así, esos pedazos nunca vuelvan a caer para así recogerlos y unirlos, ya sea con celo o pegamento, como sea, eso es lo de menos. Mis piernas dejaban de tener esa fuerza, mis ganas desaparecen, mi mirada se pierde, mi cabeza no entiende.
Últimamente no sé muy bien como me siento, no sabría como describirlo. Me han dicho que me notan rara, sosa, apagada, pero, ¿y qué?, ¿te digo de verdad como me siento? Si no te interesa lo más mínimo... Que aquí todos vamos de duros y somos más sensibles que un puto cristal al chocar contra el suelo. Que creemos que vamos más flexies que un puto acordeón y no es así. Pírate de mi vida, pero no molestes, no vuelvas, cierra con llave y no vuelvas a aparecer.
No puedo parar de escribir, sigo en la carrera, última curva, sólo pienso, todo fluye, me duelen las manos. Basta ya. Voy a beber, y me va a dar igual.
Un beso,
o mejor varios.