más que un simple humano.

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Primero que nada, feliz año nuevo y segundo... esto es la primera vez que termino una historia. É estado pensando seriamente en cómo terminar. Ya sé que me demoré pero esta es la primera vez que no fue por vago sino que fue por comerme la mente pensando y el echo qu actualize en año nuevo fue pura coincidencia... enserio.
Les agradezco por llegar hasta aquí ahora el final.
Quizás se me ocurre material para algún especial o algo así, quizás no

-¿así que ya decidiste?- preguntó la alucinación.

-Sip, nos volvemos.- dijo el humano después de pensarlo detenidamente.

Shini dio la media vuelta y fue lo más rápidamente posible a la ciudad.

Durante la mayor parte de la caminata se mantuvieron en silencio hasta que esa ilusión decidió hablar.

- ya pronto todo acabará ¿cierto?

- eso es lo que pensaba cuando ocurrió la gran inundación y... sigo aquí.- respondió Shini.

- tienes razón, ella también lo hizo... por un tiempo.

-... aún recuerdo cuando la hola me arrastró, la estaba buscando por todas partes, creo que habíamos discutido por cosas de niños, así que nos habíamos alejado... luego vi esa ola gigantesca que arrasaba con todo. Así que entré en un refrigerador para intentar protegerme ¿puedes creer esa estupidez?

-si puedo creerlo, ¡ya te dije que soy tu mente! ¡no me cuentes la historia de mi vida!- reprochó la ilusión con la forma de Lala.

-oye, estoy aburrido así que hablemos de algo.

-¡no! No quiero hablar de la vida que ya conozco.

-está bien... ¿sabes cuánto falta para llegar?

-pues ya llegamos a la ciudad. Así que ya me voy, tu delirio termina aquí.- sin decir más esa alucinación dese desvaneció en el aire.

Shini continuó caminando como si nada, ya no tenía percepción del tiempo ni si era día o noche. De la nada comenzó a sentir su cuerpo un poco más pesado... ¿o mucho más ligero? ¿más pesado para caer o más liviano para no poder poner los pies en la tierra? Quizás las horas que estuvo caminando en la intemperie o los efectos del veneno que creía que desapareció le estaban pasando factura. Pero lo único que sabía es que era más difícil mantenerse en pié y caminar.

Shini observó una casa que no parecía estar afectada por el combate o los bombardeos. Entró a la casa y se tumbó sobre un sillón contemplando una chimenea apagada.

El humano comenzó a cabecear mientras estaba sentado, se hubiera dormido de no ser porque escuchó que llamaban su nombre por voces que venian de todas partes.

-¡SHINI! ¡SHINI ¿DONDE ESTÁS?!

-¿eh? ¿de donde vienen esas voces?... ¿ellos están vivos o yo me estoy muriendo?... ¿o las dos cosas?- el pequeño se levantó del sillón con mucho trabajo y salió de la casa. Intentó llamarlos pero no podía gritar muy fuerte, ya casi no tenía aliento.

Tomó mucho aire helado para dar un grito a los cuatro vientos- ¡ESTÁN AHÍ!- al gritar esto calló de rodillas al suelo, como si hubiera usado sus últimas fuerzas para gritarlo.

Mientras tanto los demás escucharon la voz de Shini y se dirigieron hacía donde provenía el llamado. Ahí lo encontraron, tratando de ponerse de pié pero volviendo a caer sobre sus rodillas.

Lo ayudaron a ponerse de pié y entraron a la casa.

-¿te encuentras bien?- pregunta Rose preocupada.

Splatoon: HumanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora