Capítulo 5 -Impulsividad

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Mía.
Ella iba por la vida cargando pasión, induciendo ternura, y dolor, muchas veces.

Su retorcida mente llevaba consigo bastantes choques que le generó la vida, su vida sexual igual se vio afectada por ello.
El masoquismo no era la palabra para ello. Era aún más, ella no solía sentir nada, necesitaba dañarse para poder sentir algo, y eso era fantástico para ella.
Pero hubo alguien, en su vida, que hizo que se viniera sin penetrala, que le sacó gemidos sin lastimarla, y que hizo que se mojara sin tocarla.
D'Antonio era el nombre que llevaba ese demonio sexual cargado de pasión.

La mañana siguiente, luego de su encuentro, Mía se encontró en un sofá ajeno, desnuda, cubierta apenas con una sábana que la protegía de la fría mañana. No había rastros ni huellas del hombre con el que había estado la noche anterior, y , aunque la sorprendiera, eso le provocaba una punzada en su vientre.
Se colocó la ropa con la que había ido al club y sin mirar atrás salió de la ahora solitaria mansión.
Mientras tanto D'Antonio, prisionero de su error, el de haberla dejado completamente durmiendo, tan vulnerable a cualquier cosa, se fue temprano en la mañana sin rumbo. Solo se fue a pensar, dialogar con sus emociones, correr de sus preocupaciones. Mía no llevaba ni 1 mes trabajando para él y ya lo había engatusado, había hecho que pierda el control. ¿Que haría ahora?

Marcaban las 4:30 pm y Mía daba vueltas en su cama. Ella sabía que él no tenía ninguna razón por la cual quedarse, pero en el fondo ella sentía, no, más bien quería y anhelaba que se quedara. Tener un cliché perfecto en el que desayunaran pancakes con miel y café con vainilla. Pero lo que obtuvo fue una confusión al despertarse desorientada en una casa que no era de ella y con todos los recuerdos a flor de piel de la noche anterior.
También pensaba en su trabajo, había roto muchas reglas, tanto morales como profesionales, ¿Y si la despedían? Se quedaría nuevamente sin trabajo y a la deriva, devastada y confundida.
Las lágrimas caían a lo largo de su rostro y no podía evitar hacharse la culpa de todo, ¿Cómo había sido tan tonta?.  De tanto debatir con sigo misma cayó en una maraña de emociones y pensamientos que no eran del todo buenos.
Una idea pasajera quedó dando vueltas por su cabeza.
Aunque ella lo deseara no era del todo claro las emociones de él, pero, El la deseaba, en el fondo lo sabía perfectamente, ella había recorrido todo su cuerpo, él conocía cada centímetro de todas sus cavidades; esa noche habían explotado, y lo que surgió de esas cenizas fue todo pasión y deseo, ellos estaban conectados, ¿Pero porqué? Debía llamar su atención nuevamente y quitarle la fachada de la chica de una sola noche, debía demostrarle y demostrarse que podían llegar a algo más.
Sus lágrimas quedaron secas y ella cayó profundamente dormida esperando al lunes que cada vez se aproximaba más y más.

Del otro lado, en una habitación silenciosa, estaba Sofie, tan preocupada como siempre, pero con la experiencia que le dejaron los duros golpes de la vida. Conocía tan bien a Mía que sabía lo que pasaría, lo que estaba pensando. D'Antonio era atractivo, demasiado, ¿Pero era el indicado para Mía? Su amiga siempre se llevaba una sorpresa de todas las relaciones, y ella siempre estaba ahí para apoyarla. Encendió una lámpara y terminó leyendo y releyendo un libro añejo que daba vueltas en su cuarto.

Al día siguiente Mía despertó, y con todo el coraje del mundo se dirigió al baño a tomar una ducha y a medida que caía el agua, empapando sus curvas tomó la desicion, era todo o nada, ¿Valdría la pena arriesgarse? Nadie lo sabía, pero debía hacerlo.
Se vistió, pero no como una trabajadora más, no. Esta vez si iba a dar de que hablar lo haría descaradamente. Se colocó una camisa que hacía que se transluciera su sostén pero no demasiado, y una pollera tubo color negro. Unos zapatos negros que habían quedado en el fondo de su dormitorio al lado de una saga de libros que con el tiempo sé llenaron de polvo, su cabello caía con unas ondas mañaneras y su rostro iba acompañado por un labial ensangrentado y rimmel. Estaba deslumbrante.

Peligrosa obsesión [+16]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora