carita de ángel
a mi no me engañas,
tu naciste para arder.
Dante y Mia se dirigieron a una tienda que quedaba cerca de la salida de la ciudad, él sabía que su madre compraba ropa allí por la cantidad de veces que la acompaño y la cantidad de buenas críticas que las mujeres les dan a sus dueños y al local. Lo que si era notable es que los precios no bajaban de los mil euros, cosa que no era nada barato para Mia, pero a pesar de todo él quería hacer algo por ella, la quería consentir, quería que sonriera y se sintiera afortunada. Cuando llegaron y se estacionaron Mia vio la tienda y le dirigió una mirada de reproche a Dante, pero este se apresuro por tomar su mano y caminar con ella a dentro del local pero antes de que él pudiera entrar recibió una llamada en su teléfono celular.
-Entra y espérame adentro cara, voy en un segundo luego de contestar
-No te tardes- finalizo diciendo Mia para darle un beso corto
Mia entro y vio la cantidad de decoraciones caras de la tienda, desde las luces a la vestimenta de las personas que atendían el lugar. Como debía esperar a Dante fue a una esquina en la que estaban colgadas las blusas y se puso a mirar algunas, no tenían los precios y eso le inquietaba. Estaba todo tranquilo y cada tanto le echaba una mirada a Dante que se veía preocupado en su conversación cuando sintió unas miradas y escucho unas pequeñas risas, pero no le mostro mucha importancia por el simple hecho de que habían mas personas dentro y podría ser cualquier cosa.
Pero seguido de esto sintió que una persona detrás de ella carraspeo su garganta llamando la atención de Mia, cuando se dio la vuelta vio que había una mujer con un exceso de maquillaje sobre ella y emanaba un olor fuerte a flores.
-¿Sucede algo? - Mia se mostro tranquila y creyó que tal vez la mujer quería brindarle ayuda, gran error.
-Si cariño, no hacemos caridad, tal vez te sientas más cómoda yendo a otro sitio más... apropiado- Finalizo diciendo la mujer seguido de rebajarla con la mirada, como si la escaneara.
A todo esto Mia se sintió horrible y como ato reflejo observo su vestimenta, no estaba bien pero tampoco estaba mal, era la de el día anterior.
-¿Acaso estas sorda niña?
-¿Disculpe, hay algún problema? - Una tercera voz se escucho a las espaldas de la mujer, una voz grave y varonil, cargada de fastidio
-¡Dante mio figlio! tengo un problemita y es que hay una chica que no
-No te hablaba a ti, norma, le hablaba a mi novia
La cara de la mujer se desconfiguró cuando lo vio pasar del abrazo que le ofrecía a ponerse detrás de Mia en una posición protectora, cuidándola.
-¿Disculpa?
-Usted estaba hablándole a Mia, mi novia, por favor continúe la quiero escuchar
Mia no decía nada, estaba dolida y Dante lo sabia, y, al estar de espaldas a él no podía ver la cara animal que tenía y con la que observaba a la vieja de la tienda, amenazándola solo con su mirada.
Acto seguido la mujer se dio la vuelta nerviosa, no sin antes disculparse con Mia pero era mas que obvio que le suplicaba a Dante.
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Peligrosa obsesión [+16]
Romance[La atracción debe diferenciarse de la obsesión] Un magnate italiano Una mujer de mirada endiablada Un crimen y pasión en Roma [EDITANDO]