Peligrosa obsesión [+16]

Capítulo 30- Un caos con nombre

La mente de Dante era un caos, un caos llamado Mia. Con sus llamativos ojos oscuros, con esa cara que lo hacía sonreír cada vez que la veía, sus curvas que lo hacen perder el control cuando las besa y las toca, su mente provocativa y hostil. Era voraz y veraz, dos características que la hacían aun mas interesante. Cautivaba con la mente y con el cuerpo.

El día anterior había pasado tan lento que parecía una semana, las horas y los minutos se convergían en días y lo único que lo hacía volver en sí... era verla a ella; pero todo lo que tenia que ver con Mia se volvía caos, y no podía alejarse. 

El sol de la mañana entraba por las translucidas cortinas del cuarto. La noche anterior había sido la primera en la que no pusieron la casa patas arriba y ni Troya había ardido ni los caminos a Roma habían sido recorridos. Fue una noche cargada de pesadillas, miedo y melancolía; pero, había sido una noche en la que Dante comenzaba a darse cuenta de lo mucho que amaba a la mujer que descansaba durmiendo profundamente a su lado. 

En este punto ya es irrelevante decir que Mia tenía a Dante a sus pies, el hombre estaba totalmente cautivado por ella, todo en si se derretía. 

Hoy tenía que ir a trabajar, los papeles se estaban acumulando y las reuniones no las postergaría, pero antes haría una parada; debía hablar con Enzo primero. 

-Dante? - La voz adormilada de Enzo contestó la linea

-Hola Enzo, necesito un favor

-Primero que nada buenos días, que sucede?

-Tienes el número de Jason? o puedes conseguirlo?

Un silencio inundo la llamada telefónica por parte de Enzo, y la paciencia de Dante se iba consumiendo

-Enzo es importante, es sobre Mia

-Mia? Está bien ella?

-Lo está, pero necesito a Jason... tu me entiendes

-Te lo enviaré antes de las 3pm, solo.. cuida a Mia Dante, no es como nosotros, lo sabes, y ahora esta en la mira de algunas personas... 

-Lo sé.

Dante cortó la llamada para dirigirse a la oficina, estaba por llamar a su chofer cuando recibe un mensaje de Mia. 

Mia L.

Iré a casa a ver a Sophie y a buscar mis cosas, vienes cuando te desocupes para ayudarme? 

Era obvio que iría. 

En lugar de llamar a a su chofer para recogerlo a él, lo envió por Mia, no dejaría que vaya en un taxi común y corriente, no lo hizo antes no lo haría ahora. 

.

-Buenos días señorita Mia

-Buenos días Erik, como estuvo tu mañana?- Dijo amablemente Mia subiendos e al auto

-Agradable señorita, a donde la llevo?

-A esta dirección, es mi casa

-Oh la recuerdo, el señor D'antonio me hizo llevarlo en una ocasión

Una sonrisa se apodera de Mia, luego de ese día le había dicho te amo por primera vez, recien comenzaba todo 

-Lo recuerdo Erik, puedes decirme Mia si gustas

-Como usted diga Mia

En una parada que hicieron Mia quedo mirando por la ventana hasta que se percató de unos ojos la cual la miraban atentamente, era un hombre que no reconocía, estaba detras de un periódico ocultando su rostro a excepción de sus ojos que tenía clavados en ella. Cuando la inquietud estaba por colmarse Erik subió nuevamente al auto negro, y siguieron su camino.