Mia no tardó mucho en recoger sus cosas, solamente agarró su saco liviano y su bolso. Cuando el elevador llego al primer piso y pasó por el lado de Pol, de la que por cierto se despidió como habitualmente había hecho desde que llegó, ella vio algo raro; mas bien alguien extrañamente familiar, del cual no pudo reconocer mucho porque la voz de Pol la distrajo con un chiste del cual se rio y siguió caminando.
¿Quién habrá sido aquella persona que tanto le llamaba la atención?
Con sus pensamientos dando vueltas por su cabeza caminó hasta el estacionamiento donde se encontraba Dante, cada vez se familiarizaba aun más con él, ya no era tan distante como al principio, se acercaban poco a poco.
Cuando vió el auto se subió en el y saludó a su jefe con un pequeño beso en los labios, a forma de saludo.
-¿A donde iremos? - Preguntó curiosa pero algo preocupada, no traía demasiado dinero en sima, creyendo que comería algo del lugar de comidas rápidas que quedaba a dos tiendas del edificio donde trabajaba y que era algo accesible para cualquiera creería ella.
-Vamos a ir a un restaurant que me gusta mucho cara- Dijo calmado D'antonio mientras doblaba en una esquina. Mia se iba familiarizando con el italiano cariñoso que acompañaba a Dante, veía que él lo decía de forma tranquila y a nadie más se lo decía; aunque no lo iba a negar, ¡Al principio sospechó! siempre estaba la duda de que si no le estaría diciendo algún insulto o grosería que ella era incapaz de reconocer, pero al ver la familiarización de él con algunas palabras esa idea voló de su cabeza y solamente se decidió por pensar que era alguna forma amigable de llamarla. -Que te parece la idea?
-Por mi esta muy bien - Lo dijo con una sonrisa mientras lo veía, tan tranquilo como siempre. Mia se ahorraba los sobrenombres, al fin y al cabo no tenía ninguno que fuese especial entre ellos, tal vez en el futuro encontrasen alguno.
El viaje fue tranquilo ya que no tardaron mucho en llegar, pero si habían podido conversar de lo que había sido su mañana, obviando las partes incómodas, obviando a Enzo por supuesto; Mia conectó su teléfono y eligió música de una playlist ya armada anteriormente.
Luego de unos cinco minutos que habrá tardado el viaje se bajaron en un restaurant muy lindo, habían mesas afuera y estaba decorado con flores, el día acompañaba mucho. D'antonio le dio las llaves del auto al valet parking que se encontraba de turno. Luego de unas indicaciones Dante se acercó a ella y con su mano en su espalda baja se abrieron paso al curioso restaurant.
Cuando entraron el señor que se veía mayor lo recibió con un abrazo y le dijo unas cosas de las cuales mucha atención Mia no prestó, esta estaba cautivada por la decoración y la elegancia que derrochaba el lugar. Se sintió algo incómoda en aquel lugar tan lujoso
-Ven Mia- le dijo en su oído en forma de un susurro
Mia se dio la vuelta y acompaño al lado a su jefe, llegando a una mesa que parecía reservada cerca de la vereda.
-Con permiso señor Dante- dijo el mozo que parecía más que nada el dueño del lugar
-¿Se conocen..?- dijo Mia una vez que se fue el señor
-Podría decirse que es un amigo de la familia, un viejo amigo- dijo en forma de chiste D'antonio al cual Mia sonrió mirándolo a los ojos; parecía totalmente cautivada.
-¿Que vas a pedir?
-Aún no lo se, que quieres comer? -
Mia se encontraba nerviosa, no les habían llevad la carta
-Tal vez alguna ensalada o algo liviano...
-Hacen unas pastas increíbles!- Dijo D'antono emocionado como un nene, lo que provocó una risa de parte de Mia- De que te ríes?
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Peligrosa obsesión [+16]
Romance[La atracción debe diferenciarse de la obsesión] Un magnate italiano Una mujer de mirada endiablada Un crimen y pasión en Roma [EDITANDO]