A eso de las 3 am, poco tiempo después de que D'antonio pudo consolidar el sueño, siente que algo se remueve a su costado, olvidando por completo que Mía descansaba ahí. Como instinto adormilado se voltea y cubre el pequeño cuerpo de ella en un abrazo, quedando así Mía de espaldas a el. Pero algo decía que no estaba dormido, sino que su cuerpo hacia lo que su mente no se animaba, o solamente apreciaba la calidez que ella tenia.
Mía se remueve nuevamente y se gira hacia el lado de el, quedando frente a frente; como sintió la respiración de D'antonio en su frente se despierta algo somnolienta y lo observa. tardo unos momentos en reaccionar, al principio se asusto y no sabia que hacer, preguntándose como había terminado en esa situación, nuevamente, pero con la diferencia de que ahora se encontraba en su cama; luego de pensar en eso recordó que el le había ofrecido ir a su casa, sabiendo que ella no quería ir a su hogar, y que, probablemente se durmió en el trayecto.
con dificultad salio de la cama y lo observo por unos minutos, el arrogante jefe estaba dormido a su lado, con tanta paz que nisiquiera hacia ruidos al respirar y tenia su boca algo entre abierta. comenzó a fijarse cada vez mas en el hasta llegar a su abdomen, estaba marcado y no tenia mucho bello, pero el que tenia cubría un tatuaje en su pecho del lado izquierdo. no pudo seguir admirándolo por mas tiempo y bajo a la cocina, o trato de hacerlo.
cuando salio de la cama se topo con una remera vieja, probablemente de entre casa, D'antonio no la usaría fuera, era muy des prolija; así que la tomo y se la puso cambiándose la ropa que había llevado al trabajo el día anterior, agradecía que no se la haya quitado aunque ya no había desconfianza o vergüenza entre ellos. camino escaleras abajo en puntas de pie, y observaba cada pintura que decoraban las paredes. la noche que había entrado no se paro a apreciar el buen gusto que tenia. a lo lejos vio una luz que probablemente era la de la heladera así que supuso que allí estaría la cocina.
tomo un vaso de la alacena y se sirvió un poco de agua, estaba tan sumida en sus pensamientos que no había escuchado o visto a un adormilado D'antonio parado en el umbral de la puerta observándola cuidadosamente.
-Veo que encontraste la cocina- lo menos que hizo Mía fue prestarle atención a sus palabras. estaba con unos boxers y podía apreciar cada parte de su cuerpo. tenia un color bronceado pero no tanto, y un abdomen marcado que terminaba en forma de V, sus músculos estaban relajados pero bien marcados.
Le causo gracia a el que Mía no disfrazaba su mirada, quizá era porque estaba dormida pero era muy evidente, ella no tenia filtros nisiquiera estando dormida.
-¿Te gusta lo que ves, Mía?- esto lo dijo enfatizando en su nombre, con una voz grave y rasposa.
-Yo...- la había agarrado por sorpresa y se enrojeció por primera vez en mucho tiempo, pero rápidamente volvió a ser la misma chica de mirada endiablada -Puede ser...
esto lo tomo por sorpresa a D'antonio, no sabia que decir así que fue esta vez Mía la que rió. Se acerco hasta ella con pasos lentos, haciendo que Mía quede pequeña. Con una sonrisa se acerco todavía mas a ella y la encerró entre la mesada de mármol y su cuerpo, colocando los brazos a sus costados. Los ojos de Mía se volvieron oscuros como la noche y solo los alumbraba la luz del living, y la beso. la beso apasionadamente, esperando a que Mía se lo devuelva aunque sea, pero no solo se lo devolvió, le agarro de los costados del rostro e intensifico el beso haciendo que D'antonio comenzara ha ponerse un poco duro y con una mordida de labios logro que soltara un pequeño gemido, y lo tapo agarrando a Mía de las caderas y subiéndola sobre la mesada. esta estaba algo húmeda, pero no tanto, por lo que el bajó con besos y lamidas por sus piernas hasta llegar a su sexo. comenzó dándole besos mojados haciendo que Mía tirara la cabeza hacia atrás y lo tomara del cabello. comenzó a intensificar el oral metiendo un dedo dentro de ella y chupando a la vez que lamia su clítoris, comenzó a mojarse demasiado luego de unos minutos y acompañada de un temblor Mía se vino, lo cual no duro mucho ya que al hacerlo D'antonio la agarro por el trasero y sin previo aviso la penetro firme, duro y repetidas veces.
los gemidos inundaron la cocina, cada gemido, suspiro, gruñido que salia de los labios de Mía parecía que hacían excitar cada vez mas a D'antonio, como si los hubiese esperado toda la vida. hasta que se vino, acabo en el abdomen de Mía, mezclado con lo de ella, cansados junto a la agitación que ambos tenían unieron sus frentes, algo que rara vez hacían ambos, y se quedaron así por unos momentos. Mía bajo de la mesada y sin saber porque o como lo beso lentamente, finalizando el sexo que habían tenido, que habían prometido no hacer.
Mía le dio una ultima mirada y subió escaleras arriba hasta llegar al primer baño que vio, cuando ingreso se vio al espejo. estaba sudada, su cabello se había humedecido y caía por los costados de su rostro. sus ojos estaban muy dilatados y sus labios enrojecidos. una sonrisa acompañada de una risa escapo de sus labios.
¿Que estaba haciendo? seguramente Sophie se reiría de ella mientras Mía se lo contaba en el sofá de su casa.
luego de limpiarse se dirigió a la habitación y aun con la remera puesta, que por alguna razón D'antonio no le había quitado o comentado nada al respecto, y lo vio acostado nuevamente en el medio de la cama, con los ojos entre abiertos y sus brazos detrás de la almohada, pensando seguramente.
Mía se paro en la puerta y capto su atención, él la miro directamente a los ojos y bajo su mirada hasta sus muslos y la volvió a subir acompañada de una sonrisa. Se movió hasta la otra punta de la cama haciéndole espacio, ella fue rápidamente y se acostó observándolo sin decir nada, esperando que este dijera algo.
pero D'antonio se limito a suspirar y mirarla, pero en voz baja -¿Que me estas haciendo?- fue lo ultimo que dijo antes de girarse y abrazar a Mía, y así quedaron por el resto de la noche.
¿Que tenia Mía de hipnotizante?
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Peligrosa obsesión [+16]
Romance[La atracción debe diferenciarse de la obsesión] Un magnate italiano Una mujer de mirada endiablada Un crimen y pasión en Roma [EDITANDO]