Capitulo 1

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<Conversación telefónica>
-¿A qué hora pasas a por mí? - dije a mi mejor amigo apenas atendió el teléfono- Ah y hola.
-No sé, más o menos a las 5-dijo restando importancia a lo último que dije-Sabes que Sab tarda en arreglarse y le dije que pasaría a las 4- puse los ojos en blanco.
-En serio amigo, por más que sea mi amiga, te pudiste buscar alguna que le importe menos arreglarse, esa cuando tiene ganas parece una rubia plástica tipo Barbie que sin maquillaje se muere- comente recordando la última vez que la vi, de verdad, estaba terriblemente maquillada y arreglada.
-Eso lo dices porque ni te molestas en peinarte- dice carcajeándose.
-¿Peinarme para salir? Bah, un rodete desarreglado es perfecto, o una cola, pelo suelto es molesto.
-¿Cuándo nos pusimos a hablar de peinados y a quien le importa? Tengo que colgar, alístate que en un rato paso- dijo en tono apurado.
-Si claro, como digas- dije colgando la llamada.
<Fin de la conversación>

Me levante perezosamente de mi cama, busque ropa que me iba a poner para esta noche y la deje en una silla para que no se arrugara más de lo que ya estaba. Mire la hora, 7:47pm, bah, tengo tiempo para dormir.
Me acosté de nuevo, puse la alarma para las 4:40, así me daba tiempo de una ducha y vestirme
Antes de dormirme, me quedé pensando en cómo conocí a Fels, mi mejor amigo.
Fue en jardín de 5, yo estaba pintando con acuarelas en una hoja y el vino a molestarme, me río al acordarme que se manchó los dedos y los paso por el dibujo de una casa que había hecho, yo tome más pintura y le tire en la cara, el pinto mi pelo y así empezó nuestra guerra con acuarelas.
Para cuando la maestra se dio cuenta ya estábamos bañados de pintura roja y azul, nuestras remeras blancas estaban todas manchadas, mi pelo colorado pintado de rojo más fuerte, su pelo castaño y su cara azul. Cuando la maestra nos mandó a dirección el niño en el camino se empezó a reír, caí en cuenta de que le importaba menos que a mí el estar pintados y en pleno castigo, ambos pensábamos en lo divertido que había sido.
Los dos salimos temprano ya que estábamos pintados de pies a cabeza y habían llamado a nuestros padres, mi madre me regaño y me dijo que apenas llegue me iba directo al baño. Antes de irme le tire una mirada cómplice riéndome a mi amigo de la guerra que aún no sabía su nombre.
Al otro día volvimos a encontrarnos y nos hicimos inseparables, al poco tiempo nos enteramos que éramos vecinos y nuestra felicidad aumentó, él vivía en mi casa y yo en la suya, nos convertimos en verdaderos hermanos y a nuestra amistad se le fueron sumando nuestros otros amigos conforme pasaron los años.
En esa hora soñé con un niño de cara azul que me sonreía mientras me alejaba con mi madre gritándome a mi lado

(...)

Me despierto con la alarma de hace rato y no entiendo nada. Tardo unos segundos, como siempre, en darme cuenta que en un rato salimos a la casa de Mia para la previa más tarde, así que con pereza me levanto y voy a darme una ducha.
Llego al baño y pongo "Blame" de Calvin Harris, últimamente estoy obsesionada con esa canción, me ducho rápido, me pongo mi ropa interior y voy a mi pieza a buscar el resto de la ropa que consiste en una pollera negra que llega a la mitad de mi muslo, medias negras y una camisa a cuadros rojos y azules, y mis zapatillas negras de siempre.
8:30pm, odio cuando Sabrina tarda 5 años en arreglarse. La chica es novia de mi mejor amigo, cuando la conoció Fels se enamoró de ella inmediatamente, yo creí que sería una más del montón pero no, para Felipe era especial y nos hicimos buenas amigas aunque, por más que me caiga bien, aveces puede llegar a ser bastante estúpida, es de esas chicas que tienen muchísimo maquillaje, pero si mi amigo es feliz con ella para mi esta bien.
Pasan 10 minutos más y decido llamar a mi amigo.

<Conversación telefónica>
-Pendejo cuando piensas venir, me hiciste levantar de mi siesta cuando me pude quedar 10 minutos más-como siempre soy un amor de persona.
-Ya voy tonta y deja de quejarte que hace rato no salimos y dormir puedes hacerlo todos los días-responde mi amigo riendo, en realidad no salíamos desde hace 2 fines de semana pero para ellos era "mucho tiempo"
-Ja ja que divertido, si te sigues haciendo el vivo no voy nada, sabes que no me agradan las fiestas y solo voy porque me insististe- digo amenazándolo de broma.
-No no no, ya estoy subiendo al auto, Sab ya termino- dice.
Cuando me estaba por seguir quejando y decirle que me quedaría escucho la puerta de su auto cerrarse.
-Si no llegas en 5 minutos no te abriré la puerta e irán ustedes- digo más en broma que en serio, aunque mi almohada me esté tentando de volver a dormirme.
-Ya cállate, sabes que tengo la llave de tu casa y si no entro por tu ventana.-responde recordándome que mi madre le dio una copia de la llave por si sucedía alguna emergencia... Exagerada.
-Deja de hablar y ven, adiós- digo cortando sin esperar respuesta
<Fin de la conversación>

Miro mi cama y miro mi puerta, analizo que si bajo puedo ir a comer algo pero si llega Fels no podré comer nada, así que opto por quedarme arriba y no tentar a mi apetito.
Unos 4 minutos después escucho la bocina de su auto, bajo hasta el living y me cruzo con mi madre, apenas la veo recuerdo lo que tenía que hacer, avisarle que iba a salir.
-¿Adónde vas?- pregunta mi madre mirando mi aspecto.
-Voy a salir con los chicos después de 84 años, supuestamente ellos, de que no salimos, no me esperen para comer- digo dándole un rápido beso y saliendo antes de que me prohíba ir.
-¿Y a ti quien te dio permi...?- no termine de escuchar que ya salí de la casa y me dirigí rapido al auto.
-Hola chicos- digo cuando entro, veo que mi madre estaba saliendo de mi casa- Vamos Fels que si no me quedaré- mira a mi mamá y arranca el auto enseguida.
Cuando llegamos a casa de Mia y veo el aspecto de Sab me doy cuenta que está maquillada peor que siempre, enserio, nunca entenderé porque esa chica usa tanto maquillaje.
En la casa de Mia estaban ya Madison, Elliot, Dylan y Simón.
-Hello
-It's my- responden todos al unísono haciendo referencia a la canción de Adele.
-¿Y David?
Simón y David son inseparables, siempre están yendo de fiesta en fiesta y son los que organizan todo cuando salimos, es muy extraño que no estén juntos.
-Dijo que venía luego, tenía que ver algo- responde Simón encogiéndose de hombros.
Respondo con la misma seña y me tiro en uno de los cómodos sillones.
Habíamos acordado encontrarnos en lo de Mía, allí comíamos pizzas y luego previa para el boliche, nada del otro mundo, luego de todo supongo que alguien me traerá, no lo sé.
Aunque nunca me imaginé lo que pasaría ese sábado.

Rumbo inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora