Capítulo 28

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Narra Ems

Ya perdí la cuenta de cuántos días pasaron desde que la ví.
Por más que quiera y haga de todo no puedo olvidarme de ella. Sigo sintiendo cosas cada vez que la nombran delante mío, extraño todo de ella, quería verla y hablar pero el orgullo a veces era mayor. Tenía que dejar que ella me buscase para ver si realmente me quería.
Había perdonado el hecho de que me haya engañado porque fue por una muy buena razón, ahora Sophie podía ser feliz con su padre y llevar una linda vida. Pero no perdonaba que mis amigos y hasta mi madre me digan que ella me amaba cuando no me lo demostraba. Cuando me enteré de la verdad ella pareció rendirse tan fácil y rápido.
Hace un rato salí a caminar y cuando volví sobre mi cama había un sobre. Le pregunté a mi madre si ella lo había dejado pero me miro extrañada y me dijo que no, yo la conocía y sabía que no mentía.
Todavía no lo había abierto, tenía el sobre entre mis manos dudando en ver su interior o no, pero tal vez no tenía que ver con Ori así que lo abrí.
Habían dos papeles distintos, tome uno y ví una foto. Era yo el día que fui con Oriana a esa casa alejada frente al mar, yo estaba sentada en el balcón y por lo que parece la rubia me saco la foto sin darme cuenta. Sonreí inconscientemente, la había pasado tan bien ese día, todo fue tan lindo.
-Pero todo era mentira- me susurro a mi misma, una lágrima corre por mi mejilla. Dejo la foto antes de seguir y ponerme a llorar y busco el otro papel.
Una hoja doblada en 4, la abro y hay un mapa de la ciudad, varias líneas resaltadas con marcador anaranjado que iba entre las calles, frunzo el ceño.
-¿Qué es esto?- en el papel se pueden ver dos círculos, observo el nombre de las calles, un círculo es la cuadra de mi casa pero... ¿El otro? No tenía idea.
No me atrevía a ir sola, podía ser la loca de Miranda o Sabrina... Pero no quería ir con ningún amigo, además en cuestión de inteligencia o seguridad ellos no son muy seguros. Hablamos de Fels o David, ellos se echarían a correr dejándome en la boca del lobo.
Izhan... En él tenía una cierta confianza y además me sentía segura estando con alguien cercano a la rubia, aunque no me lo quiera admitir ella me transmite seguridad.

<Conversación por Whatsapp>
-Hola Mía, ¿Me podrías pasar el número de Izhan?- yo no tenía su número pero ella sí, lo que rogaba es que me lo pasase sin pensar que quería algo con el chico o algo así.
-Hola Ems, ¿No piensas robarmelo verdad? - me carcajeo, ¿Ven a lo que me refiero?
-Claro que no.
-Ahi te paso el número- eso fue demasiado fácil para tratarse de Mía y un chico... Lo importante es que tendré el número.
<Fin de conversación>

Segundos después me llega un contacto, lo guardo en mi teléfono, voy a llamadas y busco el nombre Izhan pero no lo llamo.
Tal vez esté exagerando, Sabrina y Miranda no me han hablado ni me dijeron nada, tampoco las he visto. La carta no puede ser de nadie más que no sea Ori, porque esa foto estoy segura que es del día de la casa.
Pero quiero saber que es ese lugar marcado, con Izhan voy a estar bien, además si me dice que Oriana está en el apartamento voy a saber que la carta no es de ella. O tal vez me puede mentir y...
Emily Hunter por Dios deja de darle vueltas al tema.

<Conversación telefónica>
-Holaaa- dice una voz masculina, sonrío.
-Hola Izhan.
-Hola a no sé quién llame.
-Este... Soy Ems.
-¡Cuñadita!- grita alegre- Digo, Ems.
- Me dejaste sorda- le reprocho, el se ríe- Oye, ya sé que no te conozco pero... ¿Me podrías llevar a un lugar?- se queda unos segundos en silencio pero luego dice simplemente.
-Estoy afuera- responde antes de colgar.
<Fin de la conversación>

¿Como qué está afuera? Miro por la ventana y efectivamente hay un auto negro en el porche de mi casa. Muy bien, si antes estaba perdida, ahora lo estoy más.
Eran las 6:30 PM, hacia un poco de frío afuera así que me pongo rápido unos jeans, guardo el mapa en el bolsillo y una campera fina. En la cocina dejo una nota avisando que me fui y salgo.
-Hola- me dice Izhan cuando entro al auto (El cual era hermosamente nuevo o por lo menos parecía) y lo saludo con un beso en la mejilla.
-Oye yo enserio no entiendo nada- me sonríe.
-La verdad yo tampoco- frunzo el ceño.
-¿No se supone que tú sabes dónde me tienes que llevar?- niega con la cabeza.
-A mi me trajeron y me dijeron, "tu espera y cuando ella, o sea tú, llame haz lo que diga", yo sigo órdenes- le doy el papel con el mapa, el sonríe y me lo devuelve enseguida- No vuelvas a mirar ese papel, yo te llevo pero tú no miras- rodee los ojos, asentí y aceleró.
-Y ¿Quién te dió las órdenes?- me mira de reojo con su sonrisa.
-Eso ya lo sabrás- lo miro confundida, pero no digo más nada.
El viaje se me hizo largo y yo tenía mucho sueño, estos días estaba durmiendo muy mal y además lloraba casi siempre... me faltaban horas de descanso y sin darme cuenta me dormí.

(...)

Me despierto, Izhan seguía manejando a mi lado, cuando mire al frente, estamos en la ruta... ¿Me lleva a una carrera? No creo. Pero que yo supiera no conocía muchos más lugares que quedarán fuera de la ciudad.
A las 7:30 PM ya estaba por atardecer y el me llevaba por un lugar muy bonito que nunca había visto entre montañas a un lado y un lago al otro. 15 minutos después llegamos a destino y ahí fue cuando me di cuenta de sus planes, de quién le dió órdenes, quien lo llevó hasta mi casa, de todo.
Otra vez estaba en el queridísimo paraíso, mejor fue cuando ví su querida y lujosa moto también.
Me sentía completa, segura y feliz, aunque me faltaba lo mejor de lo que pasaría esa noche.

Rumbo inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora