Estábamos en el departamento de Ori las dos solas en su balcón, ella me abrazaba mientras yo intentaba calmarme, estuve llorando mucho tiempo desde que volvimos.
Cuando deje de llorar en el callejón me invadió una rabia, tome la moto y Ori me siguió, me dijo que ella manejaria porque no estaba bien pero me enoje más, le dije que estaba bien pero apenas subí acelere con enojo. Por más que Ori me pidió que parara no lo hice, llegamos muy rápido y cuando subí le pegue a la pared, patee sillas, la mesa, básicamente hice un desastre.
Cuando la rubia me puedo parar volví a llorar nuevamente, sus abrazos me tranquilizaron, su presencia me hizo sentir mucho mejor, hasta deje de llorar.
La impotencia y el dolor me invadía, pero el saber que encontré a esa chica y podía contar con ella era un gran apoyo para mi.
-Pequeña, ¿Le has dicho a tu madre que venías?- asentí- Bueno, ¿Mañana tienes escuela?- moví mi cabeza en negación- Está bien, quédate conmigo, si quieres contarme bien lo que pasó te entenderé mejor, pero si no quieres hablar de ello no pasa nada.
Si separo de mi dejando que vea sus hermosos ojos, me reflejaban ternura y cariño. La bese en los labios y ella me acercó más a mi.
-¿Podemos pedir pizza?- dije cuando nos separamos, ella se carcajeo.
-Claro princesa, si eso quieres- depósito un último beso, me sonrió y fue a buscar su celular.
Un rato después Ori volvió a la pieza y busco algo en un cajón.
-Voy a buscar la comida, ¿Quieres venir?
-No, yo te espero aquí- la rubia me sonrió y se acercó dejando un beso en mis labios.
-¿Vas a estar bien?- asentí, ella me sonrió y después de darme otro beso se fue. Me quedé ahí sentada mirando a la ciudad.
Era increíble. De vivir depresiva, llorando por las noches, recordar ese maldito accidente, salir a emborracharme con Fels, estar sola o sentirme así, pase a un estado de tranquilidad, felicidad, estar con Ori... no se que tengo con ella, pero me encanta.
Tal vez ella no es de relaciones serias, yo tampoco, pero hace un par de meses nos conocemos y ya nos hicimos muy unidas. Aunque en realidad yo no sé mucho de ella, no se nada de su familia ni mucho de su historia... De eso hablaremos cuando vuelva, no quiero acordarme de lo demás.
-¡Llegue!- grita Oriana desde el living, va hacia donde estoy yo y me abraza- Te extrañe- yo me rio.
-Me viste hace un par de minutos tonta- la miro sonriendo, ella me da un beso.
-¿Y? Yo te extraño igual- niego riendo con la cabeza.
-Eres una boba- beso sus labios- Vamos a comer, muero de hambre.
En el living ella buscaba vasos y algo para tomar mientras yo buscaba una película en Netflix.
-No pongas una peli de amor- me reprocha ella, pero yo obviamente iba a poner una.
-No no- digo sonriendo, ella rodea los ojos.
Puse "Perdona si te digo amor", Ori con el titulo me miro haciendo puchero, pero con un beso volvió a sonreír y nos sentamos a comer.(...)
-¡No puede volver con ella!- gritó la rubia enojada al televisor, yo me reía.
-¿No era que no querías ver una de amor?- me fulmina con la mirada.
-Cállate.
Faltaba unos 15 minutos para que termine la película y Oriana se estaba poniendo nerviosa con ella. Yo solo me reía y miraba.
20 minutos después ya estábamos acostadas deliberando sobre lo que acabamos de ver.
-Era obvio que terminaría así.
-Claro, si era tan obvio ¿Por qué te molestaba tanto lo que hacía el chico?- ella me miro.
-Porque teniendo a una chica hermosa no la sabía valorar.
Nos quedamos en silencio, por alguna razón, lo que dijo fue de una manera distinta, como si no hablara de la película.
"No la sabía valorar" yo valoro mucho a Oriana pero, ¿Ella también a mi?
-Ey, no, no pienses que no te valoro- dijo leyéndome el pensamiento- Claro que lo hago- Sonreí, me acerque a ella y la besé.
-Ori... ¿Por qué nunca me hablaste de tu familia?- frunció el ceño y me miró extrañada.
-¿Por qué esa pregunta?
-Porque nunca me hablaste de tus padres, cuando eras niña, de ese hermano del cual no quisiste hablarme una vez- ella se acostó a mi lado mirando al techo, estaba seria y callada.
No quería incomodarla ni forzarla a que me cuente algo, pero ya sabía casi todo de mi, pero no conocía nada de ella. Quería saber todo, que ella tenga confianza en contarme su pasado.
-Las preguntas que sea a cambio de dos cosas- me miró con una sonrisa, aunque me extraña que me deje hacerle cualquier cantidad de preguntas acepte.
-¿Tienes padres?
-Si pero no- la mire confundida y me reí- mi padre, si es que se le puede llamar así, se fue cuando yo era muy pequeña, la que nos cuido un tiempo fue mi madre.
-¿Un tiempo? ¿Cuantos años tenías cuando tu papá se fue? ¿Y hasta cuando te cuido o estuviste con tu mamá?
-No le digas "mi papá" se llama Luis y "mi mamá" Rocío. Ellos se conocieron de muy jóvenes, mis abuelos no aceptaban su relación pero ellos se casaron y fueron a vivir juntos a los 18 años, a los 20 Rocío queda embarazada de... mellizos- la mire sorprendida- Entonces nacimos mi hermano y yo. Ambos éramos muy unidos, durante mis primeros 8 años tuve una vida bastante linda, pero a esa edad Luis perdió su trabajo, Rocío y el buscaron trabajo de meseros donde le pagaban muy mal. Tuvimos que hacer miles de cosas para estar bien. A mis 10 años Luis desaparecía por las noches y volvía con mucha plata, mi hermano y yo nos moriamos de intriga por saber de donde la sacaba y un día tomamos un taxi y lo seguimos... Él estaba metido en las carreras, aunque no era muy conocido ganaba unas cuantas, yo al instante me enamoré de eso, pero era muy pequeña para conducir. A mis 12 años yo trabajaba y pagaba mi instituto, a cambio de que Luis me enseñaba a manejar, pero ya a mis 13 años el se fue y Rocío entró en depresión, no quería trabajar y el sueldo de mi hermano junto con el mío con suerte nos alcanzaba para los estudios. A los 14 ambos mellizos cansados de que nuestra madre llevará hombres por las noches y cuando se iban nos trataba muy mal tomamos nuestras cosas, fuimos a vivir un tiempo a casa de una amiga nuestra, a los 15 teníamos dinero suficiente para un apartamento, comida y todo lo necesario, pero nos fuimos de esta ciudad. A mi hermano y a mi nos costó un poco que no nos quisieran llevar a un orfanato, pero igual Rocío no sé interesaba por nosotros ni en buscarnos para llevarnos a uno. Al final tuvimos que madurar y crecer muy rápido.
Era una gran historia, nunca imaginé que tuviera una vida tan dura y difícil. No puedo imaginar a una niña de 12 años trabajando para pagar sus propios estudios, con padres que no se interesaban por ellos, solo un hermano con el que peleaban contra el mundo.
-Si que tuviste una vida muy difícil...- le digo acariciando con mi pulgar su mejilla, ella sonrió- Y... ¿Nunca te preguntaste qué fue de tu madre o padre?
-A los 16 años por un capricho de Izhan, mi hermano, busque a Luis y... el engaño a mi madre desde el principio, tenía una hija con otra mujer, por eso se fue... se fue con su otra familia.
-Mierda... ¿Hablaste con esa hija?
-Ella atendió la puerta de la casa, me dijo todo, pero nunca supo que yo básicamente era su hermana- de verdad, no podía imaginar una vida así. Esta chica sufrió mucho, pero yo estaría para ella desde ahora, no la iba a dejar por nada- A Rocío nunca la volví a encontrar.
Me acerque a ella y apoyé mi cabeza sobre su hombro, ella me abrazo por mi espalda y yo por su cintura.
-¿Que era lo que querías luego de las preguntas?- me miró y dejó un beso en mis labios.
-Emily, nunca me dejes, te quiero.
-Jamás te voy a dejar Ori, yo también te quiero.
Se quedó en silencio, me miro a los ojos y sin dar más vueltas me dijo.
-Pequeña, ¿Quieres ser mi novia?
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Rumbo inesperado
Romans¿Qué pasaría si una chica loca entrara en tu vida? ¿Intentarías alejarte de ella? Eso le pasó a Emily Hunter, una chica de 17 años la cual llevaba una vida normal, hasta que conoció a una chica, ¿Casualidad? Tal vez. La chica loca, creída, insoporta...