Ya era sábado.
El viernes le dije a mi madre que me sentía mal y estaba enferma, ella me preguntó si tenía algún examen y como no era así dejó que faltase ese día, por suerte tampoco me preguntó nada sobre el jueves.
Era un maldito desastre, estuve a punto de besar a una chica, ¿Por qué no fui yo la que se separó?
Eran las 4 PM, quería despejarme así que busque mis rollers para irme a la plaza donde podía patinar tranquila.
Tomé mi mochila, mi teléfono, auriculares, plata, guarde también los rollers y mi libreta con una pequeña cartuchera.
Deje una nota a mis padres avisando que volvería antes de comer y salí.
Justo al salir me llegaron un par de mensajes así que aproveché antes de que deje el teléfono.David: -Holaa, ¿Quieren salir esta noche?
Fels: -Claro.
Ems: -No.
Dylan: -Elliot y yo si.
Fels: -¿Por qué no Ems?
Ems: -No estoy de humor.Luego de esos mensajes del grupo los cuales siguieron hablando de donde se encontraban y quienes irían recibí un mensaje de Fels en el chat privado.
-Oye, ¿Qué pasa? Ahora voy a tu casa
-No estoy allí, vine a patinar a la plaza de siempre.
-Ok, luego hablamos.
Su respuesta me pareció rara pero no dije nada más.
Estaba sonando "Cold Water" en mis auriculares cuando llegué a mi destino, dude en dejar mi mochila en un banco o en mis hombros, terminé dejándola ya que esa plaza era muy tranquila y nunca me habían robado cuando he dejado mis cosas
Luego de un rato pase hacia donde había dejado mis cosas pero esta no estaban, asustada mire hacia todos lados pero no había rastro de mi mochila.
De pronto unas manos tapan mi ojos y mi boca impidiendo que pueda decir o ver algo, empece a moverme desesperada pero la persona tenía más fuerza que yo.
Me giro y choque mi espalda contra algo, supuse que era un árbol, la persona sin sacar su mano de mi boca destapó mis ojos, cuando vi de quien se trataba me enoje muchisimo, pero al mismo tiempo una sensación de seguridad y tranquilidad se apoderó de mí, al instante recordé el casi beso... el beso que quería... ¿Que? No, no lo quería ni lo quiero.
-Promete no irte ni andar gritando porque tú mochila esta en mis hombros y si no, no te la devolveré- dijo sacándome de mis pensamientos.
Mierda, era verdad, no podía decir nada porque tenía mi mochila con mi celular y mi libreta... por favor, ruego para que no haya visto nada del interior de mi preciado objeto.
Sacó su mano de mi boca.
-Devuelveme mi mochila- dije con tono de enojo.
-Te la daré pero si prometes dejarme llevarte a algún lugar a comer, puedes elegir el sitio, pero no quiero que estés enojada.
Lo pensé unos segundos.
-McDonald's o no hay trato.
-Allí será- dice sonriendo.
No quería ir con ella pero algo me decía que lo haga. Luego de sacar mis patines y ponerme mis zapatillas la seguí hasta su moto, mi mochila no me la dio pero la puso hacia adelante para que pueda abrazarla y eso hice.
Cuando llegamos dejó su moto en el aparcamiento de esta, enfrente al lugar de comida rápida, bajamos y ella llevo mi mochila adentro.
-Ten- dijo extendiendo mi mochila- Confío en que no te irás, ve arriba que es mejor el sitio, yo buscaré la comida.
Como auténtica niña sonreí mucho y tomé mi mochila corriendo escaleras arriba.
Busque una mesa con una bonita vista, coloque mi mochila en el respaldo de mi silla, busque mi teléfono dentro y cuando lo prendi entre en Instagram para matar el tiempo.
-Aquí tienes- Ori apareció con una bandeja con dos hamburguesas, dos pequeñas cajas de papas fritas y un par de vasos con Sprite.
-Gracias- dije sonriéndole, si había algo que me ponía de buen humor es la comida.
Ella rió y dijo
-Pareces una pequeña con tu hamburguesa y papas fritas.
La miré frunciendo el ceño y luego reí.
-Callate... aunque puede que lo sea.
Así pasamos un largo rato, luego de eso me invitó un helado pero esta vez lo pagué yo, hablamos de muchas cosas y reímos.
Con ella todo era distinto, los minutos eran como segundos, distintas sensaciones pasaban por mi cuerpo al sentir su brazo en mi cintura o su cuerpo cerca del mío, era muy extraño pero en el buen sentido, nunca me había sentido así al lado de una persona y eso me alegra... y aterra al mismo tiempo.
Estábamos caminando rumbo a su moto que dejó a 2 cuadras de donde fuimos, ella estaba abrazando mi cintura.
-Y, ¿Sigues enojada?
Sonreí inconscientemente, no, ya no estaba enojada, creo que ya no le daba tantas vueltas al casi beso, hubiese como un beso de amigas... bueno, ni yo me creo eso pero pensemos que si.
-No, las hamburguesas me pusieron de buen humor aunque me cuesta mantenerlo contigo a mi lado- ella sólo se rió.
-Eres terca, bastante más de lo que pareces- ella se giró hacia mí y yo retrocedí hasta chocar mi espalda con la pared- Debes admitir que te gusta estar conmigo, que te atraigo en cierta forma y tu a mi.
Mi pulso se aceleró y miles de mariposas volaban en mi estómago, sí, la chica me atraía, pero igual estaba muy confundida, se supone que soy heterosexual.
-Esta bien, lo admito, pero no te acerques así- esa respuesta hizo que se pegara más.
-¿Así como?
No dejo que responda, sus cálidos labios estaban sobre los míos, miles de mariposas y sensaciones pasaron por mi cuerpo, primero fue un beso tranquilo pero fue aumentando, ella separó sus labios como pidiéndome permiso y yo le continúe el beso profundizando este, mordió mi labio inferior y ya no eran mariposas, eran miles de animales los que sentía en mi interior.
Estaba confundida pero feliz, me sentía segura, tranquila.
Estuvimos unos segundos o minutos, no tenía idea, hasta que nos separamos por falta de aire, mi pulso y su pulso era acelerado.
-Vamos, te llevaré a tu casa antes de que te enojes por haberte besado.
Yo solo reí y caminé la cuadra que faltaba en silencio, un silencio para nada incómodo, con su brazo rodeando mi cintura.
Cuando llegamos a mi casa eran las 11 PM, mañana mi madre me mataría, pero bueno, era lo que se aguantaba a cambio de un buen rato con Oriana.
-Vamos Ems, déjame quedarme.
Ella quería quedarse a dormir en mi casa a lo que respondí que no, pero cansada de oponerme accedí, así que fuimos hasta mi casa, entramos y nos dirigimos a mi habitación.
La rubia la cual odiaba y me hacía confundir, pero al mismo tiempo me gustaba estar con ella, me gustaba lo que provocaba en mí y me generaba total confianza y seguridad, volvería a dormir conmigo.
-Oye Ems- le estaba dando la espalda y ella tenía un brazo en mi cintura.
-¿Si?
-Date vuelta un segundo.
Gira mi cabeza ella me tomo y me volvio a besar.
-Siento el feo viaje de la otra vez, sólo estaba enojada y más cuando no me abrazaste, prometo no hacerlo.
Sonreí, dicho eso las paces ya estaban hechas y dormí por segunda vez con Ori
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Rumbo inesperado
Romance¿Qué pasaría si una chica loca entrara en tu vida? ¿Intentarías alejarte de ella? Eso le pasó a Emily Hunter, una chica de 17 años la cual llevaba una vida normal, hasta que conoció a una chica, ¿Casualidad? Tal vez. La chica loca, creída, insoporta...