Final

118 12 0
                                    


Estaba por entrar a la hermosa casa frente al mar y estaba nerviosa. No sabía lo que me encontraría tras esa puerta, ya no estaba segura de nada.
Si sabía que era plan de Ori, lo que no sabía es el cómo sería todo... Esperaba que no sea una cena a la luz de la luna y las estrellas con rosas porque realmente odio el romanticismo.
Izhan busca las llaves en sus bolsillos y abre la puerta, pero antes de que entre me tomó del brazo.
-Se lo idiota que fue mi hermana- me dice mirándome a los ojos- Pero espero que después de que estuvo dos semanas limpiando esta vieja casa y llorando la perdones, de verdad te conozco hace nada y me caes de maravilla cuñada- le sonrío y me abraza.
-Gracias Izhan, también me caes muy bien... cuñado- susurro esto último, nos separamos, el subió a su auto y se fue.
Entré a la casa, era gigante y hermosa. La última vez que estuve aquí no me había fijado tanto en ella, pero ahora sí y me fascina.
Empiezo a caminar hacia el balcón donde estuvimos aquel día tan hermoso y la veo. Estaba de espaldas, con unos jeans negros y una remera blanca, apoyada en la baranda de madera mirando el atardecer del mar, sonreí inconscientemente.
Doy unos pasos más y ella me escucha. Se gira y veo miles de sentimientos pasar por su rostro.
Sorpresa, emoción, felicidad, pero sobre todo tranquilidad, yo también estaba tranquila de por fin estar con ella. Corre hacia mí y me abraza. Al principio me tenso y me quedo quieta, pero luego abracé también.
-Emily...- susurra con su cara hundida en mi cuello, yo la abrazo con más fuerza- Yo... Lo... Lo siento- empieza a llorar- Lo siento muchísimo pequeña Ems.
-Shh, yo estoy aquí, no pasa nada Ori- acaricio su pelo, seguimos abrazadas y ninguna de las dos tiene intención de separarse.-Yo ya te perdone Oriana, hace días- sonrío, sus brazos están en mi cintura y su cara sigue en mi cuello.
-Ems- se separa de mí y sus ojos oscuros se conectan con los míos- En un principio, a mi me dijeron que serías una más, que luego de todo podía irme con mi sobrina... Pero nada salió como yo pensé, yo me enamoré de ti pequeña, me enamoré de tu forma de ser, que no te importara lo que los demás digan, no te importaba si yo tenía que irme una mañana, no te enojabas si no nos veíamos por un tiempo, no te importaba si estabas arreglada o recién despierta, eres perfecta- una lágrima de felicidad y emoción se me escapa- Y de ahora en más quiero que solo seas feliz conmigo, que esas lágrimas siempre sean de felicidad y risa. No quiero que estés más triste, no quiero que estés mal por cosas del pasado porque eso son, pasado. Quiero ser la persona en la que más confíes en el mundo y que podamos hablar de todo. Quiero cuidarte. Yo te quiero muchísimo pequeña y si no quieres volver conmigo estás en todo tu derecho, pero no podía quedarme de brazos cruzados y rendirme tan fácil a la persona que realmente quiero- ya no era una lágrima, eran varias, todas de emoción.
No me quedaba una duda que ella me quería de verdad, había cometido un error pero se arrepintió, ahora estaba frente a mí con lágrimas en los ojos rogándome que vuelva con ella. ¿Para qué mentir? Yo la quería con cada una de mis células.
-Te quiero muchísimo Ori- me tire sobre ella y le dí un dulce beso en los labios.
-Te extrañe muchísimo- susurra contra mis labios, sonrío y me separo.
-Yo también.
Pasamos un buen rato hablando sentadas mirando el atardecer y el mar, para algunas pudo ser una simple disculpa, para mi eso era hermoso y me encantaba algo así de sencillo, que sea sincera.
Ya era de noche, estábamos comiendo la mejor cena que pudo haber elegido, una hamburguesa de McDonald's, esta era una excelente y perfecta cena de disculpa.
-Te compre algo- me dice la rubia sonriendo después que terminamos nuestra comida, entra en la casa y vuelve con una cajita envuelta en papel.
-¿Qué pasaba si yo no te perdonaba?- reímos.
-Sabía que lo harías.
-No parecidas muy segura cuando llegue...- le doy una sonrisa pícara.
-Cállate- respondió sonriendo- Espero que te guste.
Abro la pequeña cajita, dentro había una cadenita de oro con un pequeño corazón del mismo color, era la cadena que había visto ese día que salimos juntas que me había gustado tanto
-Me encanta- abro el corazón, dentro había un faro tallado- ¿Qué significa?
-Alguien tonto me mostró eso y me dijo un tonto significado que a mi me encanto- la miro con una sonrisa- Con tus locuras, amor, diversión... Contigo peque me voy hasta el fin del mundo.
Voy hasta ella, me siento en sus piernas y le doy un beso en los labios. Le doy la espalda, le paso la cadena y la prende en mi cuello.
-Me queda hermosamente perfecta- le digo creída con una sonrisa de oreja a oreja.
-Tu eres hermosamente perfecta.
Me inclino y la beso. Pasa su lengua por mi labio inferior, baja y besa mi cuello, tiro un poco de su pelo y ella gruñe.
La rubia se para y yo rodeo su cintura con mis piernas, mientras la beso busca la habitación, llegamos a la cama y se acuesta sobre mi. Sigue besando mi cuello, acaricia con sus manos toda mi espalda dentro de mi camiseta, me separo y ella quita la prenda. Sigue besándome y tocandome, agarro también el borde de su camiseta y la saco.
-Te quiero pequeña...
-Yo a ti.

(...)

Me despierto con una fina sábana tapando mi cuerpo, a mi lado mi bella durmiente que me abraza fuerte por la cintura. Me quedo segundos, minutos o horas, no lo sé, mirándola, es perfecta y tan hermosa.
Pensar que al principio odiaba a esta chica, era insoportable, fría, creída, arrogante... Pero yo fui capaz de ver la verdadera Ori que se ocultaba tras esa chica ruda. Al principio pensaba estar confundida, que solo estaba con las hormonas revoloteadas, pero no terminó siendo así, de verdad me enamoré de ella, sus ojos, forma de ser, tan dulce y segura, era la primera chica de la cual me había enamorado y la quiero muchísimo. Éramos tan diferentes que corríamos el riesgo de enamorarnos, yo corrí el riesgo y ahora estoy tan feliz que volvería a hacerlo. Mi vida había tomado un Rumbo inesperado y me encantaba. Todo estaba saliendo tan bien que parecía de película.
-Buenos días- dice la rubia con voz ronca, yo acariciaba su brazo.
-Hola amor.
-¿Cómo?
-¿Te acuerdas? "Perdona si te llamo amor"- apoyo mi cabeza en su hombro- yo usaré esa hermosa frase simple para decirte amor, con la excusa de que es por la peli, además, me encantó.
-A mi me encanta que me digas así, te quiero tonta.
-Yo a ti.
Era la 1 PM y teníamos hambre, así que buscamos nuestras cosas y nos fuimos de la casa, había sido una noche hermosa.
Fuimos a almorzar al centro de la ciudad, ambas estábamos felices y nos divertimos... Hasta que me fue a dejar a mi casa. Llegamos y yo me baje de la moto, me saque el casco y Ori también. Su cara se veía triste.
-Hey, ¿Por qué esa cara?- bajo su cabeza y yo empecé a asustarme.
-Veras Ems... Yo vine de Chile hacia aquí- la miro sorprendida, de Chile vino a Argentina, solo por su sobrina- Allí tenía pensado estudiar... Al final me vine y no pude, pero dejé mi inscripción, por más imposible y raro me llamaron hace poco que me aceptaron en una  universidad muy importante de administración de empresas... No sé qué hacer, pero sería muy tonto no ir allí a estudiar- se quedó unos segundos en silencio- Yo quiero ir a estudiar a Chile.

Rumbo inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora