—¿Más fuerte?
—Mucho más fuerte —respondió con la respiración acelerada por el esfuerzo. Probé de hacer lo que me había dicho, pero era imposible, era incapaz de conseguirlo, no tenía la suficiente potencia—. Aerith —gruñó—. ¿Por qué paras? No te he dicho que lo hagas.
Le miré mientras intentaba no hiperventilar, algo que me estaba costando debido a lo agitada y cansada que estaba. Pese a mi inexperiencia, sabía que él también lo estaba, se notaba por cómo el pelo se le había despeinado, haciendo que le cayeran mechones por la frente y por cómo las gotas de sudor recorrían poco a poco su rostro.
—No puedo más —expliqué—. Estoy agotada.
—¿Qué creías? —se mofó con una sonrisa—. ¿Qué aprender defensa personal sería fácil o que no cansaría? Para aprender hay que sufrir y llevarte algún que otro golpe. Te lo digo por experiencia.
No sabía cuánto tiempo llevábamos aquí, en lo que era como un gimnasio al lado de la casa de Blake. Era una cabaña habilitada con todo tipo de artilugios para entrenar, algunos que ni me sabía su nombre. Y desde que habíamos entrado, Blake no me había dejado de presionar para que hiciera demasiadas cosas a la vez: golpear un saco de boxeo con todas mis fuerzas, saltar a la cuerda lo más rápido posible y al final, intentar golpearlo mientras evitaba cada uno de mis ataques.
—Al menos podrías no haber sido tan exigente, es mi primera vez, no sé nada de esto.
—¿Crees que he sido exigente? —negó con la cabeza con una sonrisa—. Podría haber sido mucho peor, me he controlado.
—¿Peor? —resoplé y arreglé la coleta alta que me había hecho al principio del entrenamiento, lo que hace que Blake frunza el ceño, algo que no entendí—. Ahora tendría que estar agradecida porque te has controlado, claro...
—Estoy intentando ponerte en situación. Si te están atracando de nuevo no van a ser buenos contigo, ni mucho menos. Irán a por ti —sentenció—. Buscarán tus puntos débiles, el factor sorpresa, haciendo uso de su superioridad e intentarán... —Se quedó callado de repente, como si estuviera hablando de más—... e intentarán robarte o agredirte sin ningún tipo de remordimiento.
Alcé una ceja, no parecía que hablase de unos simples atracadores. Me había dado la sensación de que sabía la verdad, había descrito a la perfección lo que habían hecho los vampiros con los que me había encontrado; se aprovecharon de mis puntos débiles para su beneficio propio.
—¿No crees que exageras? —comenté—. Lo que has dicho es demasiado enrevesado, son atracadores, no agentes secretos.
—Lo importante es que aprendas a defenderte para que no estés en peligro de nuevo. ¿No decías que no querías sentirte débil? Para ello tienes que tomarte en serio todo lo que te enseño.
—Parece que te preocupas por mí... —resalté lo evidente de sus palabras.
—Claro que lo hago, somos amigos. Los amigos se preocupan unos de otros.
—No somos amigos —corregí—. Conocidos, compañeros de clase...
Una carcajada fue la respuesta de Blake, que se levantó la camiseta para quitarse el sudor que aún tenía en la cara. Por mucho que no quisiera, no pude evitar mirarlo de forma disimulada, se le marcaban todos los músculos a la perfección.
—¿Te gusta lo que ves? —habló y volvió a reírse sin dejar de limpiarse el sudor.
—Cierra la boca —evité el tema—. ¿Queda mucho? Como te he dicho estoy cansada.
—Tienes una forma física desastrosa —reconoció—. A simple vista no lo parecía.
—Tampoco te pases —espeté ofendida. No es que hubiese sido una chica deportista toda mi vida, pero consideraba que no estaba en mala forma.
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Inolvidable ¹
FantasyTras mudarse a un pueblo misterioso, Aerith se verá obligada a elegir entre un vampiro que grita peligro y un chico que oculta un secreto. **** Aerith odia las mentiras. L...