Los dos chicos entraron en casa de Raúl y cerraron la puerta. Alejandro lo miró unos segundos, luego volvió a besarlo. Deseaba hacerlo desde dias, y su beso se volvía siempre mas intenso. Necesitaba sentir que Raúl estaba deverdad ahí, que podía besarlo y que él también lo quería. Pasó a besar su cuello, mientras le quitaba la camiseta. Su olor lo volvía loco, no podía parar de saborear su piel y sobretodo de acarciarla.
—Oh Dios Ale, me estas volviendo loco— dijo Raúl, con la respiración acelerada. No se había dado cuenta de que se había apoyado a la mesa.
Alejandro sonrió y muy de espacio le quitó los pantalones, aprovechando para admirar y acariciar su cuerpo musculoso. Quitó los calzoncillos y admirò su chico.
—Eres perfecto cariño. Vamos a tu cama.
—No, no puedo esperar— Raúl se lanzó sobre él empezando a quitar sus vestidos.
—Oh, espero que esa mesa sea sólida, porque mi gana espera desde mucho...— ayudó el otro a quitar su ropa. Fue como si el tiempo se bloqueara, celebrando un nuevo amor que se fortaleciá, dos corazones que se fundián, intentando olvidar sus pasados y sus sufrimientos.—Este sofá es horroroso, ¿sabes?— Alejandro estaba tumbado y Raúl tenía su cabeza sobre su pecho, acariciandolo con ternura.
—Lo sé, pero quedaba bien con los muebles.
—Tampoco me gustan.
—A mi tampoco, pero venían con el piso. Y no tenía dinero para gastar. Ya el sofá me salió mucho.
—Claro, así que en este piso la única cosa que es tuya es este sofá feo, pero costoso.
Raúl se rió —Si!
—Bueno ya tendremos que poner una foto de tu novio. Algo bonito en esta casa, por fín.
Raúl levantó la cabeza y lo miró. Novio. Había dicho novio. Nunca nadie se había definido novio tan fácilmente. Y su ex, que estaba casado con una mujer, no había querido ni escuchar esa palabra. Ellos sólo eran amigos. Pero ahora este maravilloso chico, con eso ojos verdes que encantaban, no solo quería ser su novio, si no quería que él tuviera su foto en su casa. Esas eras cosas que Raúl nunca había obtenido desde sus "amigos". Se sentía como si estuviese soñando.
—¿Que pasa, Raúl?— me miras raramente.
El chico sonrió, pensándolo con ternura.
—¡Si con una foto tengo este resultado te voy a regalar un montón!
—¡No te sobrevalore!
—Vale, vale...pero ¿una fortuita juntos? Quiero ponerla en mi móvil, así puedo verte cada mom...
El otro no lo dejó acabar, volviendo a besarla y subiendo sobre él. Pasó a sus mejillas, luego mordió y besó su cuello. Alejandro no podía controlar su cuerpo y sus gemidos. Su erección crecía, acariciada por la del otro.
—Raúl, Raúl...si sigues así yo no voy a controlar más mi cuerpo...
—Déjate llevar por lo que sientes. Cierra tus ojos y siente mi cuerpo sobre el tuyo, mi boca sobre tu piel.
—¡¡¡Oh Raúl!!!— fue lo único que él consiguió decir antes de volver a perderse.****
Estaba amaneciendo y Alejandro estaba sentado en la puerta de la Casa de su abuela. El día precedente había sido el mejor de su vida, pero la noche se había vuelto un desastre total. Su jefe le había enviado a un local. Era una discoteca frecuentada por gente muy joven, y unos novios querías organizar su banquete ahí porque era el lugar se habían conocido. Tenía que convencer los propietarios a cerrar por una noche para ellos, pidiendo una cifra razonable. Raúl no había querido ir, pero él había encontrado y convencido Martha, que parecía bastante deprimida. Aunque hubiera conseguido ese lugar a un precio muy barato, gracias a unos adolescentes que habían logrado entrar aunque no tuviesen 18 años, la noche había ido muy mal.
Martha se había emborrachado, desapareciendo con dos chicos. Estaba sentado imaginando el cuerpo de la chica sin vida en alguna playa, cuando la vio llegar. La miró, sin reproche, sin juzgarla y ella rompió a llorar. La abrazó.
—Ven comigo — dijo — U vamos a despertar todo el mundo. Fueron a casa de Raúl, donde ella se durmió, después de haber llorado por una hora.
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La fuerza de tus palabras - Alejandro y Raúl
FanficAlejandro tiene los ojos verdes, el pelo rubio y un cuerpo perfecto. Es hermoso, inteligente y tiene un trabajo que le gusta. Cada noche una chica diferente duerme en su cama, pero él se siente vacío, como si estuviera perdiendo algo... Una noc...