La mañana siguiente Alejandro se despertó de mal humor, con la cabeza que le dolía. Estaba preparando el café, mientras Raúl sentado en el comedor, lo miraba. Sabía que lo estaba miarndo, sentía sus ojos sobre su espalda. Lo había rechazado, eso dolía. Nadie lo había rechazado, bueno una vez. Y aunque había sufrido mucho, no había dolido tanto. Tampoco entendia porque sufría tanto, si lo conocía desde dos días. El silencio fue interrumpido por la llegada de Jean.
-Buenos días guapo- Ale sintió esas palabras, sabiendo que no eran para él. Decidió no abrir su boca.
-Buenos días Jean.
-¿Que tal fue tu noche?
-Normal..sólo tuve un poco frío...no estoy acostumbrado a estas temperaturas.
Claro, si te hubieras dejado tu ropa puesta..
-Habrías podido venir en mi cama...siempre está caliente.
Oh por Díos, Jean. ¿Esto funciona de verdad? Patético.
-Vale...me lo acordaré la próxima vez.
Si, claro...no vas a volver a mi casa jamás en tu vida.
El móvil de Alejandro sonó, interrumpiendo esa conversación tan molesta. Él lo miró.
-Alicia....sí, tu hermano está aquí- dio el móvil al chico, sin mirarlo.
-Buenos días...si...vale.
Cortó y miró Alejandro.
-Ha dicho que tenemos que ir a la agencia.
Alejandro suspiró, preguntándose para que tenía que ir él también.Media hora despues estaba sentado en el despacho de Alicia, ella todavía no había llegado, y él seguía mirando el escritorio, sin hablar.
-Alejandro...yo...- Raúl empezó a hablar, pero el chico lo bloqueó levantando su mano.
-No tenemos porque hablar. Callate y espera tu hermana en silecio.
-Pero anoche...
-Dejame en paz.
Raúl suspiró y no volvió a hablar.
Diez minutos después Alicia llegaba, más felíz que los otros días.
-¡Hola chicos! He traído churros...
-No tengo hambre, gracias- la voz de Alejandro parecía mas dura de lo que quería
-¿Que pasa? ¿Porque estoy aquí?
- Uhhh te has levantado de mal humor!- ella encendió su ordenador y, después de imprimir, le dio una hoja -Esta es la lista de los invitados, sen han añadido algunos de último momento.
Alejandro suspiró, era la décima lista que Alicia le dejaba.
-Vale...voy a dejarla al chico a la entrada.
-Por cierto, añade mi hermanito.
-Claro...- Alejandro Cogió un bolígrafo y escribió su nombre por último -Mira Ali, podría quedarme en casa, no me siento bien y prefiero no ir ésta noche.
-¿Que? No no...no puedes faltar.
-Pero, hay Sandra que me puede sustituir.
-De eso nada. Tu lo has organizado y no puedes no ir- Alicia se puso las gafas, y con su actitud autoritaria añadió -Vete a tu casa, duerme y verás esta noche como estarás mejor.
Él se levantó -Lo dudo- susurró, de manera que solo Raúl, su lado, pudiera oírlo.Eran las nueves de la noche, cuando Mario dijo a Alejandro que ellos iban a comer, y después se iban al NarajaRosa. Él los saludó, diciendo que se duchaba y iba a la discoteca. Había pasado toda la tarde tumbado en su cama, mirando la pared. Seguía pensando en Miguel, en como había evitdo pensar en él todos esos años. Habían acabado la escuela y estaba decidiendo que universidad elegir, cuando Alejandro, aunque tuviese novia, había decidido decir la verdad a su amigo. Era gay y estaba enamorado de él. En su corazon esperaba que su amigo también más de como se ama un amigo o un hermano. Pero no fue así, descubrió que Miguel no lo quería de ninguna manera. Él no era gay y no lo amaba, así que empezó a contar a todos sus compañeros de clase lo que había pasado. Todos empezaron a evitarlo. Nadie hablaba con él y su novia lo dejó diciendo que era un degenerado. Había olvidado todo esto, había alejado ese momento en un rincón de su cerebro. Un rincón oscuro y cerrado con llave. Y ahora Raúl había abierto ese rincón, y sobretodo había vuelto a hacerlo sentir rechazado.
Ese hijo de puta.
Se levantó, mirándose al espejo. No habría permitido a ese chico de hacerlo sufrir. Sólo tenía que fingir que no existiera, en una semana, menos si tenía suerte, se habría ido y no lo habría visto por mucho tiempo. Puso su música favorita y se fue al baño.
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La fuerza de tus palabras - Alejandro y Raúl
Hayran KurguAlejandro tiene los ojos verdes, el pelo rubio y un cuerpo perfecto. Es hermoso, inteligente y tiene un trabajo que le gusta. Cada noche una chica diferente duerme en su cama, pero él se siente vacío, como si estuviera perdiendo algo... Una noc...