Los dos chicos se fueron a comer algo juntos, contandose sus vidas, sus sueños, las cosas malas y las buenas que le habían pasado. Alejandro disfrutò de esa compañía, pero no podía alejar la sensación de soledad que sentía desde cuando sus labios se habían alejado de los de Raúl. Saliendo del restaurante encontraron una artista que pintaba y vendía sus obras. Alejandro se bloqueó mirando a un cuadro que representaba una playa de noche. Estaba tan oscura, pero la luz de la luna llenaba esa oscuridad. Parecía de verdad. Sintió Raúl acercarse y sin mirarlo dijo:
-Me recuerda de ti. Tranquilo y lleno de una luz mágica.
La mano de Raúl cogió la suya y el la miro, luego pasó a mirar los ojos que se parecían tanto a esa obra.
-Vamos a tu casa- le susurró.Cuando llegaron a su apartamento nisiquiera se dieron cuenta de los dos chicos que los miraban confundidos, mientras corrían a su habitación. Una vez adentro, Alejandro cerró la puerta con llave y se dio la vuelta rápido, lanzandose sobre Raúl. Quería volver a saborear esos labios desde el segundo después de sus primer beso. Lo bloqueó con la espalda contra la puerta y lo besó como si fuera la última vez, cogiendo su rostro entre sus manos. En su corazon sabía que él le iba a escapar, aunque ahora no quería escuchar esos miedos. Su boca bajó al cuello del chico, mientras le quitaba la camiseta, para saborear su piel. Bajando encontró el pantalón, lo abrió y quitó los calzoncillos de él, liberando su erección para acogerla en su boca. Sólo en ese momento se dio cuenta de que deseaba hacerlo desde la primera vez que lo había visto. Cada gemido, susurro y palabra que salía de Raúl lo exitaba como nunca. Él lo bloqueó, ayudandolo a subir y desnudandolo completamente. Lo besó necesitandolo como si fuera agua en el desierto y de manera dulce lo ayudó a darse la vuelta, dejandolo con la cara frente a la pared. Respiró hondo.
—Sabía que no habría logrado estar lejos de ti— susurró a su oído, empezando a besar su cuello y bajando a las espaldas, mientras sus manos recorrían ese cuerpo perfecto hacía abajo —Esto será diferente, pero te prometo que será inolvidable.***
Horas despues se despertaron en la cama de Alejandro, desnudos y abrazados. Raúl lo miró, algo había cambiado en su mirada. Se sentó y miró su móvil. Suspiró.
—Tengo que ir, Alicia me está buscando.
—Claro— contestó él. No quería hablar, su corazon parecía haberse vuelto de piedra. Sabía que las cosas no habrían ido como en los cuentos. En su vida no había espacio para finales felices. Raúl empezó a ponerse su ropa y se acercó a la puerta. Puso la mano en la manilla y mirando el suelo dijo
—Pasado mañana me voy.
—Vale— contestó Alejandro, dandose la vuelta hacia la ventana, aún tumbado. Sabía que ese momento habría llegado y no quería verlo irse. No quería acordarse de esa imágen, pero se habría acordato del ruido de la puerta que se cerraba.
La costrumbe lo habría llevado al baño para ducharse, pero no quería quitarse de en cima ese olor. El perfume de Raúl. Se había quedado sobre su piel y nunca habría hecho algo para alejarlo. Ignoró sus compañeros de piso que seguían llamandolo tras la puerta, llenos de preguntas. Sólo les dijo de alejarse, así que ellos se callaron y lo dejaron ahí. No lograron que comiera algo, nisiquiera dejando la cena a su puerta.
Él miraba la ventana, no se había movido. Afuera la noche seguía, el mundo no se había parado. Oía la gente reír, hablar, divertirse. No sabían que unos metros más allá había un corazon que se había vuelto negro como ese cielo nocturno. Que había un alma que se estaba perdiendo en la tristeza, ahogando en el mar de la soledad, incapaz de entender que podía hacer algo para cambiar. Ahí, inmóvil, dejaba que la vida decidiera por él, mientras las lagrimas recorrían su rostro y mojaban las sábanas.
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La fuerza de tus palabras - Alejandro y Raúl
Hayran KurguAlejandro tiene los ojos verdes, el pelo rubio y un cuerpo perfecto. Es hermoso, inteligente y tiene un trabajo que le gusta. Cada noche una chica diferente duerme en su cama, pero él se siente vacío, como si estuviera perdiendo algo... Una noc...