Raúl seguía mirando la pantalla de su móvil desde la noche anterior. Estaba afuera de la agencia y no podía dejar de hacerlo.
¿Quien será? A. ¿Y si fuera...? No, no es posible. No puede ser.
—¡Buenas!— Dani llegó con las llaves en sus manos y empezó a abrir la puerta.
—Hola— dijo Rossella, llegando mientras lo hacía
—Hola chicas, ¿que tal?
—Nosotras bien, pero ¿tu que haces con ese móvil? Sigues mirandolo raramente.
—Si, bueno no....nada...no hago nada.
—A ver— dijo Dani, acercándose.
—No es nada— Raúl alejó el móvil de ella, pero Rossella llegó y lo robó de su mano.
—Mira, mira...un mensajito...Buenas noches Raúl. Te extraño cariño. ¡Que sueñes conmigo! A.
—¿A?
—Si
—¿Será ese chico? ¿El rubio? No se llamaba...
—Alejandro— dijo él molesto —¿Me devuelven mi móvil?
—Claro, claro— dijo Dani mirándolo sonriente— Rossella devuelvele su móvil a la Reina de los glaciares.
—¡Que si, hombre! Nosotras no robamos, sólo nos preocupamos por ti.
—Si, ¡claro!— dijo él poniendo el móvil en su bolso— ¡Anda, abre!****
A la una y media fueron a almorzar en un pequeño restaurante cerca de la oficina. Las chicas hablan y reían, pero él no las escuchaba. Seguía pensando en ese mensaje.
—¿Todo bien Raúl?— preguntó Manu mientras bebían un café despues de comer.
—¿Como? Si, si todo bien.
—No has dicho nada. Sigues ahí calladito con una cara rara.
—No pasa nada.
—¿Seguro?
—Anda, habla!— dijo Rossella.
—Dile del mensaje— siguió Dani.
—¿Que mensaje?
—Ninguno.
—Un mensaje de ese chico que vino por el en la agencia.
—No podéis estar seguras que fuera de él.
—Claro, porque tu tienes una movida secreta de la que no nos sabemos nada...
—Pues no me importa, ya le dejé clara las cosas. No quiero nada con él.
—Pero ¿porqué? Si él te quiere.
—Solo soy su nueva aventura, su experiencia diferente antes de que la mujer de su vida llegue.
—Eso no lo puede saber si no lo intentas.
—No me importa, no quiero sufrir.
—Lo que ha passado con Juan no tiene nada que ver con eso.
—Los hombres son todos iguales. No quiero ser el juguete de alguien que se traído a la cama la mitad de las mujeres de España y ahora ha decidido que no, le gustan los hombres. ¿Quien me dice que la próxima semana no va a cambiar de opinión?
Dani abrió la boca, pero el la detuvo.
—No quiero hablar de eso y punto.
Las tres se miraron calladas.****
Hola Raúl, ¿que tal? Te he estado pensando todo el día. Esperaba en tu respuesta 😞
A las ocho y media, mientras estaba cenando solo en casa, llegó otro mensaje. Lo miró, habría podido contestar, pero su corazon no tenía el coraje de hacerlo. Lo ignoró.
¿Me estás ninguneando? Eso no se hace, ya fuiste maleducado dejandome sólo a tu portal como un imbécil.
Ahora no quedaban dudas, era Alejandro. Su corazon se bloqueó por unos segundos, volviendo a latir. Er felíz que fuera él, pero tenía sus emociones controladas.
No te olvides de cuanto has sufrido por dejar entrar a otro confundido en tu corazón.
El móvil volvió a sonar.A lo mejor tienes miles aventuras nocturnas y dejas a todos tirados a tu portal y te estás preguntando quien soy.
Raúl quedó boca abierta mirando la pantalla de su móvil. Estaba enfadado porque él no era así y además no quería que el pensara que fuera así.
R: ¡Yo no tengo aventuras! Soy una persona tranquila.
A: Lo se, cariño. Eso se lee en tus ojos, en ese mar negro que me deja sin pensamientos. Pero conseguí una respuesta.
Raúl sonrió. Había caído en su trampa, pero no le importaba.
R: Tu eres definitivamente loco.
A: Si, pero guapo. Así que la gente me lo perdona.
Raúl río, como no hacía desde tiempo.
R: ¿Que tal tu dia?
A: Normal. Ahora estoy trabajando en la oficina y Sandra me ha sustituido. Es un poco aburrido, pero lo prefiero. No estoy como para organizar fiestas ahora.
R: ¿No estás bien?
A: No, un hombre ha conquistado mi corazón y no me deja conquistar el suyo.
Raúl suspiró.
R: Quizás deberias dejar de intentar.
A: Nunca lo haré. Por ti merece la pena, aunque tenga que esperar años.
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La fuerza de tus palabras - Alejandro y Raúl
FanfictionAlejandro tiene los ojos verdes, el pelo rubio y un cuerpo perfecto. Es hermoso, inteligente y tiene un trabajo que le gusta. Cada noche una chica diferente duerme en su cama, pero él se siente vacío, como si estuviera perdiendo algo... Una noc...