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El lunes por la mañana, JongDae se esforzó en que la rutina permaneciera intacta. Se levantó temprano, al igual que su esposo y mientras MinSeok tomaba una ducha, él cocinó algo para el desayuno.

Por supuesto que las cosas se sentían extrañas e incluso el domingo, mientras MinSeok se encargaba de trapear la sala y él de doblar la ropa, volvió a considerar el irse unos días a lo de JunMyeon. Pero entonces MinSeok rompió uno de los floreros que su madre les había obsequiado cuando se mudaron al nuevo departamento, convirtiéndose en un desastre de llanto y dedos sangrantes y 'JongDae, lo siento, lo siento, lo siento'. Convenciéndole de que no podría dejar a su pequeño desastre solo o el mayor podría terminar haciéndose daño.

ㅡ ¿Hoy tienes alguna entrevista? ㅡ escuchó a su esposo a sus espaldas, guardando una carpeta dentro de su portafolio y con la corbata aún desecha al cuello.

ㅡ Noㅡ JongDae dijo triste. ㅡ Nada de nada.

ㅡ El año casi se termina, es normal que no haya ofertasㅡ su esposo intentó animarle. ㅡ ¿Quizás en enero?

JongDae se encogió de hombros, haciéndole una seña con la mano para que se acercara y él pudiera arreglar su corbataㅡ Eso espero.

ㅡ Encontraremos algo para tiㅡ el mayor dijo. Provocando que JongDae sonriera porque vaya, MinSeok no había perdido el hábito de hablar en plural.

Esa mañana JongDae no pudo darse el lujo de llevar a su esposo hasta el trabajo en auto; utilizar el auto significaba gastar gasolina y gasolina es igual a dinero, dinero que ellos no tienen. MinSeok no parece molestarse e incluso insiste en que no es necesario que le acompañe hasta la parada del autobús pero él le ignora. Le despide justo cuando el autobús se detiene frente a ellos, dejando un beso sobre su frente y admirando la mirada sorprendida en el rostro de su esposo.

Finge no darse cuenta pero incluso él mismo está sorprendido. Había estado evitando el contacto físico con él durante todo el fin de semana pero hoy, a sabiendas de que va estar cerca de YiFan, sólo quiere asegurarse. Asegurase de que MinSeok recuerde a quién pertenece.

El camino en autobús se siente sumamente pesado, no porque se encuentre en transporte público sino porqué se encuentra solo. Extraña el camino en auto con JongDae por que el menor suele cantar y bailar en su asiento. Extraña la confianza que había entre ellos.

Idiota, eso es lo que es.

ㅡ ¿MinSeok hyung?

Una voz le saca de sus pensamientos, provocando que reprima sus ganas de estrellar su cabeza contra el cristal de la venta y levante la vista.

ㅡ JongIn, hola.

ㅡ Creí que JongDae hyung te llevaba en auto hasta el trabajoㅡ JongIn comenta mientras se sujeta más fuerte del tubo de metal, MinSeok se ofrece a cargar su mochila y el menor acepta gustoso.

ㅡ Sí, pero últimamente no hemos estado... bien económicamente, ¿sabes? ㅡ el mayor admite, agregando lo último en un susurroㅡY es mejor si utilizo el transporte público en lugar del auto.

ㅡ Pero JongDae hyung tenía una entrevista la semana pasada, ¿no salió bien?

ㅡ ¿Qué?

MinSeok detesta que las personas contesten a las preguntas con más preguntas, sabe que es de mala educación y que le hace parecer como si fuera un mocoso sin modales pero... él no tenía idea que JongDae había tenido una entrevista.

JongIn, por su parte, intenta sonreírㅡ Sí hyung, debes de haberlo olvidado. La entrevista con la editorial de cuentos infantiles.

ㅡ A-ah... sí, recuerdoㅡ miente. ㅡ Y-yo...

ㅡ Supongo que no salió bien, ¿cierto? ㅡ JongIn insiste.

MinSeok sabe que lo hace sin intención de ser molesto y con verdadero interés pero, sus preguntas sólo le ocasionan incomodidad. Quisiera responderle pero... él ni siquiera sabía acerca de la entrevista.

Comienza a reconsiderar la posibilidad de estrellar su cabeza contra el cristal de la ventana cuando nota que ya está cerca de su parada (¡yey!)

ㅡ Un gusto verte, JongInㅡ se despide mientras se pone de pie y le entrega al menor su mochila.

ㅡ ¡Igual, hyung!

Al bajar del autobús, MinSeok agradece que JongIn sea tan inocente porqué probablemente no notó la manera en la que evitaba las preguntas acerca de su esposo.

Tenía mucho por lo que disculparse, eso era indiscutible.

Sin embargo, en cuanto entra al corporativo y le muestra su gafete al guardia de seguridad, la sensación de tristeza en su estómago se ve sustituida por enojo.

Él no llevaba la culpa solo en esto, y se encargaría de arreglar lo que había roto.

Matrimonio A Los Veinte // ChenMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora