26 - Dos idiotas

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Jade’s POV

                Hoy era el día en el que los chicos de One Direction comenzaban su gira promocional por Estados Unidos. Le había prometido a Harry ir a despedirlo al aeropuerto, a pesar que al principio me negué rotundamente, ya que no quería que nadie nos viese juntos, terminé cediendo. Resulta que hay una cantidad limitada de pucheros de Harry que mi corazón es capaz de soportar. Cómo decirle no cuando ponía esas caras de perro mojado. Prácticamente imposible.

- ¡Vámonos ya Perrie o llegaremos tarde!

-Tranquila Jadey, el avión no sale hasta dentro de ¡4 horas!

-Lo sé, lo sé, pero quiero llegar antes que ellos para evitar la multitud.

-Nerviosa, ¿eh?

-Como la mierda… Perrie soltó una carcajada que retumbó en toda la casa. ¡Hey! No te burles de mí. Le saqué la lengua.

                Después de casi 40 minutos y casi arrastrar a Perrie hasta el auto, ya estábamos en camino. Estos últimos días con Harry parecieron una nebulosa, como cuando en una película muestran algo que en realidad no pasó sino que realmente están soñando, donde hasta el mundo parece descolorido al lado del protagonista en comparación.

                Ahora sé que lo quiero, como en esa tarde fresca en la que el viento era tan fuerte que pensábamos que nos íbamos a despegar del piso y salir volando por los aires. Esa tarde, Harry me rodeó  los hombros con su brazo derecho, afirmándome a su lado, y de repente, con ese gesto simple y esa sensación de seguridad de que esté pegado a mí de manera tan casual pero firme, la realización me golpeó, como un camión de frente, me estaba enamorando de Harry.

                Es todo sobre él, lo que me hace amarlo, sus ojos con brillo infantil, la forma en la que sus cabellos se mueven cuando el viento sopla, y como siempre lleva las manos en los bolsillos cuando hace frío. Oh Dios, cómo había llegado a este punto en tres simples días. Por qué era que besarlo se sentía tan perfecto.

                Quería descubrir cada detalle sobre él: cuantas cucharadas de azúcar le ponía a su café o si lo prefería amargo, su sabor preferido de helado, su libro favorito, o cuál había sido el primer disco que había comprado. De alguna manera, sentía que saber esas pequeñas historias, me complementarían, incluso, me harían mejor de lo que soy.

-Jade, llegamos… ¿Vas a bajar? Tuve que sacudir mi cabeza para hacer desaparecer la nube de pensamientos en la que me había sumergido. Le sonreí a Perrie que me miraba con las cejas levantadas, ya afuera del auto.

-Sí, perdón. Me distraje un poco.

-El amor, el amor… canturreó Perrie mientras yo le seguía los pasos, colorada por saber que no podía discutir, ella tenía razón.

Harry’s POV

                Había dejado el armado de valijas, a propósito, para el último minuto, estuve disfrutando mis días con Jade demasiado como para preocuparme por qué ropa meter dentro de una maleta.  Y  a pesar que ahora todos estaban un poco exasperados esperando por mí, yo sólo seguía pensando en ella. Había planeado cada detalle para nuestra despedida, qué le diría, cómo y dónde se lo diría y no podía dejar de sonreír.

                Un sí, había cambiado todo. Sólo eso, “si”, una simple palabra que en sus labios era el mundo. Sí, había aceptado salir a correr conmigo aquél día en el que descubrí que la amaba como a nadie. Sí, había dicho cuando le pregunté si podía besarla todos los días hasta mi partida. Sí, era su respuesta cuando le preguntaba, un poco insistente, cada 5 minutos, si estaba bien. Sí, y yo tenía una sonrisa plastificada en mi rostro. Sí, y yo era feliz. Sí, y la amaba. Sí, sí, sí.

                Ubiqué, con cuidado, entremedio de dos camisas, la foto de mi hermana y mi mamá que siempre llevaba conmigo en la valija. Sobre la cama, presioné con ambas manos sobre ella, apretando todo su contenido con fuerza, para poder asegurar el cierre completamente. La bajé al piso, subí la manecilla y ya estaba pronto para irme. Pegué un último vistazo a la habitación para chequear que no había olvidado nada. Tomé el papel sobre la mesa de noche que había dejado doblado en un perfecto cuadrado, lo guardé en el bolsillo de mi campera y me la eché a los hombros.

                En el camino al aeropuerto, hice a nuestro chofer detenerse unos minutos mientras hacía unas últimas compras, las miradas furiosas de todos se relajaron cuando comencé a repartirles las galletas, cafés, caramelos y todo lo que les había comprado, en un intento de desviar la atención de lo que llevaba en una de mis manos. Pero no duró demasiado.

-¿Qué traes ahí, Harry?, preguntó Liam formándosele una sonrisa en sus labios.

-Uhm… sabía que no lo entenderían, ni yo mismo lo hacía en este momento. Este sentimiento era nuevo.

-¿Es para Jade, verdad?, dijo Zayn en voz baja. Y yo asentí, sonriendo como idiota. 

Todo me lleva a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora