Todo me lleva a ti

40 - Todo regresó

Harry’s POV

                Habíamos terminado de practicar la primera parte del nuevo setlist y sonamos  mejor de lo que esperábamos. Eso era muy bueno. 

                 Mi ánimo cambió cuando Zayn llamó a Perrie para que las chicas se nos unieran en la última parte del ensayo. Entendía que era algo que debíamos hacer eventualmente pero saber que Jade estaría en el mismo espacio físico, tan cerca, me desequilibraba. Como antes. Como siempre. 

-¿Estas nervioso por volver a ver a Jade?, inquirió Liam, sentándose a mí lado en el sofá. 

-Un poco, no voy a mentirte.

-No puedes mentir. Es bastante obvio.  Sonrió comprensivo y yo le respondí de igual manera. 

                Tenía razón, no podía ocultar mis sentimientos, intactos desde el primer día, y eso era un poco lo que me preocupaba. Que Taylor se diera cuenta, que Sam se enojara con Jade, pero por sobre todo, me aterraba que ella lo descubriera y ya no le importara,  que no sienta nada más que rechazo por mí.

               Me quedé allí. Esperando lo inexorable. Con mis codos apoyados sobre  las piernas, las manos en mis mejillas y mis ojos direccionados al piso. Las escuché entrar, extrañamente no venían riendo ni haciendo los estúpidos y divertidos acentos que siempre se las veía hacer cuando estaban juntas. Resistí la tentación de mirarlas.  

-¡Hola amor!  Zayn recibió a Perrie. 

                 Oí a todos saludarse entre ellos. Mi mirada aún fija en el suelo.  Me enjuagué con la manga el sudor de mi frente, me palpitaba el corazón con una inusitada rapidez y mis ojos, frenéticos, querían volverse a toda fuerza hacia ella. 

                Pestañeando, como despertando de un espejismo del desierto, la miré por debajo del mechón de pelo que caía sobre mis ojos. Su belleza me aturdió, exactamente cómo aquel día en el que descubrí que la amaba.  

Jade’s POV

                Mi cabeza zumbaba y mi visión estaba nubosa. Le estaba exigiendo a mi cerebro procesar en tiempo récord lo que le pasaba a mi corazón y había llegado al punto tal de confusión, que era imposible sacar nada en limpio. 

-¿Lista para ver nuevamente a Harry? Preguntó Perrie en un cuasi susurro.

                El sólo pensar en eso me provocaba náuseas. ¿Será que nos pensábamos con la misma intensidad? ¿Será que el también siente sus latidos acelerarse cuando escucha mi nombre? Definitivamente no estaba lista para verlo, especialmente después de lo que había sucedido con Sam. Pero ya no había vuelta atrás, era hora de enfrentarme a lo que sea que me esperase. 

                Seguí a las chicas por el mismo pasillo que había recorrido más temprano. Con pasos dudosos y los latidos del corazón en la boca entramos a la sala. Saludé a todos por inercia hasta que lo vi, sentado, cabizbajo en el sillón. Mi estómago dio un vuelco.               

                Me acerqué a él, atraída por una fuerza universal superior a mi voluntad y mi remanente sensatez. Mi piel rogaba entrar en contacto con la suya. Ya no se puede confiar ni en uno mismo, pensé mientras mi cuerpo avanzaba determinante en su dirección.     

                Harry debió percibir una figura yendo a su encuentro. Levantó sus ojos, más cristalinos que nunca, y así, sin más, me sacudió de mi propio eje. Pestañeaba expectante de palabras, que me encontraba incapaz de articular. Se levantó de un golpe y me rodeo firme con sus musculosos brazos.

                Todo regresó a mí de repente. Fue como una especie de explosión cuando me abrazó de esa manera. El miedo, la distancia, el haberlo extrañado tanto, tanto; y sobre todo, el amor, ese sentimiento mutuo que ya no podía seguir negando. No anhelaba otra cosa que no fuera consumirme en ese instante, para siempre.