17 - La propuesta

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Jade’s POV

                Me había levantando temprano nuevamente, esta vez no con ayuda de la alarma, si no gracias a mi insomnio o mejor dicho, culpa de Harry y todo lo que tenía que ver con él. Había logrado colarse en mis sueños, en todos mis pensamientos. Si apretaba los párpados, podía ver sus ojos verdes mirándome en regreso, si los abría todo objeto inanimado me recordaba a sus estúpidos rulos, su estúpida nariz, sus estúpidos pantalones chupines y su muy estúpida actitud de ganador.

                Marqué el número de Sam, sin importar la hora ni que sólo lo estaba haciendo para evitar seguir pensando en Harry. Era imperativo que deje de hacerlo o me herviría el cerebro. Sonó tres veces, bufé por lo patética que me veía en ese momento, pero cuando estaba por colgar, contestaron.

-Hola…

Silencio. Silencio. Silencio.

-Hola, repitieron.

                Corté, dudando si agradecer o maldecir por el hecho que, la voz que había oído del otro lado de la línea no era la de Sam, sino que era una voz femenina. Prácticamente corrí hacia la ducha, tal vez el agua caliente limpiara toda esta confusión. Si que era terrible para las relaciones. Quizá no nací con el gen del amor y era verdad lo que decía Sam de mí, no era capaz de amar totalmente a nadie.

                Terminé de bañarme y a pesar que mi desorden mental no había mejorado ni un poco, me dispuse a vestirme y recoger mi cabello. Una película podría mejorar todo, especialmente si era de Disney. Fue ahí cuando tuve un momento de realización personal: Disney había arruinado todas mis posibilidades de una relación normal. Reí para mí misma mientras escupía mi rabia contra Disney y sus estándares de romanticismo. Pero cómo lo amaba.

                El timbre sonó. Miré instantáneamente el reloj que marcaba las 10am. Seguramente es Perrie que olvidó las llaves. Ayer por la tarde salió con Zayn y no volvió a casa a dormir. Bajé las escaleras ligeramente, deseosa de escuchar cómo la había pasado mi amiga, y si al menos ella, había podido resolver su confusión amorosa.

                Abrí la puerta de sopetón y me quedé inmóvil. Allí se encontraba Harry, vestido con ropa de gimnasia, con los rulos despeinados, los ojos más verdes que nunca y una sonrisa que se extendía en todo su rostro. Mi corazón se salteó un latido y emulé su expresión con una sonrisa igual de grande.

-¡Harry!, exclamé inconscientemente con una alegría que me sorprendió a mí misma.

-Hey Jade, contestó él con el mismo tono pero más relajado.

-¿Qué haces aquí?

-Vine a verte.

-¿A mí?, pregunté con voz temblorosa.

-Sí. Tengo una propuesta para hacerte.

-¿Si? ¿Qué es?, dije, esta vez intentando parecer más segura.

-¿Recuerdas lo que siempre me decías en el bootcamp?

-¿Idiota? interrogué con una sonrisa socarrona.

El largó una carcajada: - Cerca, me decías ‘cabeza dura’. Asentí, aún sonriendo.

-Bueno, se me ha metido algo en la cabeza últimamente y no voy a descansar hasta lograrlo, habló con voz firme y una mano apoyada en el marco de la puerta.

-¿Y eso sería?, dije enarcando una ceja.

-Vas a salir a correr conmigo, tomó mi mano, empujándome en su dirección.

Todo me lleva a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora