18 - Mañana

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Jade’s POV

-¡Jade!, me saludó Perrie con un abrazo.

-¡Perrie! Le regresé el abrazo con la misma emoción.

-¿¡¿Estuviste afuera?!? Dijo sorprendida.

-¡Lo hice, si! Afirmé orgullosa.

-¡Yey!, gritó con una felicidad tan genuina que me provocó abrazarla nuevamente.

-¡Festejemos!, dije sin soltar el abrazo.

-¿Pizza y películas?

Asentí agregando -¿Llamo a las chicas?

-¡Siii! Volvió a gritar casi dejándome sorda.  Ambas soltamos una carcajada.

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                Conversamos toda la noche, Perrie nos habló sobre su salida con Zayn y lo feliz que estaba. La confusión se había disipado. Nos contaba que a veces se sentía insegura, por amarlo demasiado y tener miedo de no recibir lo mismo a cambio. Que eso la hacía pensar estupideces, como ella misma las calificó.     No pude evitar que Sam entrara en mis pensamientos. Sin embargo, a diferencia de Perrie que le encantaba recibir muestras de amor de Zayn, yo siempre me sentí incómoda cuando Sam demostraba su amor por mí. Y en mi caso, fue el miedo a enamorarme lo que me llevó a hacer estupideces, de las que voy a tener que soportar las consecuencias toda la vida.

                Decidí alejar esos pensamientos tortuosos y volcar mi atención a mis amigas que seguían absortas en su conversación.

-Lo amo y sé que me ama. Creo que eran sólo celos, se excusó Perrie.

-Bueno, eso lo explica, agregó Jesy. A mí también me pasa con Jason. Leigh- Anne asintió en concordancia. Yo permanecía en silencio, intentando recordar si alguna había vez había sentido con Sam lo que las chicas describían.

-¿Y qué hay de ti Jade?, Jesy se giró hacia mí, evidenciando curiosidad por mi silencio.

-No estoy segura.

-¿Nunca sentiste celos por Sam?, continuó Leigh.

-Supongo, si. No soy buen parámetro.

-¿Por qué dices eso Poopey?. Perrie me miró con ojos maternales.

-No lo sé, ¿está bien?, dije con más molestia de la que había querido. No estoy hecha para las relaciones.  Todo el asunto del amor y el romanticismo, no es para mí.

Todas se quedaron mirándome con el ceño fruncido, sin entender a qué me refería o por qué las decía.

-Lo dice la chica Disney, dijo Jesy, provocando una carcajada general, a excepción de la mía.

-No te enojes Jade, sabes que Jess sólo está bromeando, decía Perrie mientras acariciaba mi brazo y me miraba con preocupación.

-No estoy enojada, es que no entiendo qué es lo está mal conmigo.

                Por primera vez les conté en detalle las últimas charlas que tuvimos con Sam. Comprendí en ese instante, además, que Sam nunca se había sentido amado porque nunca me permití hacerlo. Él era demasiado bueno para mí, nunca merecí su paciencia, muchos menos su perdón.

                Evité mencionarles sobre mi reunión con Harry de mañana, aunque si les dije que fue él quien me animó a salir hoy y pasar todo el día afuera. Escucharon con una sonrisa toda la historia. Pero lo que sucedió después originó mi malestar:

-¡Al fin! Dijo Perrie riendo.

-¡Si! Jarry existe, agregó Leigh-Anne

                Jesy sonreía como maníaca y me felicitaba. ¿Por haber dejado la casa? ¿Por Harry?

             No estaba comprendiendo totalmente qué estaba pasando, y aunque no lo cuestioné, un nudo comenzó a crecer en mi estómago, impidiéndome comer una segunda porción de pizza. Los nervios de ver a Harry se hicieron insoportables y me vi tentada de cancelar todo. Llamarlo inventándole que estaba gravemente enferma y con algo altamente contagioso.

                No quería tener nada que ver con el amor ni nada parecido en este momento. Mucho menos con Harry. La reacción de las chicas me había asustado más de lo que imaginaba. Si todo había resultado así con Sam, que era un chico tranquilo y bueno, con Harry ‘mujeriego’ Styles sería una catástrofe. Gruñí por lo bajo, golpeé algunas cosas a mi paso. No sé qué estaba pensando. Era Harry del que estaba hablando. Jamás se fijaría en mí, por lo menos no para lo que mi maldita mente adiestrada por Disney sueña.

Harry’s POV

                No estaba seguro si lo de mañana era una cita o un encuentro casual de amigos, pero los nervios eran los mismos. La había pasado tan bien con Jade en el parque hoy, que cada vez estaba más seguro de amarla. Era ilógico si, primero porque ella no tenía ni idea de mis sentimientos, segundo porque siempre fuimos amigos y nada más, y tercero porque nunca estuvimos solos demasiado tiempo. Pero estaba convenciéndome rápidamente que ella era justo lo que siempre había estado esperando.

                Jade es dulce, inocente, buena, increíblemente sexy y talentosa. Cómo no amarla. Casi no entendía como una persona se podría fijar en alguien más que no fuera ella.

                Me recosté en mi cama, mirando el techo, visualizando cada detalle de Jade. Desde  sus grandes ojos cafés, su pequeña nariz, sus labios carnosos y su cabellera siempre perfecta, hasta su diminuto cuerpo, con sus armónicas curvas que deseaba recorrer más que nada en el mundo.

                Le había preguntado unas cien veces a Liam cuándo sería tiempo de decirle todo lo que sentía, pero él insistía que debía tomármelo con calma para no abrumarla. Pero siempre fui un impulsivo y, sinceramente, ya no podía aguantar contener todo esto que me pasaba. Lo había hecho durante demasiado tiempo, por respeto a su relación y a nuestra amistad, pero ya había sido suficiente. Mañana le diría todo sí o sí.

Todo me lleva a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora