20 - No una simple salida

2.2K 74 5
                                    

Jade’s POV.

                Observaba sonriendo las casas al pasar mientras andábamos. Recién comenzaba nuestra salida y ya sonreía como una quinceañera enamorada. Fruncí el ceño, para nada contenta por verme de esa manera y fue cuando sentí que Harry tocaba mi hombro suavemente.

-¿Estás bien?, preguntó, esta vez él, emulando mi expresión.

-Sí, lo siento. Creo que también estoy nerviosa. Es estúpido.

-¿Estar nerviosa es estúpido? En este momento entonces yo sería el más grande estúpido que viste jamás.

-¿Por qué?

-Porque estoy nervioso también, rió por la obvia respuesta.

-Entendí eso. Pero, ¿por qué estás nervioso?

Ignoró mi pregunta informándome que habíamos llegado a destino y lo dejé pasar, intrigada por saber dónde estábamos.

Harry’s POV

                Okay. El viaje fue raro. Acabó preguntándome por qué estaba nervioso, cómo si no fuese obvio el motivo. Me gustas Jade, me gustas, me gustas.

-¿Dónde estamos?, indagó totalmente desorientada. La tomé de la mano y sonreí, guiándola por unas escaleras.

-Sígueme, le indiquéentretanto le explicaba… Cuando volvimos de Australia, su mano se tensó levemente pero proseguí, comencé a buscar casas, y después de un tiempo, me topé con esta. Comenzamos a subir unas escaleras. Esta vacía por ahora, pero me gustaría compartir contigo mi parte favorita, dije dándome la vuelta para observar su reacción. Sonrió tímidamente.La arrastré conmigo directamente hasta la terraza.

-Wow, dijo admirando la vista.

-Lo sé.

                Nos quedamos en silencio unos momentos admirando la vista de Londres, acentuada por las luces  y el contraste con la noche. Acerqué su mano, aún en la mía, hasta mis labios y la besé en el dorso. Ella me miró sorprendida y un hormigueo recorrió mi cuerpo. Ya me estaba volviendo adicto a esta sensación. Ambos enrojecimos y dirigimos nuestras miradas al horizonte, pero sonreíamos y yo me sentí feliz, muy feliz.

                Me hubiese quedado en ese momento para siempre, pero el estómago de Jade rugió. Largué una carcajada al ver su vergüenza absoluta. Quería besarla infinitamente, era demasiado tierna, pero eso hubiese sido un poco extraño considerando que era nuestra primera salida oficial, o eso creo.

                -¿Comemos ahora?, pregunté

                -¡Por favor! Contestó desesperada. Los dos largamos risotadas.

              Nos acomodamos en dos sillones y una mesa ratona de rattan decorada con tres velas blancas que había preparado de antemano y que eran, de hecho, los únicos muebles con los que contaba la casa todavía vacía. Además había preparado unos sándwiches porque, para ser sincero, no había mucho más que supiese preparar. Pero antes que pudiera disculparme por la sencillez de la comida, Jade ya se encontraba devorándolos. No podía dejar de admirarla.

-Nunca te dije gracias por la flor, habló luego del segundo sándwich.

-Técnicamente nunca la recibiste asique no tienes por qué agradecer.

-¿Gracias por la intención?, ofreció tentativamente.

-Está bien, de nada.

-La margarita es mi flor favorita, por cierto.

- ¿En serio?

-¡En serio! Dijo abriendo los ojos y haciéndome reír.

                Tal vez esté tomando esto con dramatismo, pero haber acertado en su flor preferida era sin dudas un guiño del destino. Estábamos destinados a ser. Sonreí como estúpido toda la noche hasta que tuvo que irse.

                Se negó a que la llevara a la casa. Un despropósito, lo calificó, ya que según dijo, era perfectamente capaz de llegar por su cuenta a su casa y no lo dudé ni por medio minuto, me hipnotizaba esa independencia que irradiaba. ¡Cómo no hacerlo!.

Jade’s POV

                Si no me iba en ese preciso instante iba a besarlo. Es que…¡cómo no hacerlo!.  Me llevó a su lugar, me mostró una de las vistas más hermosas que vi jamás, preparó sándwiches y fue increíblemente caballero. Ni siquiera intentó avanzarme y se lo agradecí infinitamente. Si bien no podía ya negar que algo me estaba pasando con Harry, no estaba lista para hacer nada.

                Por eso mentí, le dije que debía volver a casa temprano porque Perrie me estaba esperando para ver una película y porque mañana era nuestro primer día en el estudio y teníamos que ir temprano. Mentí y creo que se percató de ello, pero decidió ignorarlo y yo volví a agradecerle internamente por hacerlo. Prefería dejar las cosas en ese momento, mientras los dos sonreíamos y estábamos relativamente conformes por cómo había transcurrido la cita. ¿Cita?

                Estaba por subirme al taxi, cuando una sacudida interna me hizo volver de repente. Casi corriendo volví a subir las escaleras para encontrar a Harry absorto en la vista nocturna de la ciudad.

-Harry… se giró a mirarme sorprendido.

-¿Volviste? Preguntó y ambos comenzamos a caminar para acercarnos el uno al otro.

-Necesito preguntarte algo…

-Lo que quieras.

-¿Qué fue esto?

-¿A qué te refieres?

-Esto…todo esto, dije haciendo un ademán con las manos sin desviar mi mirada de la suya.

-No lo sé, Jade. Habló en voz tenue mientras se pasaba una mano por la nuca y con la otra alejaba sus cabellos de la frente.

-Pero no fue una simple salida. Dije mitad afirmando mitad preguntando.

-Me gustaría pensar que no. Que fue algo más. Sólo asentí con la cabeza indicando que eso era suficiente respuesta, pero continuó hablando. Sé que por ahí no estás lista y no quiero hacer un lío de todo esto pero, me gustaría que volvamos a salir juntos.

                Mi corazón sonaba ya como un zumbido por la rapidez de mis latidos. Me costaba procesar el hecho de estar en esta situación, tan rápido y con Harry. Todo su rostro se mostraba expectante, esperando una respuesta de mi parte, pero las palabras no salían de mi boca. Quería explicarle que sí, esto era inesperado pero que me gustaba, disfrutaba salir con él, conocer más sus gustos. También tenía muchas ganas de besarlo, de cruzar finalmente esa línea de amistad que habíamos trazado años atrás en el Bootcamp de The X factor, y precisamente, por ese mismísimo motivo, necesitaba irme.  Ya.

                Estaba a punto de convertirme en ‘Run Lola Run’ cuando su contacto me petrificó. Tomó mi mano, tal vez adivinando el terror que en ese momento cruzaba por mi cuerpo y mirándome tiernamente me dijo: -¿Me vas a dejar llevarte a casa?.. Lo miré por unos segundos. – Por favor…, agregó.

Asentí, y aseguré mi mano en la suya, dejándome conducir hasta el auto y luego, hasta mi casa, con una gran sonrisa en mis labios.

Todo me lleva a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora