Cuando desperté, lo primero que vi fue a una chica morena encima de mi.
-¿!qué estás haciendo!?- dije asustada.
- ¡por fin despertaste!- dijo abrazándome- no te preocupes, logré matar a la avispa- parecía aliviada.
- ¿qué?, ¿qué avispa?- no entendía nada.
-la que te picó, por supuesto- dijo la castaña.
-disculpa...- dije poniéndome de pie- ¿pero quién eres?
-¿cómo que quién soy?- dijo extrañada- Marinette, soy yo, Alya.
-¿Alya?- dije confundida- un momento... ¿Me acabas de llamar Marinette?, ¿ése es mi nombre?- dije confundida.
Todo era extraño no podía recordar nada, ni a nadie, intenté buscar en mi cabeza, pero no había nadie, sólo sabía cosas como caminar, atarme los zapatos, nadar, escribir, leer... Ningún lugar, ningún nombre.
-¡no puede ser!- dijo la que decía llamarse Ámber... o Ania- ¡la avispa!, te hizo perder la memoria- dijo, al parecer estaba muy preocupada.
-¿nos conocemos?- le pregunté- ¿sabes mi nombre?
- por supuesto que sé tu nombre, tú te llamas Marinette, Ma-ri-nette- dijo tomándome de los hombros.
Esto era incómodo, saqué sus manos de mis hombros y retrocedí unos pasos.
-muy bien... Ámber- dije retrocediendo.
-¡Alya!- dijo preocupada.
- eso... Alya...muchas gracias por decirme mi nombre, pero... Ya debo irme- dije antes de marcharme lo más deprisa que pude.
Sentí cómo me gritaba que volviera, pero no pensaba volver, era muy extraño para mí vivir toda esta situación.
Caminé sin rumbo por la ciudad, mirando la gente pasar, ¿conocería a alguien de aquí?, ¿quiénes serían mis padres? Todo era horrible.
Caminé durante un buen rato, mirando las tiendas e intentando reconocer a alguien o algo, lo que fuese... Pero nada, todo era completamente desconocido.
De pronto me di cuenta de algo: llevaba un bolso, tal vez en él encontraría algo, una dirección o tal vez un celular, no lo sé... Lo tomé en mis manos, estaba a punto de abrirlo, cuando de repente...
-¡Marinette!- instintivamente giré al escuchar mi nombre, pero no vi a quien me llamó.
De pronto un chico pelirrojo apareció al frente mío, intenté reconocer quién era, pero nada.
-Marinette- volvió a decir- por fin te encuentro.
-hola-dije intentando sonreír.
-te estuve buscando por todo París- dijo mirando el suelo- es que necesito que me ayudes con...
- perdón -le inerrumpí- de verdad lamento mucho hacerte esta pregunta pero... ¿Quién eres?- dije avergonzada.
El pelirrojo comenzó a reírse, pero al ver mi rostro inmediatamente se detuvo.
-Perdón, pensé que era una broma- se disculpó.
-desearía que así fuese... Pero no, por lo que sé, creo que perdí completamente la memoria, no conozco a nadie- dije triste.
- ¿perdiste la memoria?- asentí- ¿completamente?- volví a asentir.
-así que ¿me podrías decir tu nombre por favor?- dije apenada.
-ah, por supuesto- dijo algo avergonzado- yo soy Nathaniel.
- hola Nathaniel- dije sonriendo- una pregunta más... ¿Qué somos nosotros?
Nathaniel se sonrojó inmediatamente, no entendí por qué.
-¿de verdad no recuerdas nada, eh? -dijo mirando el suelo.
-no- respondí- nada
-¿nada de nada?
-nada de nada
-bueno, pues nosotros somos...- de pronto se detuvo, y me miró a los ojos, vi un rastro de duda en sus ojos, pero luego pareció decidirse- bueno... Marinette... Nosotros somos... Yo soy... Yo soy tu novio.
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Si tan solo pudieses recordarme...
FanfictionTras un ataque provocado por un Akuma, Marinette pierde completamente la memoria. Nathaniel, dispuesto a aprovecharse de la situación, le hace creer que son algo más que amigos, y Adrien debe encontrar la forma de que Marinette recuerde todo su pasa...