Si tan solo pudieses recordarme...

10

- ¿Chat Noir?- dije confundida, luego me acordé de algo- yo te conozco.
- ¿en... En serio?- dijo abriendo más  los ojos, muy sorprendido.
-por supuesto, tú eres el héroe de París- dije recordando las noticias que vi en la casa de Nath.
-aaaa...-dijo desilusionado- claro, ése soy yo.
-¿qué haces aquí?- dije confundida.
- vine a ayudarte, después de todo...- comenzó a enseñar sus músculos- eso es lo que los héroes hacen.
-claaaaro- dije retrocediendo unos pasos- ¿sabes?, hoy a sido un día muy confuso... Agradezco que quieras ayudar, pero...
- ¿estás echándome, princesa?- dijo acercándose, seductor.
-n-n-no- dije sonrojándome- pero no creo que sea el mejor momento para que intentes ayudarme.
-siempre es un buen momento para ayudarte, my lady.
- ¿my lady?- dije más confundida de lo que había estado en toda la conversación.
-eso... No... No quise... Perdón, me confundí- dijo nervioso- pero bueno... Es hora de que recuerdes quién eres- dijo recuperando su tono travieso.
- ¿y cómo piensas lograr eso?
- fácil, solo debes abrir tu bolso.
- ¿abrir... Mi bolso?- ya había escuchado eso antes... Alguien me había pedido lo mismo en otra ocasión...
- ¿Marinette?- escuché a Nath, estaba a mis espaldas.
- hola...Nath.
- ¿qué hace Chat Noir acá?- dijo susurrando.
- aunque susurres puedo escucharte ¿sabes?- dijo Chat.
-¿qué estás haciendo aquí?- preguntó Nath.
- tú sabes que estoy haciendo aquí- dijo poniéndose entre Nath y yo- porque tú, Nathaniel... Tú eres peor que un akuma.
-¿y qué sabes tú?- dijo Nath receloso.
- sé mucho más de lo que te imaginas, y créeme cuando te digo, que lo que estás haciendo es horrible, pero no te preocupes, yo, personalmente, me encargaré de solucionar todo, y que todo vuelva a ser como era antes- dijo entrecerrando los ojos, desafiante.
Nath retrocedió unos pasos, tomándome la mano, pero rápidamente Chat Noir las separó.
-ya es muy tarde princesa- me dijo- pero por favor prométeme que vas a abrir tu bolso cuando estés sola- lo dijo tan despacio que sólo yo pude escucharlo.
De pronto miré sus ojos... Sus ojos verde oscuro.
- eras tú- dije- tú me mirabas anoche ¿no es cierto?.
- me tengo que ir, princesa, pero no te preocupes nos volveremos a ver más pronto de lo que piensas- dijo, y Luego alargó su bastón y se fue lejos.
- siento mucho lo que pasó-dijo Nath- pero tengo que decirte algo.
- ¿todo fue una mentira?- dije mirando el piso.
-no- dijo decidido- no es eso... Lo que pasó fue...
-¿fue...?
- tienes razón, dudé, pero fue porque... No estaba seguro si decirte que somos novios o no.
- ¿por qué?, Nath, no quiero que me mientas.
-porque creo que mereces a alguien mejor que yo.
- ¿y por qué todos dice que me estás mintiendo?
- es culpa de Adrien, estoy seguro, él es un gran modelo y su padre es un gran diseñador, pudo haberles pagado o algo así..
- ¿y por qué Adrien se tomaría tantas molestias para hacerte quedar mal?- dije, aún algo desconfiada.
-porque está enamorado de ti... Y a mí me odia.
-Nath... Yo... No sé qué decir.
-no tienes que ser nada- dijo acercándose.
Nath se acercó aún más y me besó, me besó con un amor gigante, decidí darle una oportunidad, tal vez no me mentía, tal vez era el único que no me estaba mintiendo. Cuando terminó el beso, lo abrasé, y aunque no lo veía, sentía su sonrisa.

A lo lejos, un gato miraba la escena, conteniéndose para no ir y romperle la cara a ese estúpido pelirrojo que le había robado lo que más amaba en este mundo. Pero no se quedaría de brazos cruzados, eso podía asegurarlo, lograría que Marinette recuperara la memoria, lograría que volvieran todos y cada uno de los recuerdos que habían compartido juntos.
Y cuando eso pasara... El pelirrojo lo pagaría muy caro