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Después de la plaza, volvimos a la casa de Nath, apenas llegamos, fui al baño y Nath se quedó en la sala de estar. Cuando salí del baño fui a mi habitación, me senté en mi cama y comencé a pensar en todo lo que había ocurrido hoy, no podía creer lo que le había dicho a Adrien, ¿eso lo detendría o provocaría que siguiera molestando, pero con más insistencia?, esperaba que fuese la primera, sin embargo, de repente una pregunta llegó a mi cabeza
¿Y si Adrien dice la verdad?, ¿qué pasaría si le diese una oportunidad a él? Negué con la cabeza como alejando todos esos pensamientos, eran ridículos.
Bajé para encontrarme con Nath, pero no lo encontré en la sala de estar, así que fui a la cocina, y allí estaba sosteniendo una hermosa torta con dieciocho velitas rosadas, lleve mis manos a mi rostro, sorprendida ante tal gesto, él comenzó a cantar el cumpleaños feliz y yo me quedé mirándole, con una gran sonrisa en el rostro, cuando terminó la canción, puso la torta en la mesa.
-ahora tienes que pedir un deseo- dijo mirándome.
Lo pensé un segundo, ya tenía claro lo que quería pedir.
-deseo poder recordar todo y que todo vuelva a ser como antes- dije y luego sople las velas.
Noté cómo Nath se tensaba a mi lado, no sé por qué, pero decidí ignorarlo. Nath partió la torta y ambos comimos un pedazo, estaba deliciosa, luego Nath lavó los platos, no me dejo ayudarle porque estaba de cumpleaños, que tierno, pensé.
-buenas noches- dijo cuando terminó
-nos vemos mañana- dije sonriendo
Luego él me besó y nos fuimos a nuestra habitaciones.
Me quedé mirando mi pijama , luego miré hacia la ventana, la noche era hermosa, caminé hacia ella y la abrí, inmediatamente un cálido viento entro a mi habitación, era muy agradable.
Fui a mi cama y me recosté aún sin ponerme pijama, por un momento cerré los ojos y me quedé pensando en todo. De promete sentí como alguien me tomaba en brazos.
-Nath, ahora no- dije con los ojos aún cerrados
-temo informarte que no soy Nath- dijo una voz juguetona, yo conocía esa voz.
Rápidamente abrí los ojos y ahí estaba él, con una sonrisa de lado.
-¡chat, bájame!- dije intentando volver al piso, pero el seguía aprisionándome en sus brazos.
-me temo que no puedo hacer eso, my lady- dijo.
De pronto, sin previo aviso, se dirigió a la ventana
-Chat, ¿qué haces?, estamos en un segundo piso- dije preocupada.
-¿es que no confías en mí, bogaboo?- dijo fingiendo un puchero.
Y luego saltó, saltó por la ventana conmigo en sus brazos, no pude evitar gritar y aferrarme a él, eso pareció divertirle, cuando estábamos a punto de estrellarnos con el piso, él extendió su bastón, haciendo que nos eleváramos, en un abrir y cerrar de ojos él estaba sentado estilo indio sobre su bastón y yo en una de sus piernas, miré hacia abajo, estábamos muy alto.
-¿qué intentas hacer?- le dije
-¿crees que intento algo?, sí que me conoces bien my lady- dijo seductor.
-bájame ahora- le exigí.
-está bien... Si insistes- dijo bajando el bastón, aterrizando en uno de los techos de París.
-ahora dime, ¿qué quieres?- le dije
-estar contigo en tu cumpleaños- dijo inocentemente.
Suspiré, no entendía por qué Chat hacía esto.
-¿nos conocíamos?, digo, antes de que perdiera mi memoria.
-no has abierto tu bolso ¿no es así?
-lo olvidé- admití.
-bien... Tienes que hacerlo.
Asentí con la cabeza.
De pronto él me tomó por la cintura.
-my lady, hay algo que tengo que mostrarte- dijo elevando nuevamente el bastón y llevándome a algún lugar.

Si tan solo pudieses recordarme... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora